Ante más de un centenar asistentes la compañía presentó en la capital cordobesa su iniciativa de cara a 2020. Participaron integrantes de la Secretaría de Agricultura y del INTA Río Tercero. El cierre estuvo a cargo de Abel Albino, de la Fundación CONIN, una organización consagrada a combatir la desnutrición infantil. Córdoba, 30 de mayo de 2014. El desarrollo de una agricultura sustentable amerita un nuevo compromiso por parte de las empresas. En sintonía con esa idea, Syngenta presentó en Córdoba The Good Growth Plan, su estrategia de sustentabilidad orientada a buscar respuestas a los principales desafíos que hoy exigen temas como la seguridad alimentaria, el cuidado del ambiente, el fortalecimiento de las comunidades rurales y el uso eficiente de los recursos. En un contexto cambiante y con una población creciente, producir alimentos implica una enorme responsabilidad, que requiere un alto nivel de compromiso y la necesidad de establecer alianzas integradoras. La apertura del evento estuvo a cargo de Gabriel De Alzáa, gerente comercial de Syngenta para Córdoba, quien expuso la problemática de la demanda de alimentos a nivel global hacia el año 2050 y explicó los alcances de The Good Growth Plan. Así, la compañía busca satisfacer la demanda de alimentos de manera sustentable, a través de un cambio a nivel global de la productividad agrícola y la utilización de objetivos parámetros de medición para evaluar los resultados. La estrategia está conformada por tres pilares: "Más alimentos y menos desperdicios"; "Más biodiversidad y menos degradación"; y, "Más salud y menos pobreza". Frente a semejantes compromisos, entre los desafíos se incluyen: " Aumentar la productividad de los principales cultivos del mundo en un 20%, sin usar más agua, tierra o insumos. " Mejorar la fertilidad de 10 millones de hectáreas de campo al borde de la degradación y aumentar la biodiversidad en 5 millones de hectáreas de campo. " Incrementar en un 50% la productividad de 20 millones de pequeños productores, entrenar a 20 millones de trabajadores rurales en seguridad laboral -en especial en países en desarrollo- y esmerarse en alcanzar condiciones justas de trabajo a lo largo de toda la cadena de abastecimiento. Por último, Gabriel de Alzáa manifestó que Syngenta espera alcanzar estos objetivos en conjunto con productores, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y socios estratégicos. A su turno el ingeniero agrónomo Javier Martinez, integrante del equipo de Servicio Técnico de Syngenta, explicó cómo la tecnología ayuda a mantener sustentable la producción y la rentabilidad. Por ejemplo, destacó las ventajas del uso de Agrisure Viptera3 en maíz, el evento biotecnológico de la compañía para el control de lepidópteros que afectan la parte aérea del cultivo, y que además aporta tolerancia a glifosato y glufosinato, lo que facilita el control de malezas. Al evaluar los resultados de la adopción de esta genética pudo comprobarse a campo que el número de aplicaciones de insecticidas requeridas sin este evento era de hasta tres aplicaciones, mientras que con la proteína VIP no se necesitaban tratamientos de control. A la vez, se obtenían aumentos de rinde de hasta 500 kilogramos por hectárea contra el testigo, lo que permite aumentar la producción con un manejo más amigable con el ambiente. Más tarde, el ingeniero agrónomo Marcos Blanda de la Secretaría de Agricultura de la Provincia presentó la Ley de Fitosanitarios vigente y sus fundamentos; mientras que el agrónomo Pablo Mazzini del INTA Río Tercero, desarrolló su visión acerca del rol de los productores y el medio agropecuario como comunicadores de sus buenas prácticas agrícolas y su interacción con la sociedad en su conjunto. Asimismo, realizó aportes técnicos vinculados al buen uso de productos fitosanitarios, tanto en la agricultura extensiva como en el sector urbano. El cierre estuvo a cargo de Abel Albino, un reconocido luchador contra la desnutrición infantil y fundador de Fundación CONIN, quien invitó a tomar conciencia y actuar para erradicar la desnutrición con un enfoque humanista, que destacó como única solución para el futuro de las naciones. "Quien no estudia o no quiere trabajar, quien no comprende saberes complejos, la mayoría de las veces es un simple desnutrido. La principal riqueza de un país es su capital humano, y si éste está dañado, el país no tiene futuro", afirmó. "La desnutrición es el resultado final del subdesarrollo, de nada sirve que alimentemos y recuperemos a un niño si a los quince días lo devolvemos al mismo ambiente hostil del cual provino. Desde nuestra organización abrimos las puertas a miles de niños que están en un cono de sombras. La desnutrición genera debilidad mental, que se puede prevenir, revertir y que es generada por el propio hombre. Tenemos que tomar conciencia de esta realidad y trabajar conjuntamente para que este gran país quiebre la desnutrición y la pobreza. Llegó la hora de que las empresas inviertan en inteligencia", sostuvo. El evento contribuyó a recaudar recursos para la Asociación Civil "Vaso de leche".