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Un estudio llevado adelante por investigadores argentinos, es clave en el control de una voraz plaga que genera millonarias pérdidas en la agricultura de Estados Unidos.

Los investigadores abren una puerta al control de una plaga agrícola que amenaza la agricultura estadounidense. Ellos lograron determinar por qué las plagas lograban hacerse resistentes a la serie de compuestos anti digestivos (llamados inhibidores de proteasa) que actúan en la soja como defensas contra sus predadores.

Si bien hasta hace algunos años el sistema de rotación de cultivo (maíz/soja) había permitido un control de la plaga, porque las larvas al alimentarse de soja morían, este método comenzó a perder eficacia. Al aparecer un nuevo biotipo de este insecto, es capaz de poner huevos en los lotes de soja donde al año siguiente tendrán maíz.

Quien llevó adelante esta investigación es el Dr. Jorge Zavala, actual Profesor de la Cátedra de Bioquímica de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Él comenzó a estudiar el tema durante su post doctorado en la Universidad de Illinois en Estados Unidos, y al regresar a la Argentina avanzó sobre este desarrollo investigativo, que conto con la colaboración de los profesores Manfredo Seufferheld y Joseph Spencer, de la Universidad de Illinois.

La investigación determinó que el insecto empezó a expresar una mayor cantidad de enzimas tolerantes a los compuestos anti digestivos, que le permiten estar el tiempo suficiente en cultivo de soja como para oviponer y al año siguiente, las larvas causar daños severos en los cultivos de maíz.

En diálogo con EL OTRO MATE, Zavala contó que “para realizar el trabajo, se comenzó a estudiar la actividad de esas enzimas en el biotipo original de la plaga y en el nuevo biotipo que lograba sortear la rotación sin problemas, y encontramos diferencias muy grandes, los del biotipo nuevo tenían una actividad mayor y por eso podían tener ese tipo de comportamiento.”

La plaga en cuestión, la Diabrótica virgifera, cada año genera pérdidas millonarias en el principal cultivo de maíz. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, afecta a unas 15 millones de hectáreas, sobre una superficie total de 40 millones de ha sembradas con el cultivo, con mermas de rendimiento equivalentes a 800 millones de dólares y otros 200 millones, que se pierden por costos de aplicación de agroquímicos. En la Argentina, si bien no se encuentra esta especie, está la alarma encendida porque en los últimos años, el insecto logró llegar hasta el continente europeo.

Sobre la implementación práctica, Zavala destacó que “previamente a estos resultados, los investigadores no tenían siquiera una hipótesis de trabajo para estudiar los cambios de comportamiento de estos insectos. La identificación de la característica que les permite alimentarse de soja representa un punto de partida que permitirá pensar en generar nuevas defensas que afecten al insecto”.

Nota: EL OTRO MATE
Foto: Pedro Sardoy

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