Dependiendo de las condiciones ambientales, la opción de implantar pasturas perennes junto con la siembra de cultivos agrícolas de invierno es una opción a tener en cuenta en años como este, donde por razones climáticas se ha pasado la fecha óptima de implantación y donde ya hemos resignado la producción de pasto del primer invierno. En las regiones donde la humedad no es limitante (de la Isohieta de 800 mm hacia el Este) y arrancando con buena humedad en el perfil se pueden implantar buenas pasturas utilizando prácticas de manejo adecuadas. Las ventajas que presenta esta práctica serían: * Beneficios económicos por contar con el ingreso del cultivo agrícola el año de implantación. * Eficiencia en el uso del suelo, uso conjunto por parte del cultivo y de la pastura de los fertilizantes aplicados. * Menores riesgos de erosión por tener el suelo mejor cubierto. Las desventajas pueden ser: * Un mayor riesgo en el establecimiento de las especies integrantes de la pastura en función de las condiciones climáticas. * Menor producción de forraje en el primer año. * Control de malezas más caro y ajustado. Las especies forrajeras en su mayoría no ejercen efectos negativos directos sobre los cereales, salvo el trébol rojo que por su porte erecto crece mucho a pesar del sombreado. Lo que limita la presencia de las especies forrajeras es el uso de herbicidas por lo que el control de malezas tiene que ser bien evaluado y planificado antes de encarar esta siembra. En cambio si vamos a tener un efecto de interferencia del cultivo sobre la pastura por la competencia por luz, agua y nutrientes. Para limitar esta competencia tenemos que tener en cuenta los siguientes items: Especie y variedad del cultivo agrícola: Conviene especies de ciclo corto. Época, densidad y sistema de siembra: las siembras de fin de julio a mediados de agosto son las más convenientes, densidad del cultivo agrícola menor a lo recomendado cuando esta solo y lo ideal es hacer doble siembra poniendo primero el cultivo agrícola y cruzado al sesgo la pastura. Condiciones climáticas del año y agua en el perfil: en años secos con suelos sin agua en el perfil no hay que sembrar la pastura con el cultivo agrícola. Fertilidad del potrero: no deberían ser lotes muy pobres pero tampoco con un exceso de fertilidad. Diferente comportamiento de las especies forrajeras: las leguminosas son más aptas para ser sembradas con cultivos que las gramíneas, el trébol rojo es el menos perjudicado con esta práctica, siguiendo en orden la alfalfa y el trébol blanco y finalmente las especies de lotus. En las gramíneas, el pasto ovillo y la cebadilla criolla se logran con mayor seguridad que festuca alta, el raigrás perenne no es recomendable porque compite mucho con el cultivo agrícola. Mayor competencia con las malezas: Los cultivos agrícolas asociados determinan que la presencia de malezas sea menor respecto a pasturas sembradas sin acompañante sin embargo dejarán más suelo desnudo después de la cosecha, lo que permitiría la posterior instalación de malezas anuales y perennes.