sintesisagraria.com
Versión para imprimir
Volver al inicio
Cerealicultura de calidad, sustentable y reconocida  
Por su labor, esta cátedra de la FAUBA fue distinguida con el premio Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales. Emilio Satorre, su Profesor Titular, repasó sus logros en docencia, investigación y extensión, y cómo se incorporó el concepto de sustentabilidad a la producción de cereales. Por: Pablo A. Roset La cátedra de Cerealicultura de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) está conformada por un grupo humano de excelencia tanto en docencia de grado y posgrado como en investigación y extensión. Por su trabajo y sus méritos en las últimas décadas, acaba de ser reconocida con el premio Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales, versión 2016, otorgado por esa institución y con la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria (ANAV) como jurado. Es la primera vez en la historia que esta distinción se entrega a un conjunto de personas. Emilio Satorre, Profesor Titular de Cerealicultura, repasó la labor en las tres áreas y destacó cómo se incorporó el concepto de sustentabilidad a todas sus actividades. "Hace unas semanas nos informaron que la ANAV le había otorgado a Cerealicultura el premio Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales. Se trata de un premio bianual que se entrega en años pares. En este caso, es la versión 2016. En general, se entrega a las personas por su contribución a la producción, mejoramiento, industrialización y comercialización de granos y semillas de cereales. Sin embargo, hay que destacar que esta es la primera vez que se distingue a un grupo de trabajo, a una institución. Es un orgullo para nosotros este reconocimiento a nuestro trabajo en docencia, investigación y extensión", dijo Satorre. La calidad empieza en las aulas Emilio Satorre, quien también es Coordinador Académico de Agricultura en la Unidad de Investigación y Desarrollo de AACREA, destacó el trabajo que la cátedra de Cereales viene realizando en docencia de grado. "Desde hace muchos años, junto con la cátedra de Cultivos Industriales dictamos la materia Producción de Granos. En esta asignatura volcamos mucha filosofía acerca de cómo debería ser formado un Ingeniero Agrónomo para manejar estos cultivos extensivos". "A fines de los años 90 vimos que el cuerpo de conocimiento que teníamos había alcanzado tal madurez que nos permitía generar un libro. Así nació Producción de Granos. Bases Funcionales para su Manejo, que es como el libro de cabecera de ambas cátedras y es el texto que usamos en el curso en los últimos 14 años hasta el día de hoy", afirmó el docente, y añadió: "Constituye una base tan robusta que aunque ya vemos la necesidad de actualizar ciertos contenidos, en realidad son como adornos; los principios fundamentales permanecen prácticamente intactos. Su edición marcó un hito ya que es uno de los libros más vendidos en las ciencias agronómicas en Hispanoamérica". Por otra parte, Satorre también se refirió a la actividad docente de posgrado. "Desde la creación de la Escuela para Graduados de la FAUBA (EPG), la cátedra participó activamente en sus cursos de posgrado, tanto en la carrera de Doctorado en Ciencias Agropecuarias como en las maestrías en Producción Vegetal y Recursos Naturales, o en las especializaciones con orientación hacia la producción de granos. Los docentes de Cerealicultura dictamos muchos cursos. Algunos dirigimos cursos completos, como Daniel Miralles o Gustavo Maddonni y yo, por ejemplo, que somos responsables del curso Ecología de Cultivos. Además, cabe destacar que actualmente Gustavo es el Director de la EPG". Asimismo, el investigador resaltó que la continuidad es un aspecto fundamental para mantener el ritmo de formación y crecimiento de los recursos humanos de la cátedra. "En 33 años tuvimos un trabajo continuo de mejora y ajuste, buscando conformar un grupo de trabajo capaz de brindar una formación académica de grado y posgrado que hoy es reconocido en muchos lugares". Una historia en la investigación "La actividad de la cátedra en investigación es sumamente importante. Cubrimos desde aspectos genéticos moleculares hasta sistemas muy complejos y difusos, siempre vinculados a los cultivos de granos. Además abarcamos un amplio rango de escalas de percepción muy diverso. Si bien nuestro grupo es heterogéneo, en términos generales todos aportan distintas visiones y colaboran sinérgicamente en relación a la producción