«A pesar de que a este cultivo se lo
considera autógamo, varios informes científicos indican que el trabajo
de los insectos puede incrementar más de 10% los rendimientos. Un
estudio de la FAUBA abre el debate sobre la generalidad de estas
afirmaciones.».
La transformación en tierras de
cultivo y pastoreo de las llanuras del planeta incrementó la producción
mundial de alimentos, pero también deterioró su biodiversidad y los
servicios ecosistémicos que provee. En la región pampeana, la velocidad
de modificación del paisaje se aceleró en décadas recientes. Una de las
principales consecuencias de ese proceso fue la homogeneización del
paisaje, lo que determina que actualmente en la región pampeana el
componente natural de los agroecosistemas persiste sólo como una red de
fragmentos (p. ej., bordes de cultivo y banquinas) inmersos en una
matriz de campos de cultivos o pasturas.
La producción,
calidad y estabilidad de muchos cultivos aumenta por la presencia de
polinizadores, que dependen en su mayoría de estos fragmentos de hábitat
seminaturales para nidificar y obtener recursos florales. Sin embargo,
el manejo orientado a mejorar el servicio de polinización que reciben
los cultivos es poco común en estos sistemas. En particular, esto
resulta relevante ante la evidencia creciente de que globalmente las
poblaciones de polinizadores silvestres están declinando.
En
la cátedra de Botánica de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA)
funciona hace varios años un grupo que estudia la polinización de
plantas naturales y cultivadas. Recientemente recibieron apoyo para
llevar adelante distintos proyectos que apuntan a valoración y
conservación de los polinizadores en agroecosistemas. Por un lado, un
convenio entre Conicet y Syngenta marcó la puesta en marcha del proyecto
Operation Pollinator en Argentina y financió el proyecto “Polinización
de soja: un estudio a diferentes escalas”. Por otro lado, el proyecto
“El rol de los bordes de cultivo en la conservación de la biodiversidad
en agroecosistemas. Un enfoque estructural y funcional” recibió apoyo
del Fondo para la Conservación Ambiental de la Fundación Banco Galicia.
Los
resultados de ambos proyectos, que continúan líneas de investigación
inicialmente apoyadas a través de subsidios PICT y UBACyT, se combinan
para mejorar nuestra comprensión de la importancia y el estado de
conservación del servicio de polinización en agroecosistemas pampeanos. El hilo de una telaraña
En
2013 se puso en marcha en la Argentina un convenio de colaboración
entre la empresa Syngenta y un conjunto de investigadores del Conicet y
la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) para trabajar en el
desarrollo de iniciativas que favorezcan la conservación de
polinizadores en paisajes agrícolas. Uno de los proyectos que recibió
apoyo se centró su atención en la polinización de la soja en un
agroecosistema típico de la Región Pampeana.
A pesar de que la
soja fue considerada tradicionalmente como un cultivo autógamo, es
decir que su rendimiento depende de la autopolinización, diversos
trabajos reportan que la polinización por insectos puede incrementar el
rendimiento entre 10 y 50% respecto de plantas sin polinizar.
Sin
embargo, la mayoría de estos trabajos no son representativos de las
condiciones de campo en que se produce soja en la región pampeana (la
región de la Argentina más importante en términos de hectáreas
cultivadas y de volumen de producción) o poseen limitaciones en su
diseño experimental (falta de tratamientos de control apropiados,
ausencia de repetición ente distintos años o bajo número de
repeticiones). Como resultado, a pesar de la enorme participación del
cultivo de soja en el sistema agropecuario argentino, hay una escasez
llamativa de trabajos que respalden la idea de que parte del rendimiento
del cultivo se debe a la acción de los polinizadores y que, en
consecuencia, justifiquen la conservación y el manejo de estos
organismos en términos del servicio ecosistémico que brindan.
