Ante un auditorio colmado de casi 400 asistentes, técnicos de CRA, del departamento económico, presentaron De la Tierra a la Mesa en el predio de la Sociedad Rural de Venado Tuerto en la provincia de Santa Fe.


Las grandes brechas que hoy se ensanchan cada día más entre el precio que recibe el productor agropecuario y el precio que pagan los consumidores en las góndolas por los alimentos volvieron a quedar en evidencia.


Las brechas llegan a un promedio que alcanza el 1400 % tras el relevamiento realizado a más de 20 productos que comprenden lácteos, carnes, frutas y hortalizas, entre otros. Es decir todos alimentos que componen la denominada Canasta Básica alimenticia.


Para demostrar que existe un gran mito falso que sostiene que la inflación la crean los productores agropecuarios, el trabajo expuso como novedad una comparación con dos grandes países productores de alimentos del mundo como EEUU y Nueva Zelanda.


En comparación, los precios que reciben los productores agropecuarios argentinos por sus productos solo inciden en un 16% del precio final en la góndola. Mientras en EEUU la incidencia es del 25%, y el 75% restante es explicado por otros factores como fletes, servicios, alquileres, salarios y comisiones, entre otros. El caso de Nueva Zelanda es similar: 22% del precio final de góndola es la incidencia del precio al productor, mientras que el resto es explicado por los demás factores.


Un caso testigo, la naranja


Entre las frutas, la naranja es uno de los productos donde se da una de las mayores brechas: por un kg. el productor recibe $0,70, mientras que el consumidor paga $5,50.


¿Qué se desprende de esta brecha?


El Estado a través de la Carga Tributaria Indirecta recibe más de lo que se le paga al productor por el kg. de naranja.
A pesar de que los productores son los que asumen gran parte de los riesgos (climáticos y de precios, entre otros), su participación en el precio final sólo es de 13%.
41% del precio final no pudo ser identificado con los costos. El resto de la brecha lo componen fletes, cosecha, embalaje y comisiones al consignatario, entre otros.

Los más de 20 productos analizados por De la Tierra a la Mesa arrojan como conclusiones que los productores agropecuarios, responsables de producir los alimentos que forman parte de la Canasta Básica, no son los formadores de precios y no son los que marcan el proceso inflacionario actual.


Otro de los mitos falsos que caen ante las brechas inflacionarias entre productores y consumidores es que el sector agropecuario no aporta recursos tributarios.