de granos", señaló Satorre. La cátedra de Cerealicultura produce una cantidad importante de trabajos de investigación que son publicados en prestigiosas revistas internacionales. "En los últimos 10 años hemos publicado alrededor de 200 trabajos de investigación. Y, por supuesto, también participamos como expositores en congresos nacionales e internacionales, y como disertantes destacados en eventos de todas las partes del mundo". "Nuestras investigaciones están financiadas mayormente por organismos oficiales como, por ejemplo, el sistema de ciencia y técnica o el Conicet; son fondos que se concursan de manera abierta. Sin embargo, una pequeña parte es financiada por empresas. Esto se da en base a convenios de transferencia a través de la FAUBA. Se trata de empresas productivas, grupos de productores o empresas proveedoras de insumos. Nuestra posición al respecto siempre fue consecuente: el convenio debe incluir una investigación y una generación de conocimiento que sirva para mejorar la producción. Y ahí es donde entra el eje de la transferencia", comentó el docente. La importancia de transferir conocimientos Satorre llamó la atención sobre el rol de los Ingenieros Agrónomos como agentes clave en la transferencia de conocimientos al sector productivo. "Considero que deben actuar como puentes entre lo que es la investigación, y los logros que ésta genera, y los usuarios o los decisores que van a generar o a desarrollar, a partir de un proceso, una nueva tecnología". "En Cerealicultura no estamos elaborando insumos, ni sintetizando moléculas químicas, ni haciendo mejoramiento genético de variedades. Pero sí identificamos y generamos procesos para que las tecnologías de insumos se puedan aprovechar mejor y los programas de mejoramiento genético puedan ser más eficientes. Es decir, creamos lo que llamamos una nueva tecnología de procesos que incorpora el conocimiento como una pieza clave. Este es nuestro enfoque de cómo vincular nuestra investigación a la producción". En relación al mencionado rol de puente, el docente explicó que la cátedra viene manteniendo un compromiso muy importante con el medio. "Hicimos, y hacemos, un fuerte trabajo interno para que todo nuestro equipo sea capaz de analizar los problemas sin perder la excelencia de la ciencia y sin perder de vista que del otro lado hay alguien que se puede beneficiar de esa investigación básica, ya sea un usuario puntual o toda la sociedad del país". Para Satorre, el esfuerzo de transferencia es importante más allá del alto costo en tiempo de horas de viaje y comunicación. De ese esfuerzo resultaron herramientas en forma de modelos como Triguero, Maicero, CRONOS, RIPEST, entre otros, y numerosos artículos de divulgación, tales como los cuadernos de actualización de cultivos para el movimiento CREA, cuyas ediciones son coordinadas por él mismo desde la década del 90. "Ese material le llega directamente a los productores, al igual que los artículos en la revista CREA. Incluso, en este sentido también colaboramos en publicaciones con AAPRESID". La sustentabilidad ambiental, una marca distintiva "A mediados de los 90, AACREA invitó al Ingeniero Agrónomo Alberto Soriano a dar una conferencia para productores del oeste arenoso. Esa conferencia resultó fundamental, básica, ya que fue la primera vez que se habló de sustentabilidad (cuando la palabra aún no existía) y se dejó planteado el tema. Tiempo después, entre nuestra cátedra, la de Ecología (FAUBA) y las zonas del oeste arenoso de AACREA se firmó un convenio para generar indicadores de sustentabilidad que mostraran los riesgos potenciales de la agricultura sobre el medio ambiente", dijo Satorre. "A partir del año 2000, después de haber realizado ese proceso, decidimos incorporar el concepto de sustentabilidad a la docencia, la investigación y la extensión, pero teniendo en cuenta todos sus componentes. Los grupos CREA trabajan desde hace años en sustentabilidad ambiental, pero esa es sólo una parte de la sustentabilidad general. Hay una parte vinculada a la sustentabilidad económica no para la empresa sino para la sociedad. La sociedad tiene que contar con empresas exitosas que generen empleo y que cumplan una función social, con responsabilidad, más allá del beneficio económico. Los procesos se van dando de a poco, llevan su tiempo. Por eso transferimos conceptos, que después se convierten en valores culturales y luego en valores sociales, y así los cambios se van generando de a poco", concluyó Satorre.