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Ingeniería en Agrobiotecnología: una carrera con futuro y alta salida laboral  
Es la primera en el país que promueve profesionales altamente capacitados en lograr introducir valor agregado al proceso de producción primaria de las actividades agropecuarias. Ya cuenta con los primeros egresados. Con la mirada puesta en el futuro y en el desarrollo de emprendimientos en agrobiotecnología, los ingenieros se forman y capacitan en el uso de herramientas nacidas de la biología molecular, mejoramiento de plantas y animales, y diversos procesos industriales. Creada por la Universidad Nacional de San Martín UNSAM y el INTA, la primera cohorte que arrancó en el año 2012, integrada por 10 jóvenes que fueron seleccionados y becados para financiar sus gastos de mantenimiento, ya cuenta con sus primeros 7 ingenieros. Se trata de una titulación de grado creada por ambas instituciones con el objetivo de formar profesionales capacitados para introducir valor agregado al proceso de producción primaria resultante de las actividades agropecuarias, según coincidieron los integrantes del comité coordinador por la UNSAM y el INTA, Guillermo Santa María y Fernando Ardila, respectivamente. Encontrar el nicho para esta carrera “no ha sido sencillo”, dijo Ardila y reconoció que son varias “las carreras de las biociencias que intentan cubrir y brindar estos conocimientos”. La carrera logró una alta inserción de los primeros graduados en empresas biotecnológicas y el sistema científico argentino y extranjero. Según Guillermo Santa María, docente e investigador en el Instituto Tecnológico Chascomús -INTECH-, se forman ingenieros con distintos matices a otras ingenierías. “Los alumnos cuentan con una carga diferencial en las áreas de matemáticas, química y física”, explicó y señaló que cuentan con capacidad de actuar “principalmente, en desarrollos tecnológicos en el área agrícola ganadera y, también, de la acuicultura”. Además, indicó que “los alumnos se gradúan después de tener una inmersión profunda en los laboratorios y esto les permite integrarse a los equipos de investigación”. Para Ardila, integrante del cuerpo docente, los resultados obtenidos “con los primeros egresados apoya la idea de que el profesional, que alcanza esta formación, tiene una destacada calidad en formativa según nos dicen sus empleadores; pero también cuentan con un perfil singular, al formarse en laboratorios como Instituto Tecnológico Chascomús –INTECH-, en la localidad de Chascomús, y del INTA Castelar”. A su vez, destacó la rápida inserción laboral que alcanzó una parte de los egresados mientras que otros lograron becas de formación académica y en investigación en el país y el exterior. Uno de los que logró insertarse laboralmente en una empresa de biotecnología es Francisco Simón, el primer graduado de Ingeniería. Con solo 24 años y egresado a finales del 2016, inició sus estudios en ingeniería química en la Universidad de Cuyo para luego pasarse a agrobiotecnología (los alumnos interesados deben tener conocimientos en matemática y química general así como haber cursado el primer año de una carrera afín). Lo hizo tras considerar la oferta de materias que hacían foco en “mejoramiento animal y vegetal, clonación, biología molecular como transgénicos”, señaló. La carrera “está muy bien pensada”, dijo en cuanto a lo que es “el tema del desarrollo de la agrobiotecnología en nuestro país”. Y es así que Simón buscó tomar una oferta de materias, en un esquema similar al que propone el Instituto Balseiro, que le brindara contenidos en propiedad intelectual y desregulación de organismos genéticamente modificados. Por ser la primera ingeniería que cuenta con asignaturas en este campo, “me llevó a pensar que ahí había un nicho interesante”, por lo que pudo elegir para formarse y orientar su búsqueda laboral. Agrobiotecnología plantea un recorrido curricular donde los alumnos desarrollan prácticas en laboratorios y se vinculan con equipos de investigación. Actualmente, como parte del departamento de propiedad intelectual en la empresa Biogénesis Bagó, destaca que “son muy pocos los profesionales que tienen una formación de tecnólogos de base y que, además, se dedica a temas de propiedad intelectual, que involucra áreas del derecho”. Para Simón, es una de las carreras indicadas y con futuro. “El mercado laboral es muy complejo, especialmente en algunas profesiones, y hay que optar por orientaciones con cierto grado de originalidad o que se diferencia de aquellas más clásicas”, reconoció. Y la gran diferencia “es que se cursa dentro de institutos de investigación”. Este aspecto “es muy importante”, asintió y destacó: “Estas en contacto con gente del sistema científico y tecnológico, con la posibilidad de estar cerca de desarrollos que ocurren a tu lado, mientras vos estudias”. El punto de partida de la UNSAM con el INTA hace siete años, para pensar Ingeniería en Agrobiotecnología, fue la presentación del primer bovino –Rosita ISA- doble transgénico en el mundo que hoy ya produce leche con dos proteínas humanas. Esta investigación vinculó a las instituciones desde un trabajo de cooperación conjunta en materia de biotecnología al lograr la producción. Cuando fue creada contó con el apoyo del CONICET, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación –hoy Agroindustria-, y la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires –CIC-.