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Pastos y arbustos: una alianza clave para la productividad en el sudoeste de Chubut  
El Chubut- 12-03-2025 -
  Nota publicada por: El Chubut el 12-03-2025

Nota de origen:
En la Patagonia, pastos y arbustos conviven para producir más
Enviada por: FAUBA , el 05-03-2025

Esta noticia ha sido difundida por las siguientes agencias:
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El manejo de la ganadería ovina en la estepa patagónica debe buscar un balance entre el sobrepastoreo y la exclusión del ganado. Foto: L. Biancari (SLT/FAUBA).

En muchas zonas áridas del mundo, la expansión de los arbustos sobre los pastizales representa un desafío para la producción de forraje y la economía local. Sin embargo, una investigación de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) en el sudoeste de Chubut indica que los ecosistemas mixtos, donde coexisten pastos y arbustos, generan mayores niveles de biomasa. Los expertos subrayan que mantener esta diversidad vegetal es fundamental para conservar la productividad del sistema y sostener la actividad ovina.



“La vegetación de las zonas áridas del mundo combina especies leñosas, como los arbustos, con herbáceas, es decir, los pastos. Desde la ecología nos preguntamos por qué esta convivencia persiste, cuando las fuerzas naturales tienden a favorecer escenarios dominados por una u otra forma de vida”, explicó Lautaro Nasta, docente de Ecología en la FAUBA y becario del CONICET.



En la estepa patagónica, el equilibrio entre pastos y arbustos influye tanto en la biodiversidad como en la productividad vegetal. El estudio buscó comprender estas dinámicas desde una perspectiva científica y su impacto en la producción ovina, una actividad clave para la economía regional.



El campo experimental del INTA en Río Mayo, donde la cátedra de Ecología trabaja desde hace más de 40 años, fue el escenario ideal para esta investigación. Según Nasta, la estepa funciona como un laboratorio natural, con parches bien definidos de vegetación dispersa y otros donde los arbustos están rodeados de pastos, lo que permite estudiar sus interacciones biológicas.



Resultados contundentes



El equipo llevó a cabo un experimento en el INTA Río Mayo, donde removieron selectivamente pastos o arbustos para generar parcelas dominadas por una sola forma de vida. Durante cinco años, compararon la producción de biomasa de estas parcelas con la de aquellas donde ambas especies convivían.



“Podía ocurrir que todas las comunidades produjeran lo mismo, que alguna de las dominadas por una sola especie fuera más productiva, o que la combinación de pastos y arbustos generara mejores resultados”, detalló Nasta.


Foto: L. Biancari (SLT/FAUBA).

Los datos fueron concluyentes: las comunidades mixtas produjeron un 70% más de biomasa que aquellas dominadas por una sola forma de vegetación. “Esto se debe a un fenómeno conocido como facilitación: los arbustos protegen a los pastos del viento, permitiendo que retengan mejor la humedad y produzcan más biomasa”, explicó el investigador.



En la Patagonia, donde el viento es una constante, la influencia de los arbustos es crucial. Su altura y volumen disminuyen la velocidad del viento cerca del suelo, beneficiando el crecimiento de los pastos y mejorando su capacidad para aprovechar el agua disponible.



Ganadería y conservación: un equilibrio necesario



La investigación destaca la importancia de preservar comunidades mixtas de pastos y arbustos para mantener la productividad de la estepa. “Evitar la arbustización excesiva es clave para garantizar un ecosistema saludable que brinde los servicios necesarios para la ganadería”, afirmó Nasta.



Nasta y su grupo tienen nuevas preguntas y planean seguir trabajando en Río Mayo. Foto: L. Biancari.

En este contexto, el manejo del pastoreo juega un rol fundamental. “El sobrepastoreo degrada la calidad del forraje, ya que las ovejas seleccionan los pastos más nutritivos, promoviendo el crecimiento de especies menos deseables. Pero, al mismo tiempo, excluir completamente el ganado también puede ser perjudicial, ya que los pastos envejecen, acumulan material muerto y reducen su productividad”, advirtió el investigador.



Para lograr un equilibrio, se requiere una carga moderada de animales por hectárea que mantenga la productividad sin degradar el ecosistema.



El futuro de la estepa



El equipo de investigación cuenta con datos recolectados a lo largo de más de cuatro décadas en la estepa patagónica. Ahora, buscan analizar cómo los cambios climáticos recientes han afectado la densidad y productividad de arbustos y pastos.



Además, han instalado cámaras de calentamiento en el campo para evaluar la respuesta de la vegetación al aumento de las temperaturas. En el futuro, planean revisitar las parcelas donde realizaron experimentos de remoción de vegetación para analizar la evolución de estas comunidades tras el disturbio.



“Siempre dependeremos de los recursos para continuar con nuestras investigaciones en la Patagonia, pero el esfuerzo valdrá la pena. La estepa y el viento seguirán allí, esperando por nuevas respuestas”, concluyó Nasta.



Fuente: Sobre la Tierra (FAUBA)