La producción orgánica en la Argentina pasó de 5.500 a 4.300.000 hectáreas |
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Cuando la producción orgánica nació en los años ’40, sus promotores advertían sobre las consecuencias de la agricultura a gran escala. Pero nunca imaginaron que el mundo demandaría alimentos basado en este tipo de manejos.
Si bien actualmente se asocia más con los precios elevados, la moda y el cuidado del ambiente, esta alternativa crece de forma constante tanto a nivel global como en la Argentina.
“La producción orgánica es una modalidad de producción diferente a la que llamamos convencional o agroindustrial. Se la conoce más por la prohibición de uso de agroquímicos, pero tiene principios mucho más amplios”, dice Silvia de Bargas, docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).
Hoy, se transformó en un atributo diferencial de calidad que se respalda en la certificación de los productos, y es cada vez más importante en el mundo. Sobre todo, debido a que son consumidores exigentes los que valoran su modelo productivo.
Argentina más verde
Nuestro país ocupa el segundo lugar a nivel mundial dentro del ranking con mayor superficie certificada como “orgánica”. Este dato era impensado unos años atrás.
Es más, un estudio realizado por la Fauba sorprendió a muchos. Analizó la evolución de la actividad en nuestro territorio desde la década del 90 hasta el presente. En ese sentido, halló que la superficie aumentó de 5,5 mil héctaras a casi 4,3 millones de hectáreas.
Pero además, el mismo informe evaluó la cantidad de establecimientos que se pasaron al circuito orgánico. En esa línea, la cantidad de establecimientos que utilizan este método alternativo de producción se cuadruplicó, de 322 a 1.343.
La ganadería lidera el ranking
El sector ganadero es el que más se subió al carro en este aspecto. El 95% de la superficie orgánica corresponde a la ganadería. “La mayor cantidad de hectáreas se ubica en la Patagonia, y el principal producto es la lana para exportar”, mencionó de Bargas.
Entre 1999 y 2000 se incorporaron 2,9 millones de hectáreas, y 1 millón pertenecía a un solo empresario textil. “En menor medida producimos miel, carne bovina y huevos de gallina. En cuanto a lo agrícola, nos destacamos como exportadores de peras y manzanas, y sus procesados, y también de cereales, oleaginosas y cultivos industriales”, informó la entrevistada.
La producción orgánica incluye una mirada del mundo que rechaza los paquetes tecnológicos basados en insumos de síntesis química y organismos modificados genéticamente, entre otros.
Una mente en lo orgánico
La investigadora está realizando su tesis de maestría sobre este tema, y en ese marco ha entrevistado a más de 60 productoras y productores orgánicos. Su fin es analizar qué motivaciones tuvieron para ingresar a la actividad.
“Encontré que el motor principal para adoptar esta modalidad de producción es una cuestión de principios relativos, sobre todo, al cuidado del ambiente, a la salud de los consumidores y a la calidad de los productos. Recién en segundo lugar, el aspecto económico”, afirmó.
En ese sentido, aclaró que si bien los productos orgánicos son más caros, producir de esta manera no implica una mayor rentabilidad. “La producción orgánica incluye una mirada del mundo que rechaza los paquetes tecnológicos basados en insumos de síntesis química y organismos modificados genéticamente, entre otros”, argumentó.
¿Política de Estado?
Muchas veces desde el Estado se habla mucho de este tipo de emprendimientos pero se hace muy poco. “El Estado no subvenciona a quienes se quieren iniciar o sostener en el rubro”, aclaró la docente de la Fauba.
Silvia de Bargas, docente de Producciones Animales Alternativas en la FAUBA.
Aún no hay pautas públicas que protejan a este tipo de emprendimientos que buscan producir sin uso de fitosanitarios o fertilizantes químicos. otra cuestión es que faltan políticas públicas para apoyar al sector.
“Incluso, cuando existen, no están muy bien dirigidas. Hoy, quienes promueven la producción orgánica son los consumidores que la demandan por cuestiones de salud y de cuidados del ambiente”, expresó convencida.
El ABC Rural |
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