| El productor debe cuidarse de las malezas |
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En Tucumán, como lo venimos informando permanentemente en este Suplemento, los cultivos de granos están casi todos sembrados, pero manifiestan en general los efectos de las condiciones climáticas reinantes desde el comienzo de la campaña, que se caracterizan por la irregularidad de las lluvias y por las altas temperaturas que se registraron. Es por ello que presentan una diversidad de situaciones, en lo referente a su estado general, que dependen exclusivamente de cómo se presentaron las lluvias y las temperaturas. Se pueden ver lotes buenos, regulares, malos y perdidos, según se presentaron las condiciones ambientales.
Lo real es que los productores que lograron sembrar y tienen sus cultivos nacidos en diferentes estados de crecimiento, deben seguir realizando las labores necesarias para que el cultivo llegue a término, siempre y cuando venga acompañado de condiciones ambientales adecuadas.
Los productores de granos hicieron todo lo posible para que sus cultivos pudieran desarrollarse adecuadamente, pero debieron enfrentar situaciones climáticas no deseadas que afectaron sus cultivos.
Todos intentaron empezar con el pie derecho esta campaña, pero en la mayoría de los casos no pudieron hacerlo por la falta de humedad en la fecha óptima, como para empezar con las labores de presiembra y siembra, por lo que, en general, los barbechos no fueron realizados adecuadamente. Esto trajo problemas de manejo de malezas, que deberán solucionarlos para por lo menos mejorar la situación de los cultivos que siguen en carrera.
Las malezas
Lo cierto es que los problemas de malezas son algo que los productores y técnicos enfrentan todos los años, para evitar la competencia con el cultivo y hacer que este llegue limpio a cosecha, para que pueda expresar todo su potencial productivo.
El manejo de los cultivos con respeto a las malezas debe ser siempre pensando en evitar la aparición de malezas tolerantes y resistentes a ciertos herbicidas, un fenómeno biológico que está presente desde hace varias campañas en los campos de la región y del país. Las instituciones de investigación que están en la región vienen trabajando en los estudios sobre cómo evitar la aparición de resistencia y tolerancia y, a la vez, trabajan en cómo controlar aquellas malezas tolerantes y resistentes que ya están presentes.
Los técnicos especialistas en malezas afirman que los “yuyos” se llevan un 14% de los rendimientos a nivel país, lo cual, en un contexto de demanda creciente de alimentos, no es un número despreciable.
Por lo tanto, el desafío de mejorar la productividad está en la inversión en tecnología, ya que la superficie agrícola para producción en secano es limitada.
Las malezas se fueron adaptando a los diferentes manejos que proponía el productor, y lograron, en alguna medida, sobrevivir generando resistencia y/o tolerancia al uso de herbicidas.
Resistencia y tolerancia
Los técnicos vinculados a las malezas afirman que con la soja RR y la siembra directa se observaron cambios en la población de las especies por la nueva forma de trabajar la tierra. Si bien en un comienzo no había problemas en el sistema, con el tiempo el medio fue cambiando por la presión de selección dada por el glifosato y el monocultivo de soja, y así comenzaron a aparecer nuevas especies tolerantes y hasta resistentes.
Un reciente estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA identificó que existen 10 especies resistentes a herbicidas. En ese trabajo advierten sobre la necesidad de aplicar a los cultivos más conocimientos sobre biología y estrategias sustentables de manejo.
La expansión de las malezas resistentes a herbicidas en diversas regiones productivas del país, está obligando a productores y asesores técnicos a replantear el sistema agrícola vigente desde mediados de la década de 1990, y a volver a poner en práctica el conocimiento disponible sobre la biología de los cultivos, junto a estrategias de manejo sustentables que eviten el uso indiscriminado de agroquímicos.
A pesar de que en los últimos tres años en la región venimos padeciendo los efectos nefastos de la falta adecuada de precipitaciones, no debemos dejar de pensar en una problemática que crece en el sistema productivo de granos y otros cultivos, como la aparición de resistencia y tolerancia.
Lo cierto es que la agricultura se enfrenta a un cambio de escenario, basado más en la aplicación de conocimiento, que en nuevos insumos.
Por ello, es que los profesionales dedicados a la investigación son un soporte técnico en el cual los productores deben apoyarse y sostenerlos, para que el trabajo investigativo encuentre resultados para enfrentar este nuevo desafío. |
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