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Así lo señaló el profesor titular de la cátedra de Fertilidad y Fertilizantes de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), Roberto Álvarez, quien destacó que los suelos de la Región Pampeana “perdieron el 70% de la capacidad de aportar nitrógeno y de la disponibilidad de fósforo para los cultivos. Es la degradación más importante que hubo en la región, pero que hoy se puede compensar con fertilización”.

Sin embargo, desde la FAUBA reconocieron que la soja, el cultivo más extendido del país, no dependen de la aplicación de estos productos para obtener buenos rendimientos. Mientras en el mundo el 50% de la producción de alimentos se realiza en base a fertilizantes, la Argentina transita una situación particular que, en parte, la independiza del uso de esos productos.

Citado por el diario Clarín, Álvarez señaló sobre este punto que “se estima que sólo perderíamos un 15% de la producción si dejáramos de fertilizar y caeríamos a 85 millones de toneladas de granos cosechados anualmente, respecto de los 100 millones que se producen hoy”. Por otra parte, esta independencia de la oleaginosa respecto de los fertilizantes no se repite en otros cultivos como el maíz, el trigo y el arroz, que son los más sembrados del mundo.

Sobre la actual campaña de granos gruesos, que se está comenzando a sembrar actualmente, el científico sostuvo que “es casi imposible económicamente aplicar fertilizantes, que son uno de los insumos más caros de la agricultura. Sólo se compensaría el costo de la fertilización en suelos de muy baja fertilidad” y agregó que en suelos de mediana y alta fertilidad no va a convenir fertilizar el maíz ni la soja.

Álvarez afirmó que “la mejor recomendación en un escenario tan complejo desde el punto de vista económico es usar fosfato diamónico, porque a diferencia de las fuentes de un solo nutriente, en el caso del maíz obtendríamos una doble respuesta al nitrógeno y al fósforo. Este fertilizante es rentable en suelos de mediana y baja fertilidad”, dijo.

Y recordó que, más allá del menor uso de fertilizantes ante la coyuntura del actual ciclo agrícola, no debería esperarse un baja muy pronunciada en los rendimientos en la Región Pampeana, debido a la capacidad de la soja de tomar nitrógeno del aire.

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