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La ardilla de vientre rojo, cada vez m�s presente en CABA |
26-03-2020 |
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Información enviada por: FAUBA |
Por: Sebasti�n Tamashiro
(SLT-FAUBA) La ardilla de vientre rojo (Callosciurus erythraeus) es un roedor originario de Asia que lleg� a la Argentina en la d�cada del setenta a la localidad bonaerense de J�uregui. Desde all� se difundi� hacia �reas rurales y urbanas, donde afecta negativamente aspectos ecol�gicos, de salud p�blica y de infraestructura. Al ser una especie carism�tica, las personas la capturan, transportan y liberan en diversos lugares. Ya se la detect� en C�rdoba, Mendoza y Santa Fe. Un estudio conjunto entre la Universidad Nacional de Luj�n (UNLu) y la Facultad de Agronom�a de la UBA (FAUBA) confirm� su presencia en cuatro sitios nuevos de CABA y resalt� la necesidad de dar a conocer y detener esta invasi�n biol�gica.
Borgnia recomend� alertar a las autoridades apenas se observen ardillas y no solo cuando aparecen los da�os que causa. Foto: Mar�a Laura Guich�n
�Hace m�s de 40 a�os, un empresario belga trajo a la ardilla de vientre rojo con motivos ornamentales. Se cree que no m�s de cinco individuos originaron la poblaci�n que se estableci�, creci� y se expandi� por todo el partido de Luj�n y por otros partidos vecinos. La ardilla no solo se transporta sola. Adem�s, muchas personas, al percibirla atractiva, la capturan y la llevan de un lugar a otro�, cont� Mariela Borgnia docente e investigadora de la UNLu.
En este sentido, agreg� que para evitar el traslado de este roedor es importante que la gente conozca los impactos negativos que puede causar. �Da�a a los �rboles, ya sea comiendo sus frutos, sus semillas o sus cortezas, y reduce la cantidad y calidad de los productos forestales. En ecosistemas nativos representa un riesgo potencial para �rboles y mam�feros aut�ctonos. En paisajes urbanos, roen cables, mangueras y ca�os, y provocan cortes de luz y de agua�.
Las ardillas consumen distintas partes de los �rboles. Por ejemplo, al da�ar la corteza, reducen la cantidad y la calidad de la producci�n forestal. Foto: Paula Pedreira
Borgnia tambi�n se refiri� a los riesgos que puede significar el roedor silvestre para la salud de la poblaci�n humana. La investigadora hizo mucho hincapi� en que es portador de la bacteria que transmite la leptospirosis. �Por eso, es muy importante que las personas no toquen a las ardillas, y que eviten el contacto con sus heces y orina. Hay que tomar las mismas precauciones que con una rata�.
Invasi�n federal
Ya se detectaron poblaciones de Callosciurus en Mendoza, en dos localidades de Santa Fe, en el pueblo cordob�s de la Cumbrecita y en diversas zonas de Buenos Aires. �Hace algunos a�os, escuchamos que la ardilla se encontraba en CABA, pero se trataban de individuos aislados. Ahora confirmamos con relevamientos y encuestas que existen al menos siete lugares en donde se liberaron ardillas, que podr�an dar lugar a poblaciones estables en el futuro. El predio de la Ex-ESMA, el jard�n bot�nico de Palermo y el parque de la FAUBA son algunos de los sitios afectados�, destac� Borgnia a partir del estudio que public� en la revista cient�fica Agronom�a & Ambiente, junto con Silvia de Bargas y Alejandra Valverde, docentes de la c�tedra de Producciones Animales Alternativas de la FAUBA.
Esta especie muerde mangueras de riego o ca�er�as al buscar agua. Foto: Mariela Borgnia
�Hay que prevenir que la poblaci�n de ardillas crezca y comience a ser un problema en CABA. Por eso, le pedimos a la gente que cuando vea a este roedor, avise a las autoridades. Generalmente, en los primeros 5 a�os, la poblaci�n de ardillas crece sin causar grandes da�os y por eso no se realizan denuncias. Cuando son pocas, no se ven tan f�cilmente, pero est�n viviendo y colonizando el lugar. Una vez que los perjuicios son visibles, es m�s complejo manejar la poblaci�n porque ya se encuentra en mayor n�mero�.
Las ardillas requieren ambientes arbolados para desarrollarse y se acostumbran muy bien a la vida urbana. Se mueven de �rbol en �rbol por cables, alambrados y techos de casas. La investigadora profundiz� en los posibles impactos negativos que este roedor puede provocar en estos ambientes. �En Luj�n ya sucedi� que la especie invasora da�� cables y provoc� que gran parte de la poblaci�n se quede sin luz�.
Manejo integrado a escala
Borgnia explic� que esta invasi�n biol�gica se combate con un manejo a dos puntas. Una, es la prevenci�n para evitar que aparezcan focos nuevos. Esto implica difundir folleter�a, divulgar la problem�tica espec�fica de la ardilla y se�alar los peligros de transportar especies silvestres en general. La otra, es el control. �Esta cuesti�n es m�s compleja ya que interviene la opini�n p�blica y es una especie que cae simp�tica�.
En el pa�s se registraron poblaciones silvestres de 22 especies de mam�feros introducidos. Foto: Gimena Illia
De todas formas, agreg� que desde la UNLu est�n elaborando un protocolo de manejo para que adopten los municipios o los productores perjudicados. �Es importante asesorarse. Ya hay sitios en los que no se podr� erradicar la ardilla, pero s� se podr�a reducir la poblaci�n a un nivel menos perjudicial�, afirm� Borgnia, integrante del grupo de Ecolog�a de Mam�feros Introducidos de la UNLu, que pertenece al Instituto de Ecolog�a y Desarrollo Sustentable (UNLu-Conicet).
Para concluir, la docente indic�: �Antes no se consideraba a las invasiones biol�gicas como un problema ambiental. Ahora s�. En nuestro pa�s hay muchas especies invasoras, tanto animales como vegetales u otros organismos. Desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable se est� elaborando una estrategia a nivel nacional para abordar la problem�tica y actuar en diferentes escalas. Para cada caso, se est�n evaluando las mejores estrategias de manejo�. |
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