El vicepresidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, Gustavo Marangoni, anunció en Expoagro que la entidad puso a disposición del sector agropecuario líneas de crédito por 3.500 millones de pesos para 2011.

-¿El anuncio es una forma de apuntalar la actividad?
-En efecto, pretendemos profundizar el comportamiento de años anteriores, donde Banco Provincia accionó de manera anticíclica, haciéndose presente cuando el crédito se retraía. La vocación es contribuir positivamente desde lo crediticio, para apuntalar la actividad agropecuaria.
-¿Qué características tienen estas líneas de crédito?
-Son líneas de inversión a largo plazo apuntadas a capital de trabajo. El sistema financiero tiene el gran desafío de incrementar el crédito al conjunto de la economía. Actualmente, el mercado financiero representa el 12 o 13 por ciento del PBI, un porcentaje bajo comparado con otros países de la región.
-Se desprende que hay un amplio escenario para crecer.
-Seguro. Y para eso debemos privilegiar fuertemente la inversión, tanto privada como pública, para que Argentina crezca sostenidamente a lo largo de las décadas, con cantidad, diversificación y calidad.
-Tampoco se olvidan de la financiación de obras de infraestructura.
-Las obras de infraestructura, como el caso de la Cuenca del Salado, se tornan indispensables porque permiten recuperar muchas hectáreas del corazón productivo provincial. Estas iniciativas necesarias, son fruto de un país que crece, acompañando ese crecimiento en sectores vitales como rutas y puertos.
-¿Se consolida la relación del grupo BAPRO con Expoagro?
-Si. La participación del grupo BAPRO, a través del Banco y Provincia Seguros como main sponsors, es un reflejo de esa excelente relación. En su momento, consideramos muy buena la unificación que dio lugar a Expoagro. Porque si bien cada experiencia individual era válida, la sinergia de esta megamuestra manifiesta todo el potencial productivo de la Provincia.
-¿El contexto internacional ayuda a ver el futuro con optimismo?
-El mundo nos presenta una coyuntura formidable y esperamos que se extienda. En términos históricos y comparativos, esta etapa es aún mejor que el período 1880-1930, por citar sólo un momento histórico muy favorable. Si a esta proyección internacional le sumamos inversiones, y un fortalecimiento institucional, con un marco pleno de certidumbre y previsibilidad las décadas próximas serán excelentes en materia de generación de empleo e inclusión social. Y allí el complejo agroalimentario tiene asignado un rol destacadísimo.