En
este contexto, el objetivo del proyecto es comprender cómo se integran
las diferentes escalas (lote, comunidad, paisaje) del fenómeno de la
polinización de la soja para contribuir al manejo sustentable y
conservación de este servicio ecosistémico fundamental. Este enfoque que
integra distintas escalas se basa en la idea general de que para los
cultivos cuyo rendimiento depende de la acción de polinizadores (p. ej.,
girasol, colza, entre otros), la relación polinización-rendimiento
incluye procesos que ocurren en tres escalas diferentes. En escala de
lote, el sistema reproductivo de la especie o variedad determina en
parte la dependencia del rendimiento del cultivo de la polinización
cruzada. En escala de comunidad (lote + borduras), las interacciones
entre el cultivo, la vegetación acompañante y los visitantes florales
pueden dificultar o facilitar la polinización del cultivo. Además, la
estructura del paisaje (p.ej., proporción de los distintos tipos de uso
del suelo) en el que está inmerso un lote agrícola puede afectar la
riqueza y abundancia de visitantes florales disponibles para el cultivo.
El
estudio reveló que la soja forma parte de una compleja red de
interacciones en la que participan especies de plantas e insectos
nativas y exóticas. Es decir, no sólo incluye los visitantes florales de
la soja, sino las especies vegetales del borde del cultivo que también
funcionan como fuente de alimento de estos polinizadores y, más aun,
otros visitantes florales de estas plantas. La soja es la séptima
especie más visitadas (en cuanto al número de eventos de visitas
florales) en este agroecosistema. Recibe visitas de seis especies, y en
particular de abejas domésticas, para las cuales la soja es el cultivo
más visitado. Por esta razón, probablemente tiene incidencia en la
producción local de miel durante la temporada de floración del cultivo.
Este sistema se comporta de manera muy compleja ya que cambios en
cualquiera de las especies (por ejemplo la desaparición de alguna de las
especies más conectadas) genera efectos que se propagan rápidamente por
todo el sistema, ya que todo está conectado. Las implicancias para el
manejo son fascinantes porque es como tirar de un hilo de una telaraña:
todo el conjunto se mueve.
Un resultado interesante fue que,
al menos para la zona que se estudió, la soja no dependería de la
polinización por insectos. Un experimento demostró que no se redujo ni
el número de vainas por planta, ni de semillas por vaina, ni del peso de
las semillas en plantas “enjauladas” (es decir, no visitadas por los
polinizadores, respecto de las que sí). Estos resultados contradicen los
encontrados para otras regiones de la Argentina, lo que abre el debate
sobre las posibles causas de estas diferencias y plantea la necesidad de
repetir ensayos con la misma metodología en otras regiones del país. ¿Por qué es importante preservar a los polinizadores?
Los
polinizadores son importantes porque polinizan muchos cultivos y
plantas silvestres. Los polinizadores integran una red de transporte de
polen que hace posible la polinización: llevan polen desde donde se
produce (los estambres de las flores) hasta donde contribuye a la
fecundación de las plantas (el estigma de la flor). Las plantas “pagan”
por este servicio en la forma de recompensas (néctar y polen las más
comunes).
Si bien algunas plantas logran la polinización sin
la intervención de insectos (porque se polinizan a sí mismas o mueven el
polen mediante otros agentes, como el viento), alrededor de 90% de las
plantas, incluidos muchos cultivos, dependen al menos parcialmente de la
polinización por animales para formar semillas y frutos. En el caso de
los cultivos la importancia es enorme: se estima que casi un tercio de
la producción mundial de alimentos proviene de cultivos cuya producción
depende al menos en parte de la acción de los polinizadores. En la
Región Pampeana se pueden mencionar como ejemplos al girasol y a la
colza. En el caso de la soja, uno de los proyectos mencionados intenta
esclarecer qué grado de dependencia tiene su rendimiento de la
polinización provista por insectos.
Por Mariano Devoto, del Servicio de Prensa de Divulgación Científica y Tecnológica de la Facultad de Agronomía de UBA.
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