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Claves para lograr granos inocuos y de calidad  
La inocuidad garantiza a los consumidores que un alimento no dañará su salud. En el caso de los granos donde la Argentina es un protagonista del mercado mundial esto es fundamental.



Para lograrlo, deben cuidarse todas las etapas productivas, desde el trabajo a campo hasta la industrialización. En toda la cadena, la presencia de residuos químicos -que quedan en el grano tras la aplicación- es uno de los factores clave para asegurar la inocuidad.



“En la poscosecha, los agroquímicos más utilizados son los insecticidas”, explicó Bemadette Abadía, especialista en almacenamiento de granos del INTA. Esos insecticidas, añadió, tienen la doble finalidad de “limitar los daños que causan los insectos en la calidad de la mercadería durante el almacenamiento y comercializar granos libres de insectos vivos", algo requerido por las normas de comercialización argentinas e internacionales.



De acuerdo con Abadía, "existen normativas que regulan la cantidad tolerable de residuos en los granos y sus derivados. Los Límites Máximos de Residuos”, cada vez más estrictos. De superarse esos límites, los embarques pueden ser rechazados al llegar a destino, generando significativos costos logísticos y riesgos para la salud, explicó la técnica.



Por esto la especialista consideró “fundamental no superar los límites máximos de residuos de insecticidas en granos almacenados y utilizar esos productos responsablemente tanto en la planta de acopio como en las industrias”.



En tanto, el doctor Ricardo Bartosik, coordinador del proyecto de Eficiencia de Poscosecha de Granos del INTA, agregó que “cuidar la inocuidad de los granos no sólo es de importancia para los mercados de exportación, sino que es una actividad fundamental para proveer granos de calidad a la agroindustria nacional, que en definitiva produce los alimentos que consumimos”.



Según Abadía, el control integrado de insectos es “indispensable” para reducir la dependencia de los agroquímicos: “El uso de insecticidas es una herramienta más, que debe combinarse con otras tanto o más importantes, como la limpieza de la planta y el uso de aireación (o refrigeración artificial)”, sostuvo.



Por otra parte, detalló que deben utilizarse sólo los productos registrados en la Argentina, lo cual puede verificarse en el marbete. “De tratarse de granos o derivados para exportación, se deberá conocer la lista de productos registrados en el país de destino y sus correspondientes límites máximos de residuos” precisó.



Como ejemplo. Abadía mencionó que en Europa, el límite máximo del DDVP es de 0,01 mg/kg. equivalente al límite de detección, mientras que en la Argentina es de 5 mg/kg. Respetar las instrucciones, no exceder las dosis máximas, cumplir con el tiempo de carencia y registrar por escrito las aplicaciones de insecticidas son otras recomendaciones para obtener mayor inocuidad.



Del 4 al 8 de noviembre, el INTA Balcarce dictará el III Curso Internacional de Actualización Técnica en Poscosecha de Granos, con el eje en la inocuidad y el control integrado de plagas.