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Primer mapa de productividad forrajera del país  
Conciencia Rural- 14-08-2013 -
  Nota publicada por: Conciencia Rural el 14-08-2013

Nota de origen:
Avanza la creación de un observatorio nacional de producción forrajera
Enviada por: FAUBA , el 14-08-2013

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La Argentina cuenta por primera vez con un mapa de productividad forrajera con datos a escala de partido, que productores, asesores técnicos y autoridades gubernamentales pueden consultar gratuitamente en internet para la toma de decisiones, como resultado del trabajo conjunto de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), el INTA y AACREA.

El grupo de investigadores comenzó a trabajar hace un año, convocado por el Ministerio de Agricultura de la Nación y financiado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). A futuro prevé implementar un sistema de monitoreo forrajero a partir de imágenes satelitales, similar al que actualmente lleva adelante el Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART) de la FAUBA junto a los grupos CREA.

“Por primera vez podemos conocer cuál es la oferta nacional de pasto, con una escala de partido. Existe un antecedente elaborado por Eduardo Secanell, del Programa Nacional de Carnes del INTA, que estima la receptividad ganadera por regiones a partir de informantes zonales. Nuestro trabajo llega a un nivel de detalle mayor y se base en numerosos trabajos empíricos de determinación de producción forrajera”, dijo Martín Oesterheld, uno de los coordinadores del proyecto de proyecto, por la FAUBA.

La información está disponible en http://produccionforrajes.org.ar/. Allí, se puede consultar la productividad de cualquier sitio de la Argentina mediante una navegación sencilla que integra un sistema geográfico con la base de datos. A futuro también se permitirá que los usuarios suban sus datos, para incorporarlos luego de un control de calidad.

Los resultados del estudio arrojaron que la Argentina posee una productividad anual de recursos naturales y cultivados de 244 millones de toneladas por año. “Esta cuantificación serviría, por ejemplo, para conocer el número de cabezas posibles que podríamos tener en el país, en producciones pastoriles”, apuntó Cristian Feldkamp, coordinador de Ganadería de AACREA y responsable del trabajo por esa asociación de productores.

La investigación determinó la productividad forrajera a escala de partido y en miles de toneladas por hectárea y por año (ver mapa). Por caso, detalla que la productividad anual de la mayoría de la región Patagónica, el Monte, el Espinal y la Puna es menor a 2000 kg/ha, mientras que en las regiones Pampeana y Chaqueña varía de 2000 a 5000 kg/ha, en promedio. En la región Mesopotámica va de 3000 a 7000 kg/ha. En algunos partidos, como Pergamino, las pasturas tienen una alta producción por hectárea, pero con baja producción total en miles de tn/año debido a la baja proporción de la superficie ganadera.

El trabajo también puso de manifiesto las debilidades y grandes huecos de información existentes. “Por eso en las siguientes etapas queremos diseñar un sistema de diagnóstico, planificación, seguimiento y prospección forrajera en sistemas ganaderos, adaptado a las condiciones locales y regionales, mediante el uso de sensores remotos”, adelantó Lisandro Blanco, responsable de la iniciativa por el INTA. La utilización de sensores remotos satelitales permitirá desarrollar un registro histórico de productividad forrajera en las diferentes regiones del país, con elevado detalle espacial.

Hoy, en el caso de la vegetación cultivada, por ejemplo, la mayoría de los sitios de estudio se concentra en la región pampeana. En cambio, llama la atención la escasez de datos en las regiones chaqueña y mesopotámica. Según Claudio Hofer, del Ministerio de Agricultura, “el trabajo permitiría dirigir los recursos hacia los sitios que menos conocemos y en los cuales se está haciendo ganadería con potencial de crecimiento, porque la actividad se desplaza hacia zonas marginales”.

Para elaborar el mapa, los investigadores trabajaron con datos ambientales, de uso de la tierra y de productividad forrajera. Si bien se utilizó información del último Censo Nacional Agropecuario disponible (de 2002), también se incorporaron estimaciones de referentes zonales sobre el porcentaje de pasturas, verdeos y campos naturales de cada región, y se integró con una base de datos de productividad generada a partir de cortes secuenciales de biomasa de vegetación natural y cultivada realizados en 19 provincias, realizados durante varios años por profesionales de INTA, AACREA y la FAUBA.

Asimismo, se generó un mapa de grandes unidades de vegetación del país, a partir de mapas parciales de diferentes autores, que en muchos casos respondían a límites políticos y no ecológicos, puesto que si bien desde hace décadas se viene cuantificando la productividad de los recursos forrajeros naturales e implantados del país, hasta ahora ningún estudio había sintetizado esa información a nivel nacional y regional de una manera que permita considerar la heterogeneidad espacial de esos recursos.
Fernando Pacín. Asesor CREA General La Madrid.

Fernando Pacín, asesor del CREA General La Madrid, nos brinda su testimonio sobre el uso práctico del seguimiento forrajero para las empresas ganaderas.

