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Monitorear: ¡es la tarea!  
En la zona sudeste de la provincia de Buenos Aires, los cultivos de soja están transitando los estadíos relacionados con la formación de vainas y los granos. Este momento es de crucial importancia para el productor, ya que cualquier problema que se presente en el cultivo, podría afectar el rendimiento. Lic. Cs. Biol. Marina Montoya (M.Sc.) Laboratorio de Patología Vegetal EEA INTA Balcarce El cultivo de la soja está transitando, según las fechas de siembra, entre los estadíos que se denominan R3, momento en que se empiezan a formarse las vainas, y R5, cuando las semillas dentro de las vainas empiezan a llenarse. Estos momentos son decisivos ya que es la etapa del cultivo donde se define el rendimiento. Una de las variables que aportará al éxito o fracaso de la producción del cultivo es la sanidad. Muchas veces las condiciones ambientales, que son buenas para el cultivo, lo son también para la mayoría de las bacterias y hongos que causan enfermedades. Por lo tanto estamos atravesando un momento clave para enfrentar la importante tarea de monitorear, tanto del cultivo como del ambiente. Pese a los pronósticos de ocurrencia del fenómeno de "El Niño", en muchos lugares de nuestra región no ha sido lo que se esperaba. Como ejemplo podemos citar que, en algunos lugares del partido de Balcarce, se ha experimentado déficit hídrico hasta hace poco tiempo. No obstante, hay que estar atentos ya que en las últimas semanas han ocurrido lluvias importantes. Es necesario hacer un seguimiento de las condiciones ambientales en esta etapa del cultivo. La ocurrencia de precipitaciones en niveles normales o superiores a lo normal, sumado a temperaturas moderadas a frescas, pueden proveer el ambiente necesario para que se manifiesten enfermedades en el cultivo. Tomando en cuenta estos detalles, desde el Laboratorio de Patología Vegetal de la Unidad Integrada Balcarce, se sugiere intensificar el monitoreo del cultivo que se lleva a cabo. El período crítico en que se encuentra, los estadíos reproductivos, lo hace especialmente importante. A modo orientativo el cultivo debiera ser recorrido cada 15 días durante las etapas vegetativas, y cada una semana en etapa reproductivos clave. Es importante tratar de reconocer los síntomas y signos de las enfermedades que pueden aparecer en distintos momentos del ciclo. Esto es fundamental porque muchos patógenos dejan el inóculo en el rastrojo del cultivo y/o en la semilla cosechada y/o en el suelo, y de ello dependerá el manejo específico del lote y de la semilla cosechada. Entre las enfermedades con las que es posible tomar alguna medida de manejo en el corto plazo se encuentran las que suelen ser llamadas de fin de ciclo, siendo la mayoría causantes de síntomas especial, aunque no exclusivamente, en el follaje. En el sudeste bonaerense las principales suelen ser la mancha marrón (Septoria glycines), el tizón foliar (Cercospora kikuchii, que también causa la mancha morada en semilla), el tizón bacteriano (Pseudomonas savastanoi pv. glycines), el tizón del tallo y la vaina y pudrición de la semilla (Phomopsis sojae; P. longicolla); y otras que están en menor proporción, pero que también se incluyen: mildiu, oídio, mancha por Alternaria. El otro grupo de enfermedades son las que afectan raíces y base de tallo. Contra ellas normalmente no hay muchas alternativas una vez que se las observa en etapas reproductivas del cultivo. Su manejo es a mediano y largo plazo. Estas incluyen el cancro del tallo por Diaporthe caulivora, podredumbres de tallo por Sclerotinia sclerotiorum, de raíz y tallo por Phytophtora sojae, podredumbre carbonosa por Macrophomina phaseolina, podredumbre marrón del tallo por Cadophora gregata, (antes llamado Phialophora gregata), y muerte súbita por Fusarium tucumaniae y/o F. virguliforme, entre algunas de las que se observan con mayor o menor prevalencia en la región. Cada situación productiva puede requerir un manejo específico por lo que no siempre es posible recomendar "recetas" para aplicar o no aplicar fungicidas. Los tratamientos fitosanitarios deben tener una justificación técnica y deben basarse en buen diagnóstico. Además del monitoreo (del ambiente y las enfermedades), hay diversos factores que deben tenerse en cuenta. Hay que recorrer los cultivos, conocerlos. Cuanta más información se tenga sobre el lote, el cultivo antecesor, tipo de labranzas, historia sanitaria de cultivos previos, etc., estaremos en mejores condiciones de tomar una decisión consciente de aplicar o no aplicar agroquímicos u otras medidas de manejo en el momento oportuno y de manera eficaz.