| Una idea para sumarse al creciente negocio de la cerveza |
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Como muchas chicas aprenden a cocinar de la mano de su abuela, Juan Francisco Llamazares Vegh aprendió a elaborar la cerveza artesanal como ayudante de su abuelo. Pero no hizo un negocio de etiqueta, sino que se posicionó en el backstage de la elaboración, como proveedor.
Antes de descubrir esa veta, el joven de 26 años /a una tesis de distancia para convertirse en ingeniero agrónomo/ decidió explotar lo que hasta el momento hacía por hobby. Se asoció con su primo Federico DAlvia Vegh, dos años mayor, que tenía experiencia en el área comercial. Y juntos, empezaron a producir cerveza.
Este proceso puso a los primos en la puerta de un nuevo emprendimiento. Detectaron una oportunidad que en su momento definieron como única para mejorar la competitividad del sector.
"De todos los insumos que se necesitan para producir cerveza, la levadura juega un rol esencial, ya que convierte los azúcares simples que hay en el mosto en alcohol etílico y dióxido de carbono", explica Llamazares Vegh.
La dupla de familia quilmeña basó su proyecto en el asesoramiento académico. Y fue en el laboratorio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) donde comenzaron a trabajar en la creación de levaduras líquidas para elaborar la bebida que los consumidores argentinos beben más que el vino, si se mide en términos per cápita.
Visto el potencial negocio, buscaron darle un norte en la incubadora de la facultad, IncubAgro, donde lograron establecer un convenio de transferencia tecnológica con un grupo de investigación integrado por especialistas en biotecnología y con experiencia en levaduras. Llamazares Vegh ya había mostrado su costado científico como ayudante en una cátedra de Bioquímica.
A los factores propios y los externos que sumó la incubación, también hubo que completar con estrategia. En IncubAgro adquirieron herramientas para integrarse a la cadena del sector, que se encuentra en plena expansión en el país. "El mercado de la cerveza artesanal crece al 30 por ciento anual. En 2014, se produjeron más de 14 millones de litros", detalla el entrepreneur.
Según los cálculos de los primos, la búsqueda de diferenciación entre los 650 productores que existen a nivel local, los hará partícipes de la prosperidad.
"Para que este crecimiento pueda ser bien capitalizado e incentivado, los productores deberán embarcarse en el camino de la diferenciación, la búsqueda de la calidad y la aplicación de buenas prácticas de manufactura. Esto se vuelve complicado si para diferenciar a una cerveza de otra no se cuenta con la variedad suficiente de cepas que te permitan llegar a sabores únicos", señala Llamazares Vegh.
A competir al mercado
Con la foto del mercado, dieron nombre a la empresa /"Stämm"/, y empezaron a promocionar las ventajas de este tipo de levaduras que, a diferencia de las secas, "tiene un calidad superior, ya que realza sabores y aromas de forma natural", define el joven.
Además, dicen los fundadores, sus productos se proponen y promocionan como sustitutos de importaciones. "Aseguramos plena disponibilidad y un servicio de posventa y seguimiento que fomenta la búsqueda constante de calidad para poder pensar en tener una cerveza de exportación, bajo las normas internacionales", indica Llamazares Vegh.
Stämm propone 26 cepas diferentes que se ofrecen en su portafolio de productos. Es decir, un número mayor respecto de las entre ocho y doce que existen en el mercado local hasta que llegaron los primos, según las variedades que ingresen desde el exterior.
El gran desafío es adquirir maquinaria para escalar la producción y ampliar la red de distribución, que hoy cuenta con cuatro puntos de entrega. El objetivo está puesto en el mercado interno. |
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