Después de varios años de usar cotidianamente el “Índice Verde” en la producción de carne y leche del CREA General La Madrid trataré de resumir para que sirve (y para que no sirve) esta ingeniosa aplicación de información generada para otros usos.

En todos los casos, es conveniente recordar que el sistema de Seguimiento Forrajero no es otra cosa que una razonable respuesta a la siguiente pregunta. ¿Cuánto crece el pasto? Quien no se haga esta pregunta no necesita esta respuesta y probablemente no le encontrará utilidad a la herramienta.

En mi trabajo cotidiano como asesor de empresas agropecuarias con ganadería pastoril, suelo necesitar esta información tanto en la planificación previa como en el análisis posterior de cada sistema de producción

Es verdad que la experiencia enseña y que la gente que ha trabajado varios años manejando un sistema pastoril adquiere una gran capacidad de estimar con acierto la carga animal que cada recurso puede sostener en cada momento. Pero esta habilidad tiene sus límites. Es notable en qué medida la memoria engaña aún a los más experimentados. Tendemos a ser optimistas después de un período bueno y pesimistas después de cada invierno frío y seco. Una misma zona, un mismo ambiente y sin embargo la misma persona opina diferente según cuál sea su experiencia reciente. Suelo necesitar esta información tanto en la planificación previa como en el análisis posterior de cada sistema de producción…



Una herramienta como esta permite ser mas objetivo en la apreciación de los riesgos, sin pagar los costos de la imprudencia del optimista ni sufrir el lucro cesante del pesimismo excesivo. Los sensores remotos envían sus fríos datos a los cerebros calculadores de las computadoras, y evitan que nos dejemos llevar por nuestros estados de ánimo.

Cuando el responsable de tomar decisiones carece de experiencia o comienza a incursiona en una zona que no conoce, la utilidad del sistema se vuelve más evidente.

Planificación de largo plazo

Con la información de crecimiento histórico de los distintos suelos y recursos en cada mes del año, su promedio, variabilidad y valores extremos, es posible diseñar con más certeza sistemas de producción de carne o leche de base pastoril. La demanda forrajera puede adaptarse mejor a la oferta, decidiendo con qué nivel de riesgo que se desea trabajar. Como la frecuencia y la magnitud de los posibles déficit están cuantificados, se puede estimar el eventual costo económico de los años malos de manera mucho más objetiva.

Comparar un campo conocido con uno desconocido resulta de gran utilidad: “El campo que te ofrecen en alquiler en los últimos 10 años produjo 10% menos que el tuyo”

O evaluar un recurso que nunca tuvimos. “Si hacemos 100 has de pastura igual a la del vecino, podremos retener tantas terneras más que ahora, porque las de al lado produjeron en los últimos años tanto pasto más que el campo nuestro”

Planificación de corto plazo

Cuando tenemos que planificar los pastoreos de distintas tropas en los distintos recursos forrajeros disponibles, es de utilidad saber con mejor precisión cuantos kg de materia seca por ha y por día se pueden esperar de cada potrero. Asimilando la situación del momento con la de años anteriores en el mismo potrero, o similares, podemos planear una asignación más acertada de los recursos.

Preguntas típicas que nos hacemos muchas veces, como “¿Cuántos novillitos podrá soportar en junio y julio este circuito de verdeos?”, “¿Cuánta suplementación podrá ser necesaria para lograr las ganancias de peso necesarias con esta carga?”, “¿Cuántas vacas podremos poner a parir y tomar servicio en el potrero tal?”, son mejor respondidas si tenemos el dato real de cuanto pasto produjeron esos recursos en años anteriores y en el mes pasado.

Evaluación de sistemas pastoriles

Cuando estamos tratando de analizar la eficiencia y el potencial de un determinado sistema de producción secundaria, es básico conocer la disponibilidad del producto primario que será transformado. A pesar de lo elemental de este razonamiento, hemos trabajado mucho tiempo evaluando y comparando producciones de carne a pasto sin saber de cuanto pasto se dispuso. El Seguimiento Forrajero resulta particularmente apto para solucionar esa falencia. Utilizando este sistema, se puede estimar razonablemente bien la cantidad total de cada tipo de forraje que fuera utilizado para producir determinada cantidad de carne.

La comparación entre empresas resulta mucho más interesante cuando en vez de comparar producción de carne por hectárea comparamos producción de carne en relación con el forraje utilizado. Se hacen mejores diagnósticos y es más probable encontrar maneras de mejorar.

En vez de quedarnos solamente con que tal campo de cría produce 125 kg/ha y tal otro 100 kg/ ha, podemos decir que el primero produce 5.000 Kg/ ha de pasto y usa 40 kg de forraje para producir uno de carne, en tanto que el segundo produce 3.000 Kg de pasto y usa solo 30 de ellos por cada kilo de carne.

…comparamos producción de carne en relación con el forraje utilizado…





Antes decíamos que uno produce más carne que el otro y poca cosa más. Ahora sabemos que uno produce mucho mas pasto y que el otro lo utiliza mucho mejor. Quizás lleguemos después a la conclusión de que el primero debe mejorar sanidad y manejo en tanto que el segundo logrará mejores resultados si logra una base forrajera más productiva.

