Crean observatorio ambiental contra la desertificación |
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El CONICET, junto con la Secretaría de Ambiente, el INTA, la Facultad de Agronomía de la UBA y el IADIZA, presentaron el Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación. Iniciativas similares de monitoreo ambiental en diferentes regiones del país.
Para Elena María Abraham, investigadora del CONICET y directora del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA/ CONICET), la creación del Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación es el resultado de un trabajo conjunto de años. “Es promover un esfuerzo a nivel nacional de evaluación y monitoreo de la degradación de tierras y desertificación”, asegura. La investigadora y su equipo trabajan hace más de veinte años en el monitoreo del estado de la tierra en Argentina y en el diseño de acciones para prevenir su degradación.
El objetivo general del observatorio es contribuir a la prevención, control y mitigación de la degradación de tierras y la desertificación a través del monitoreo del territorio. La degradación aparece como consecuencia del uso inadecuado por parte del hombre: el suelo pierde nutrientes y capacidad productiva. Si este proceso no se revierte lleva a la desertificación, con tierras que ya no son aptas para el cultivo o pasturas.
De acuerdo con el Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS), el 75 por ciento de las tierras del país son áridas o semiáridas. Los estudios del observatorio se concentrarán en una primera etapa en estas áreas, pero a posteriori se ampliaría la cobertura también al 25 por ciento restante.
“Se monitorearán los cambios en el uso de la tierra, aspectos socioeconómicos, especialmente los relacionados con la producción, erosión del suelo y la disponibilidad de agua”, explica Abraham. A esto se sumará el control de los cambios en la flora y fauna, que pueden verse afectados a medida que la tierra se degrada o desertifica.
Mirar al cielo desde el sur
El Observatorio Atmosférico de la Patagonia Austral es uno de los centros de monitoreo ambiental ubicados más al sur del mundo. Situado en la ciudad de Río Gallegos, Santa Cruz, controla constantemente el estado de la capa de ozono y las radiaciones solares que llegan a la superficie del planeta. El objetivo es monitorear no sólo estos dos factores, sino analizar el impacto de diferentes gases como dióxido de nitrógeno, asociado a la disminución de la capa de ozono, y su relación con el efecto invernadero, cambio climático o fenómenos meteorológicos. Estos datos se envían luego a redes internacionales para su evaluación y comparación.
Por su precisión, el equipo láser permite medir moléculas ubicadas entre “15 y 45 km de altura en la estratósfera, y es uno de los doce instrumentos (de este tipo) que hay en el mundo” y el único en América del Sur, explica Elián Wolfram, investigador asistente del CONICET. Wolfram y su equipo trabajan en el análisis de la información enviada desde el observatorio y pertenecen a la División Lidar del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF), que juntamente con el CONICET, integran la UNIDEF (Unidad de Investigación para la Defensa).
En el observatorio se analiza además la temperatura en los estratos más altos de la atmósfera para determinar su impacto en la Tierra, y se miden radiaciones solares como rayos ultravioleta y el espectro de luz visible y su relación con nubes y factores ambientales. A lo largo de 2012 se incorporará un equipo especial para medir cenizas volcánicas y polvo suspendidos en el aire, que pueden afectar la calidad del aire y los ecosistemas locales.
Monitoreo ambiental
En 1994 se creó el Laboratorio de Química Ambiental y Biogeoquímica (LAQAB), que depende de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de La Plata. El LAQAB se dedica a analizar la presencia de contaminantes en agua, aire y poblaciones humanas.
Según explica Juan Carlos Colombo, director del laboratorio, estudian las fuentes y distribución de hidrocarburos, plaguicidas, metales pesados y tóxicos como bifenilos policlorados (PCB), dioxinas y furanos, que aparecen como consecuencia de los deshechos urbano/industriales y procesos de combustión. “Somos el único laboratorio en el país que hace ese tipo de análisis, especialmente dioxinas y furanos”, comenta el investigador. Los PCB fueron declarados por la ONU como uno de los doce contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano. Junto con sustancias como las dioxinas, furanos y ciertos plaguicidas, son regulados por el Convenio Internacional de Estocolmo sobre contaminantes.
Su trabajo se centra en la baja cuenca del Plata, principalmente en el sector costero del Río de la Plata y los ríos Uruguay y Paraná. A futuro, el LAQAB planea expandir sus investigaciones a la parte de suelos, en relación con aplicaciones agrícolas o impactos urbanos ambientales.
Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación
El Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación es un proyecto que comenzó entre la Secretaría de Ambiente de la Nación y el CONICET, y participan además en la Comisión Directiva personal técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Universidad de Buenos Aires a través de la Facultad de Agronomía (FAUBA), el Instituto Argentino de Investigación de las Zonas Áridas (IADIZA), perteneciente al CONICET.
El objetivo general del Observatorio es contribuir a la prevención, control y mitigación de la degradación de tierras y la desertificación a través de la construcción de un observatorio nacional de evaluación y monitoreo del territorio basado en información pertinente, indicadores consensuados y difusión de buenas prácticas, sustentado en una amplia red de instituciones vinculadas a la temática. Existen iniciativas similares de monitoreo ambiental en diferentes regiones del país. |
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