Identifican diez especies resistentes a herbicidas |
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La expansión de las malezas resistentes a herbicidas en diversas regiones productivas del país está obligando a productores y asesores técnicos a replantear el sistema agrícola vigente desde mediados de la década de 1990 y a volver a poner en práctica el conocimiento disponible acerca de la biología de los cultivos junto a estrategias de manejo sustentables que eviten el uso indiscriminado de agroquímicos, expresó un comunicado del área de prensa de la Facultad de Agronomía de Buenos Aires (FAUBA).
DÉCADAS
En las últimas dos décadas, el uso reiterado de glifosato asociado a la siembra de cultivos transgénicos de soja y maíz y principalmente al monocultivo de la oleaginosa, motivó la aparición de resistencia en Sorgo de Alepo, primero en la provincia de Salta, luego en todo el noroeste del país y otras zonas productivas. En total, los investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) identificaron diez malezas resistentes a herbicidas, que, además del NOA, afectan al NEA, Córdoba y otras zonas de la Pampa Húmeda.
HERBICIDAS
Según un mapa elaborado por la FAUBA, que evalúa los niveles de riesgo de aparición de resistencia a herbicidas en gran parte de los sistemas agrícolas argentinos, existen condiciones para que el fenómeno se extienda a otras regiones, incluso a la Zona Núcleo. Habría ambientes donde todavía no se detectó la resistencia pero que tienen un riesgo equivalente al NOA (como parte del sur de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos), e incluso mayor, como el centronorte de Córdoba y el noroeste de Corrientes.
MALEZAS
"Tarde o temprano, se sabía que las estrategias concentradas en un sólo producto (el glifosato) y utilizadas recurrentemente iban a generar problemas, porque cualquier práctica de manejo que se utilice una manera reiterada en el espacio y en el tiempo favorece una selección de organismos, como sucedió con las malezas resistentes a herbicidas", advirtió Elba de la Fuente, investigadora de la cátedra de Cultivos Industriales de la FAUBA y docente de la materia Malezas.
CAMBIO
Lo cierto es que la agricultura se enfrenta a un cambio de escenario, basado más en la aplicación de conocimiento que en nuevos insumos. "De ahora en más, van a tener que implementarse estrategias más complejas. Ya no se trata de una receta que implica la sola aplicación indiscriminada de un producto de acción total como el glifosato (u otro) sin atender a la biología de las malezas, la toxicidad y la residualidad de los agroquímicos", consideró la investigadora.
COMBINACIÓN
"Hoy vemos la necesidad de poner en práctica el conocimiento de las bases funcionales de los cultivos y una combinación de estrategias que complementan el uso de agroquímicos con prácticas de manejo como la rotación de cultivos y productos, variaciones en la estructura del cultivo (densidad, espaciamiento y fecha de siembra, por ejemplo) y la siembra de cultivos de cobertura que generan un tapiz herbáceo en el suelo y minimizan el crecimiento de malezas", aseguró.
VITALIZAR
Diego Ferraro, investigador de la cátedra de Cerealicultura de la FAUBA, sostuvo que, "si bien se mantendrán los paquetes tecnológicos tradicionales, la irrupción de un problema como el escape de las malezas va a vitalizar una agricultura con más lugar para decisiones basadas en procesos ecológicos para acompañar a la tecnología de insumos".
SISTEMA COMPLEJO
"El éxito de los manejos agrícolas simples de los últimos 20 años fue quitando al profesional la necesidad de manejar un sistema complejo. La revitalización de un perfil de agrónomos con conocimientos de procesos no sólo va a redundar en un mejor manejo de las malezas, sino también de las demás variables que determinan el rendimiento de un cultivo y en los aspectos de cuidado del medioambiente", dijo.
DESAFÍO
Asimismo, subrayó: "El mayor desafío que planteamos desde la universidad es formar un profesional que sea capaz de reconocer la complejidad de la agricultura y entender que cada decisión de manejo va a pasar por un filtro ambiental que determinará su efecto final sobre un lote agrícola".
CONOCIMIENTO
Una de estas herramientas en las que ya están trabajando desde la FAUBA es en modelos de predicción de riesgo de aparición de resistencia a glifosato, que inicialmente comenzó a realizarse con Sorgo de Alepo, pero que apunta a expandirse otras especies (no sólo resistentes), incorporando tecnología satelital. "La disponibilidad de información ambiental en tiempo real nos permitirá desarrollar pronósticos de aparición y crecimiento de malezas, de manera análoga a lo que sucede con las predicciones meteorológicas", concluyó. |
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