Conclusión

El Seguimiento Forrajero no es la panacea para todos los problemas. Tampoco es imposible ser eficiente sin usarlo. No nos dice cuanto pasto hay, tampoco sabe que calidad tiene.

Pero nos dice con buena precisión y a muy bajo costo cuanto crece cada potrero de cada campo. Nos lo informa todos los meses y recuerda lo que pasó en cada mes desde el año 2000.

Es una herramienta más dentro del conjunto que usamos cada día. Una herramienta útil para conocer y usar mejor este apasionante y complejo sistema biológico que permite a bajo costo transformar energía solar en proteínas de alta calidad para alimentar a la gente.
“Un gran avance, para planificar la producción forrajera del país”

Juan José Grigera Naón, coordinador de la Comisión de Evaluación de Proyectos del IPCVA, consideró que el mapa forrajero anunciado por la FAUBA, el INTA y AACREA es “una herramienta poderosa para pronosticar la producción forrajera en distintas regiones del país, a un nivel muy detallado”.

“Consideramos que el mapa de productividad forrajera es primordial para planificar correctamente la producción forrajera del país. No sólo sirve para el uso del productor agropecuario, sino también para formular políticas públicas”, consideró Juan José Grigera Naón, coordinador de la Comisión de Evaluación de Proyectos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

Es una herramienta fundamental “para no incurrir en errores pasados como los que generaron, en parte, la pérdida de 10 millones de cabezas durante los últimos 5 años”, apuntó desde el organismo que financia el Sistema Nacional de Seguimiento Forrajero, que recientemente anunció la creación del primer mapa de productividad forrajera del país, con datos a escala de partido.

La iniciativa es resultado del trabajo conjunto de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), el INTA y AACREA, instituciones convocadas por el Ministerio de Agricultura de la Nación. La información generada es de uso libre y está disponible en Internet, para que productores, asesores técnicos y autoridades gubernamentales la utilicen para tomar decisiones.

Al respecto, Grigera Naón apuntó que la herramienta va a permitir, por ejemplo, “diseñar la carga correcta de cabezas a nivel de predio, definir qué categoría de animales se va a poder tener, los engordes pronosticados, y con eso se va a poder planificar la producción ganadera del país, en todas las regiones. Porque hay que recalcar que esto es un plan nacional”.

/ Habiendo participado de la comisión del IPCVA que evaluó y aprobó la financiación del proyecto, ¿cuáles fueron las competencias que se valoraron en las instituciones que lo integran?

/ El proyecto está integrado por instituciones intachables, como la FAUBA, AACREA y el INTA, de larga trayectoria y con habilidades distintas que se complementan. Es un círculo virtuoso, en todo sentido.

Son grupos fuertes en sí que están colaborando en forma asociativa y positiva. Tenemos el Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART) de la FAUBA, reconocido por su experiencia en sensores remotos, complementado con el Instituto de Suelo y Agua del INTA, que también tiene habilidades en la interpretación de información satelital. Y los grupos CREA, con su expansión territorial y la posibilidad de diseñar y evaluar los distintos sistemas de producción del país.

Ese conjunto de instituciones está dirigido en pos de una herramienta con la cual ya cuentan otros países (Australia, por ejemplo, cuenta con proyectos similares) y que el IPCVA pretende que sea de dominio público. Que se convierta en una herramienta disponible en una página Web, donde el productor pueda acceder.

/ ¿Cómo evalúa los resultados en la primera etapa de trabajo y cómo piensa que continuará el proyecto en el futuro, con el uso de sensores remotos?

/ La creación del mapa forrajero en sí es un gran avance. Porque incluso ha dado sorpresas en cuanto a la producción forrajera. Ahí han sido muy importantes todas las personas que no sólo recuperaron bibliografía sobre el tema, sino que además la produjeron, en muchos casos.

El paso siguiente es validar la información y los métodos de recopilarla, y evaluar cómo va a servir para pronosticar, que es la última etapa. Esta herramienta es poderosa para pronosticar la producción forrajera en distintas regiones del país, a un nivel muy detallado.

/ ¿Qué sorpresas encontraron cuando elaboraron el mapa?

/ El mapa muestra cuál es la producción real y potencial de forrajes. Haciendo números, nos damos cuenta que la cantidad de hacienda que puede tener el país es igual o superior a la que actualmente tiene. Con el correcto manejo, todavía se puede hacer más eficiente esa población actual de hacienda.

En el siguiente paso deberíamos avanzar hacia una lenta recomposición de stocks, como está sucediendo ahora, aunque debería ser tal vez un poco más acelerada. Pero también ese stock debe ser más eficiente. Tendríamos que pasar de una tasa de extracción actual del 24% a una de 29%. Es decir, del total de la hacienda que tenemos, deberíamos estar faenando el 29%, que son valores próximos a Australia, que también es un país de producción a base de forraje.