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Sorpresas del volcán Puyehue: las cenizas pueden favorecer a los ecosistemas  
La Voz del Interior- 29-11-2016 -
  Nota publicada por: La Voz del Interior el 29-11-2016

Nota de origen:
Volcán Puyehue: sorpresas por el efecto de las cenizas sobre la biodiversidad
Enviada por: FAUBA , el 29-11-2016

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El 4 de junio de 2011, la erupción del volcán Puyehue puso en alerta a poblaciones de Chile y Argentina que durante dos días recibieron el impacto de enormes cantidades de ceniza que, además, provocaron daños en la flora y fauna de la región.

Pero, ¿qué pasa con los microorganismos presentes en los suelos y que son claves para el equilibrio de los ecosistemas? Dos estudios científicos realizados al respecto arrojaron sorpresas: contra todos los pronósticos, las cenizas habrían producido un efecto benéfico sobre el ecosistema.

Investigaciones

Según publica el sitio de divulgación científica Sobre la Tierra, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba), se trata de dos trabajos dirigidos por Amy Austin, profesora asociada de la cátedra de Ecología de la Fauba e investigadora principal del Conicet, que buscaron arrojar luz sobre un tema muy poco conocido: el impacto de una erupción volcánica sobre la fauna del suelo y los procesos ecosistémicos.

En concreto, se evaluó cómo afecto la ceniza volcánica a los microorganismos y, en especial, a algunos de los servicios que brindan, como la descomposición de la materia orgánica. Estas investigaciones fueron realizadas por Paula Berenstecher y Daniela Gangi en el marco de sus tesis de grado de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la Fauba, que fueron elegidas entre las 10 mejores en 2013 y 2014, respectivamente. Además, en junio de 2016, formaron parte de una publicación científica en la revista británica Functional Ecology.

Reenfoques

La mayoría de los estudios realizados en torno a erupciones volcánicas se refieren a sus efectos sobre la vegetación y la fauna de las zonas afectadas, cuyos efectos, en general, son dramáticos. Sin embargo, la fauna del suelo, comprendida por microorganismos, artrópodos epígeos (aquellos que habitan en la superficie del suelo), como insectos, arácnidos, miriápodos y crustáceos, no ha sido muy estudiada en relación a los disturbios naturales.

En ese contexto, uno de los factores más interesantes de las investigaciones realizadas sobre los organismos del suelo en el contexto de la erupción del volcán Puyehue es que se contó con información sobre las variables estudiadas en instancias previas y también posteriores a la erupción.

Esto permitió realizar una comparación entre ambos momentos y así se pudo evaluar con mayor precisión el impacto de la deposición de cenizas en los dos sistemas estudiados: una parcela de vegetación natural y una parcela sembrada con una especie exótica (Pinus ponderosa), ambas localizadas en la Villa del Lago Meliquina, provincia de Neuquén.

Artrópodos

En su trabajo de intensificación, Gangi realizó una evaluación sobre el impacto de la erupción volcánica en relación a la cantidad y la variedad de los artrópodos del suelo. Tanto ella como Austin y Adelia González Arzac, la codirectora del trabajo, especularon con la idea de que la fauna del suelo se vería afectada negativamente por las cenizas volcánicas.

Esta hipótesis se formuló en base al hecho de que la ceniza presenta componentes tóxicos para los insectos que les producen daños estructurales y les impiden realizar funciones vitales como la digestión, la retención de agua, la movilidad, entre otros.

Para sorpresa de las investigadoras, la cantidad total de artrópodos presentes en el suelo no solamente no se redujo, sino que aumentó, en algunos casos considerablemente.

Descomposición

En el trabajo de intensificación de Berenstecher, también dirigido por Austin, se estudió el efecto de las cenizas sobre los microorganismos del suelo, enfocándose en su actividad como descomponedores de materia orgánica.

Berenstecher también planteó un panorama adverso para los organismos del suelo luego de la caída de cenizas, en el ecosistema natural y más aún en el modificado por el ser humano: la hipótesis era que la descomposición disminuiría notablemente. Y, al igual que su colega, se llevó una sorpresa.

“Nosotras estudiamos cómo el proceso de descomposición de hojarasca había sido afectado por las cenizas. Para eso medimos la actividad enzimática, que es una forma de ver cuán activos están los microorganismos, y también medimos la biomasa microbiana. Todas estas eran mediciones que teníamos antes de las cenizas, por lo que pudimos comparar ambas situaciones y nos encontramos con que la actividad de los organismos analizados en la broza (esto es, la materia orgánica que está sobre la superficie del suelo) había sido fuertemente estimulada. No era lo que esperábamos encontrar”, comentó Berenstecher.

La explicación de esta estimulación tan intensa involucra muchas causas, como el aumento de la humedad (las cenizas tienen gran capacidad de absorción de agua) o con el hecho de que la broza quedó enterrada. Pero, en comparación con registros obtenidos de broza en condiciones de entierro y alta humedad pero sin ceniza, el aumento de la descomposición en presencia de cenizas seguía siendo mucho mayor. Esto implica, entonces, que hay un factor propio de la ceniza que estimula la actividad microbiana.

Peor el daño humano

Los trabajos de intensificación de Gangi y Berenstecher arrojaron resultados inesperados para las investigadoras. Las hipótesis que manejan son todavía muy preliminares. ¿Cuál fue la causa de este efecto de estimulación de las cenizas sobre los organismos del suelo y el aumento de su abundancia? Según las investigadoras, los ecosistemas serían mucho más resistentes y resilientes que lo que se podría imaginar frente a disturbios naturales de gran escala.

En palabras de Austin: “Los resultados nos sorprendieron mucho. Nosotras efectivamente esperábamos que este evento, que visualmente era tan importante, iba a tener efectos igualmente importantes sobre los procesos del suelo, y los tuvo, pero casi todos fueron positivos. Al final de cuentas, estos disturbios naturales que parecen tan inmensos finalmente tienen un impacto mucho menor que el que tenemos los seres humanos sobre las áreas que modificamos. Y eso nos lleva a poner las cosas en perspectiva. El cambio en el uso del suelo, la conversión de los ecosistemas, la implantación de especies, tienen un impacto mucho mayor en cuanto a todas las variables que nosotras estudiamos”.