Preocupante aumento de áreas anegadas en la región pampeana |
|
|
|
|
|
Numerosas zonas productivas de Argentina resultaron afectadas por diversos encharcamientos que pusieron en jaque a la producción agrícola, efecto que trajo aparejado las pérdidas de rinde, enfermedades en las plantas y en algunos casos pasaron a ser superficies improductivas, según los resultados de un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos aires (FAUBA).
“Los encharcamientos aumentaron en frecuencia y en intensidad en zonas que antes no se inundaban y no tenían registro de inundaciones, pero hoy se inundan”, explicó Esteban Jobággy al suplemento Agronegocios.
Jobbágy, es docente de la Especialización en Teledetección de la FAUBA y uno de los integrantes del equipo que realizó la investigación. Los trabajos realizados por Jobbágy involucraron la participación de Marcelo Nosetto, Raúl Giménez y Jorge Mercau. Grupo de Estudios Ambientales – IMASL, Conicet y Universidad Nacional de San Luis (UNSL).
Respecto de la incidencia de la siembra directa en estos fenómenos, el especialista consideró que fue “fabulosa para la conservación del agua en el suelo, porque permitió llevar a la práctica innumerables posibilidades que antes no había, como sembrar más tarde, asegurarse que no haya stress hídrico para los cultivos de verano o, tener dos cultivos en el año”, detalló.
“Ese agua que estamos reteniendo en el sistema, que de lo contrario hubiéramos perdido por evaporación directa, hoy ayuda a engrosar el exceso hídrico, siempre y cuando no sepamos aprovecharla con algún otro cultivo más intenso para ese consumo”, añadió.
La ampliación de la frontera agrícola reemplazó a los pastizales naturales y, sumado a las pasturas que se cultivaban antes en la región pampeana, con una gran capacidad para consumir agua, era mayor a la que tiene la agricultura planteada con un solo cultivo al año y, con períodos de crecimiento relativamente cortos.
En la Argentina hay una superficie estimada en 200 mil kilómetros cuadrados en los que aparecen zonas susceptibles de anegamientos, en las que se puede pasar de un 5 por ciento de áreas inundadas en momentos tranquilos a un 20 por ciento en otros casos.
Las zonas con más prevalencia de esta problemática se encuentran ubicadas en el oeste pampeano donde existen áreas que históricamente sufrieron ciclos de anegamiento y que atravesaron su última “gran ola” de inundaciones entre el 1996 y 2001, cuando llovió 20% más que el promedio histórico. En ese lapso, la superficie afectada en la región creció del 3 al 27% y las napas subieron de 3,5 a 1,3 m de profundidad. |
|
 |
|
|
|
|