Desarrollan test para detectar residuos agroquímicos |
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Glifotest, es el nombre que recibió el dispositivo que permite detectar la presencia de Glifosato en agua y alimentos. El mismo utiliza una lógica similar a los test de embarazo comunes, y su uso resulta igual de rápido y sencillo.
Para lograr que este “sensor” pudiera detectar el agroquímico, el uso de la biotecnología sintética fue un factor fundamental. Este tipo de tecnología comprende un conjunto de técnicas utilizadas para diseñar y construir genes que otorguen a los diferentes organismos características y funciones nuevas, es decir, que no poseen de manera natural.
En este caso, el organismo utilizado fue la bacteria escherichia coli, que se modificó genéticamente mediante la adición de dos genes de otros microorganismos que actúan de manera conjunta. En caso de hallarse ante una sustancia contaminada con Glifosato, el primer gen participa en la degradación del agroquímico, dividiéndolo en dos productos diferentes. El segundo gen. entonces, reacciona ante la presencia de uno de estos productos produciendo un pigmento que tiñe a la bacteria de un color azul oscuro, el cual puede ser observado a simple vista, sin necesidad de microscopios o de complejos elementos de laboratorio . Caso contrario, la bacteria permanece de color blanco amarillento, con su aspecto normal, indicando que no hay presencia de glisfosato.
El desarrollo del Glifotest estuvo a cargo de Pablo Peralta Roa, investigador de la cátedra de Genética de la FAUBA y Sergio Ghio, docente a cargo de la misma área. Con ellos trabajó un grupo de siete estudiantes de las carreras de Ciencias Ambientales y de Agronomía de la FAUBA, conformado por Evelina María Caparros Frentzel, Ximena Romano, Victoria de la Paz Bernasconi Torres, Daniel Franck, Luis Francisco Magni, Guillermo Saá y Lautaro Castro. Los estudiantes, a su vez, contaron con el apoyo del jefe de cátedra Gustavo Schrauf.
El equipo de trabajo se formó en el contexto de una competencia científica sobre biología sintética, TECNOx, realizada en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. La iniciativa y puesta en marcha comenzó en 2015, pero los resultados se dieron conocer en mayo de este año, luego de obtener el “Premio al trabajo en comunidad y la colaboración”.
Cabe aclarar que el proyecto se encuentra aún en una fase experimental y que luego, en un futuro, podría presentarse como un kit que contaría con una tira reactiva – de papel o plástico/ en la cual se encontraría la bacteria E. coli deshidratada .
La idea nació en torno a la polémica generada en los últimos años en Argentina por el uso del herbicida Roundup de Monsanto, el cual contiene como componente principal Glifosato. Esta sustancia, clasificada como “probablemente cancerígena para el ser humano” por la organización Mundial de la Salud (OMS), es utilizada para el control de malezas, pero muchas veces llega a productos alimenticios y de higiene, como descubrió hace relativamente poco un equipo de científicos de la Universidad Nacional de La Plata.
Estos hechos son preocupantes, dado que se han realizado varios estudios en cuyos resultados se han visto vinculados la exposición de los seres humanos al glifosato con efectos negativos sobre la reproducción (defectos de nacimiento), cáncer, problemas y trastornos neurológicos. Todo esto, como consecuencia del uso directo del producto o por la exposición de los habitantes al mismo.
Con la creación del Glifotest nos encontramos con un herramienta que podrá contribuir al trazado de las bases de futuras medidas de precaución, necesarias para proteger nuestra salud y preservar el ambiente, y también ayudará a crear conciencia acerca de la importancia de fomentar la agricultura ecológica, libre de sustancias peligrosas, que nos provea sin generar perjuicios al hombre y al ambiente.
Fuente : SLT (Servicio de Divulgación Científica y Tecnológica sobre Agronomía y Ambiente de la Facultad de Agronomía de la UBA). |
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