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Se llevó a cabo la exposición Rural en Azul  
Podría venir hoy a denunciar públicamente que los productores estamos resistiendo la peor política agropecuaria en décadas.

Podría venir a contarles que, pese a ello, en la campaña 2011/2012 el campo argentino gastó e invirtió más de 260 mil millones de pesos y produjo alimentos para 420 millones de personas. Para ser gráficos, que en su apuesta al país, y pese a todo, el sector agropecuario invirtió el equivalente a dos veces el presupuesto de la Provincia de Buenos Aires y que con su producción se pueden alimentar diez argentinas.

Podría utilizar esta tribuna para desenmascarar que el ataque al sector productivo no derivó en alimentos más baratos ni en mejoras para el conjunto de la población, como algunos les decían. No es necesario. Ustedes comprueban a diario que pese al esfuerzo de los agentes de la salud, de los docentes o de los policías, son vergonzosas las carencias en materia de salud, educación y seguridad. Ustedes comprueban a diario que no hay plata que alcance, que el relato oficial, al fin de cuentas, como la mentira, tiene patas cortas.

Podría venir a celebrar junto a ustedes que cumpliremos, en breve, treinta años ininterrumpidos de democracia formal; con la posibilidad de acceder a las urnas como suficiente estímulo, pero con el sabor amargo de las muchas deudas pendientes. En efecto, podemos votar libremente pero nos queda recorrer todavía un largo camino en materia social y de infraestructura; debemos trabajar duro también para fortalecer la República, el federalismo y las instituciones.

Podría también venir a contarles que la Sociedad Rural de Azul cumplirá mañana 130 años de vida, es decir, que se conformó un 14 de octubre de 1883, apenas unas décadas después de fundada nuestra ciudad. En otras palabras, que la Sociedad Rural de Azul es parte de nuestra historia como comunidad desde sus orígenes y testifica que tanto ayer, como hoy, el desarrollo de nuestro partido no puede desprenderse de lo que sucede en el ámbito rural.

Podría, en definitiva, usar este espacio para reflexionar sobre lo que somos o lo que fuimos. Prefiero, sin embargo, invitarlos a abordar el barco de lo que podemos ser.

Y lo que podemos ser, sin dudas, es un Gran País, una Gran Nación.

Hace algún tiempo, Juan Carr, creador de Red Solidaria expresó: “Cuando digo que quiero cambiar el mundo, no es que lo digo, es que lo quiero cambiar en serio. No es menor la diferencia. Y tampoco es sólo que quiero hacerlo, sino que además sé que se puede”. El desafío, mi desafío, nuestro desafío, es hacer de esto algo masivo, convencer y convencernos, ser y mostrar que somos todos los días algunos más.

Es posible cambiar lo que está mal, créanme que se puede. Para ello debemos asumirnos como ciudadanos, comprometernos, participar, ocupar espacios. Debemos, como escuche por ahí hace unos días, cambiar el “que se vayan todos” por el “metámonos todos”. No les regalemos nuestras instituciones a los dirigentes, seamos cada uno de nosotros un dirigente. Comprometámonos y participemos. En la comisión de padres, en la sociedad de fomento, en el club o en el comité de nuestros amores.

Es posible cambiar lo que está mal, créanme que se puede. Pero no basta con ir a votar en algunos días y después sentarse a esperar. El cambio nos exige poner el cuerpo, dedicar tiempo y recursos. A la luz de los resultados que hoy vemos, deben saber que vale la pena: Podemos transformarnos en un Gran País, podemos transformarnos en una Gran Nación.

No se trata de una utopía, por definición irrealizable. Se trata, como dice un joven amigo, de poner cada uno nuestro mejor grano de arena, para construir entre todos el médano de la República.

Muchas gracias a todos, bienvenidos, siéntanse como en su casa.