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Entre Ríos perdió 58.000 hectáreas de bosques nativos en 15 años: el Gualeguay en alerta  
Palabra de Campo- 06-10-2025 -
  Nota publicada por: Palabra de Campo el 06-10-2025

Nota de origen:
Deforestación en Entre Ríos: En 15 años se perdieron 58.000 ha de bosques nativos
Enviada por: FAUBA , el 27-09-2025

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La deforestación avanza en silencio sobre los ecosistemas más valiosos de la Argentina. En Entre Ríos, el proceso fue tan sostenido que en apenas 15 años desaparecieron casi 58.000 hectáreas de bosques nativos, según un estudio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA). La pérdida equivale al 8,4% de la cobertura forestal de la cuenca del río Gualeguay, una de las regiones más productivas y ambientalmente frágiles del Litoral.

En el mismo período, la superficie agrícola creció unas 57.700 hectáreas, un 9% del área total. La expansión de la soja desplazó pastizales, montes y arbustales, y transformó el paisaje entrerriano en un mosaico dominado por cultivos. Los investigadores advierten que este cambio altera el ciclo del agua, reduce la biodiversidad y aumenta el riesgo de inundaciones en zonas bajas.

“Los bosques brindan múltiples beneficios: albergan fauna, capturan carbono y actúan como esponjas naturales durante las lluvias. Pero hace décadas que sufren el avance agrícola”, explicó Federico Minardi, egresado de la Especialización en Teledetección y Sistemas de Información Geográfica de la FAUBA y autor del trabajo.
Bosques que resisten, pero cada vez menos

El estudio, basado en imágenes satelitales y relevamientos de campo, confirma una reducción significativa de la superficie boscosa en la cuenca del Gualeguay. Sin embargo, todavía persiste un 40% de cobertura forestal, que amortigua los efectos del cambio de uso del suelo.
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Minardi destacó que “cuando reemplazamos bosques por agricultura, el consumo de agua se reduce, los suelos pierden capacidad de absorción y las napas suben hasta saturar la superficie”. En ese contexto, los bosques actúan como reguladores naturales del ciclo hídrico, evitando picos de crecida que podrían derivar en inundaciones severas.
La cuenca del Gualeguay perdió más de 57.000 hectáreas de bosques nativos en 15 años, según la FAUBA.
La cuenca del Gualeguay perdió más de 57.000 hectáreas de bosques nativos en 15 años, según la FAUBA.

Lo llamativo, señaló, es que el régimen de caudales no mostró alteraciones drásticas entre 2006 y 2019, a diferencia de lo ocurrido en cuencas similares del país. “La diferencia está en la proporción de bosques que aún se conservan. Esa cobertura forestal residual todavía cumple un rol ecológico clave”, precisó.
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Una frontera agrícola que empuja sus límites

El fenómeno del avance agrícola sobre ecosistemas nativos no se limita a Entre Ríos. Según datos del Ministerio de Ambiente de la Nación, la Argentina perdió más de 2,8 millones de hectáreas de bosques nativos entre 2006 y 2023, con el norte del país como epicentro: Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa concentran más del 80% del desmonte registrado.

Sin embargo, el caso entrerriano presenta una particularidad: allí, el desmonte se da sobre suelos de alta productividad y gran fragilidad hídrica. El río Gualeguay recorre más de 600 kilómetros y atraviesa zonas bajas que dependen del equilibrio entre agricultura, ganadería y bosques ribereños. Cuando esa ecuación se rompe, aumenta la frecuencia e intensidad de las inundaciones.

“El impacto del cambio de uso del suelo no siempre es inmediato. En muchos casos, los efectos se manifiestan años después, cuando el sistema ya perdió capacidad de autorregulación”, advirtió Minardi.
Entre la producción y la conservación

La Ley Nacional de Bosques (26.331) estableció que las provincias deben realizar un ordenamiento territorial de sus áreas forestales. En el caso de la cuenca del Gualeguay, solo el 13% del territorio puede ser desmontado según la normativa vigente. El resto debería permanecer protegido, aunque los controles son escasos y los incendios y desmontes ilegales continúan afectando al ecosistema.

“El desafío es conciliar producción y conservación. Entre Ríos tiene una oportunidad única para mostrar que es posible producir sin destruir su patrimonio natural”, subrayó el investigador. La FAUBA trabaja ahora en modelos predictivos que integran teledetección, datos climáticos y gestión territorial, con el fin de diseñar políticas públicas más precisas.

Los especialistas coinciden en que mantener la cobertura boscosa es una cuestión de supervivencia ambiental y económica. Los bosques no solo previenen inundaciones: también regulan el clima local, recargan acuíferos, almacenan carbono y aportan estabilidad a los sistemas productivos.
Un equilibrio que podría romperse

A pesar de que el Gualeguay aún conserva una porción importante de su monte nativo, los especialistas advierten que ese equilibrio es frágil. El aumento de los períodos secos, el cambio climático y la presión agrícola podrían acelerar su degradación.

“Si perdemos más bosques, los impactos sobre el ciclo hídrico serán inevitables”, advirtió Minardi. “El agua comenzará a comportarse de manera más extrema, con más inundaciones en años húmedos y sequías más severas en años secos”.

El estudio de la FAUBA busca servir de base para políticas de gestión territorial sostenibles que eviten repetir los errores de otras regiones argentinas. En palabras del investigador, “los bosques nativos son el mejor seguro ambiental que tenemos. No podemos darnos el lujo de seguir perdiéndolos”.