El INTA brinda algunas pautas para enfrentar el déficit forrajero en el Norte de la provincia de Buenos Aires
Actualmente la mayoría de los campos se encuentran con muy poca o sin disponibilidad forrajera y casi siempre de baja calidad, debido a la sequía. Asimismo el traslado de los animales no es una opción real dado que gran parte del país se encuentra en la misma situación. Si bien el balance hídrico mejorará a la brevedad, la época de mayor acumulación de forraje ya pasó y la posibilidad de hacer reservas en cantidad y calidad suficiente es dudosa.
Ante esta situación, el Proyecto Ganadero del Centro Regional Buenos Aires Norte del INTA pone a disposición una serie de recomendaciones orientadas a adecuar la carga ajustando la alimentación, realizar un manejo eficiente de la suplementación y lograr disponibilidad forrajera para transitar el invierno y lo que resta del año.

Adecuar la carga animal y ajustar la alimentación del rodeo
Separar el rodeo en categorías, para adecuar la nutrición a cada una de ellas. Por ejemplo, las vaquillonas preñadas tendrán prioridad por sobre las vacas preñadas. En casos extremos donde deba recurrirse a bajar la carga drásticamente podrán destinarse a venta en primer término vacas vacías, viejas, enfermas, toros viejos, toros no aptos para el servicio

Se recomienda anticipar el destete y conservar solo las vaquillonas de reposición y vender las que no se van a entorar. Si existen animales para engorde, una alternativa es venderlos o darlos en capitalización.

En las categorías de engorde se debe definir las prioridades en función del peso y estado de los animales, teniendo en cuenta el objetivo de venta en el menor plazo posible. Las categorías prioritarias son las vaquillonas y los novillos próximos a terminarse. Para estas habrá que evaluar la posibilidad de una alimentación que les permita mantener ganancias de peso superiores a los 650 gramos por animal y por día. Las vacas de negocio y novillos de menos de 350 Kg, son categorías que admiten restricciones, que implican como mínimo el mantenimiento del peso.

Para el caso de terneros es necesario fijar un nivel de alimentación que permita ganancias de al menos 400 gramos por animal y por día, con el fin de no comprometer su desarrollo.

La mala alimentación favorece la aparición de problemas sanitarios, consultar a un veterinario para prevenirlas.

Emplear correctamente los alimentos concentrados
Los granos presentan una altísima concentración energética por lo que su uso está indicado para todas las situaciones, variando las cantidades según los requerimientos.

Dada la escasez de reservas, la alimentación con dietas sobre la base exclusiva de granos y/o subproductos, si bien es factible, requiere de un estricto acostumbramiento e intensificar la vigilancia de la hacienda a fin de detectar animales con problemas digestivos.

Cuando constituyen un alto porcentaje de la dieta (mayor al 1.5% del peso vivo) se debe realizar un riguroso acostumbramiento con incrementos en el suministro de no más del 0,25% del peso vivo de grano cada 4 días.

Los subproductos como afrechos y afrechillos presentan las mismas consideraciones que los granos. Cuentan con un 60-70% de la energía de éstos, pero con más fibra por lo que son menos problemáticos.

La siguiente tabla muestra a manera de ejemplo algunas alternativas de alimentación para diferentes categorías. En estas sugerencias se contempla la inclusión de un porcentaje mínimo de fibra en la ración en la forma de rollo o silaje. En los casos donde no se disponga de los mismos existen alternativas pero requieren de ciertas precauciones para su implementación:

Alternativas de composición de raciones (kg tal cual por animal por día) y costo estimado


Mejorar la disponibilidad de forraje
Durante el resto del verano y el otoño, se aconseja utilizar las pasturas unos días después de que hayan cubierto el suelo. El sobrepastoreo generará deterioros, retardando el rebrote siguiente y agravando aún más la baja disponibilidad de forraje. En el caso de pasturas compuestas por gramíneas, respetar un remanente promedio de 5-10 cm.


Para aumentar la disponibilidad de pasto, en pastizales y aquellas pasturas compuestas por gramíneas se puede fertilizar con nitrógeno (urea o UAN) desde principios de marzo. En esta época no se recomiendan altas dosis de nitrógeno: dosis de 110 kg de urea/ha son suficientes (125 l UAN/ha).

Es necesario prever la siembra de verdeos con anticipación, haciendo barbechos a fines de recuperar el agua en el perfil. Se aconseja recurrir a la tecnología disponible para asegurar una alta eficiencia de acumulación de forraje (semilla de alta calidad, proteger la semilla con insecticidas sistémicos, utilizar fertilizantes arrancadores en la siembra, emplear dosis de siembra adecuadas para estas circunstancias).

Se recomienda aplicar una buena dosis de fertilizante al inicio de la siembra. Esto permite equilibrar más la oferta de forraje en los tres o cuatro pastoreos que se pudieran realizar, ya que algunos verdeos tienden a concentrar más la producción al principio del ciclo.

Es necesario optar por una elección de especies y cultivares de verdeos de invierno para encadenar según las necesidades previstas. Por ejemplo, en otoño la velocidad hasta el primer pastoreo es cebada > avena > raigrás; mientras que en invierno el raigrás y centeno rebrotan más rápido que la avena. El mercado de semillas ofrece diversas alternativas para ello.

Una alternativa es la implantación de trigo doble propósito a fin de tener hasta dos pastoreos y una media cosecha de grano. Se deben sembrar a mediados de marzo utilizando variedades de ciclo intermedio-largo, con buena capacidad de rebrote. Cuando comienza a subir el ápice de crecimiento (julio-agosto), se debe retirar la hacienda y agregar fertilizante según la disponibilidad de nitratos en el suelo. .

La siembra aérea de raigrás anual sobre maíz o soja permite adelantar el aprovechamiento. Sobre soja se debe hacer cuando la planta comienza amarillear.

Si se van a sembrar pasturas en suelos fértiles, el uso de 5-6 kg de cebadilla criolla en la mezcla permite adelantar el primer pastoreo entre 20 y 30 días con respecto a mezclas que no contienen esta especie.

Fin de verano y principios de otoño no son épocas seguras para henificar y obtener heno de adecuada calidad. En caso de que las condiciones climáticas lo permitan, se recomienda utilizar acondicionadores de forraje para acelerar el secado y favorecer la conservación de hojas en especies leguminosas. Una alternativa es la conservación de forraje de pasturas bajo la forma de henolaje y silaje.