| Proponen uso de residuos para la agricultura |
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Un volumen importante de material orgánico que se destina al relleno sanitario de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE) puede orientarse a la producción agrícola, mediante un proceso de «compostaje», según la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA).
La casa de altos estudios trabaja desde noviembre de 2009 en un proyecto conjunto con el CEAMSE para evaluar dicho proceso, generado a partir de los residuos de poda y los originados en el Mercado Central de Buenos Aires, cuyos productos serán destinados a la producción agrícola.
«Buscamos generar sustratos para la producción de cultivos hortícolas y florales», explicó Marta Zubillaga, docente de la cátedra de Fertilidad y Fertilizantes, responsable del proyecto junto con Silvia Ratto, de la cátedra de Edafología.
Según Zubillaga, «el objetivo es reemplazar por compost los materiales no renovables que se utilizan en estas actividades (como turbas), con una doble ventaja: la posibilidad de usar menos recursos no renovables y dar a los residuos un destino agrícola».
Los residuos de poda de parques, arbolado urbano, plazas y jardines, así como el descarte de los mercados de frutas y verduras, conforman una gran cantidad de biomasa capaz de generar energía, que se descarta o se tira en basurales a cielo abierto.
El compostaje de estos residuos permitiría convertirlos en materia prima para otras actividades, disminuyendo su volumen y evitando su disposición en vertederos.
El proyecto de la FAUBA, enmarcado en el Instituto de Ética y Calidad Ambiental, surgió luego de varios años de trabajo. «Anteriormente, logramos establecer un compost de calidad de residuos cloacales, en colaboración con Aguas Argentinas, una experiencia que fue pionera en Buenos Aires», recordó Zubillaga, quien además investigó distintas prácticas utilizadas como remediación de suelos contaminados.
Agustina Branzini, tesista de doctorado y colaboradora del proyecto, indicó que los residuos usados (provenientes de la Ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense) son triturados y compostados en silos bolsa, y se acumulan en pilas de maduración, donde permanecen unos siete meses.
En ese tiempo, el equipo de investigadores de la FAUBA evalúa la calidad del proceso de compostaje y del producto final, para lo cual se hacen ensayos de fitotoxicidad, a campo y en invernáculos, orientados a estudiar su posible uso en cultivos intensivos.
También se toman muestras para evaluar la calidad de material que entra a la planta de compostaje, en diferentes años y estaciones, con el objetivo de mejorar los procesos. «Estamos en vías de tener un producto registrado, bajo el CEAMSE, luego de ser aprobado por el SENASA; a futuro, pensamos avanzar en otros proyectos para el manejo de residuos de los rellenos sanitarios», concluyó Zubillaga. |
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