MDZ 02-11-2022 - Carlos Boyadjian La liquidación de divisas llegó en octubre a 1.217.329.690 dólares, informó este martes la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 48% de las exportaciones argentinas.

El dato es sumamente relevante por dos cosas. Es el primero que se difunde luego de haberse implementado el llamado dólar soja entre el 5 y el 30 de septiembre. El instrumento decidido por el Ministerio de Economía para "engordar" las reservas del Banco Central reconocía un valor de $200 por dólar a los productores y exportadores que anticiparan las divisas obtenidas por sus operaciones de comercio exterior.

El segundo dato importante es que la liquidación de divisas se desplomó el mes pasado un 85% respecto de septiembre pasado y 49% en relación a octubre de 2021.

Por si quedaban dudas, CIARA-CEC señala que "el ingreso de divisas del mes de octubre es el resultado del régimen especial vigente en el mes de septiembre pasado del Decreto 576/22 (dólar soja)".
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En buen criollo, el impacto del anticipo de liquidación de septiembre se observó en octubre con la fuerte baja de ingreso de divisas.
Juego de suma cero

Pese a ello, tomando el año en su conjunto los números no van nada mal. El monto liquidado acumulado en lo que va de 2022 trepó en 10 meses a US$ 35.034.553.066, "siendo el mejor año desde que se llevan registros", remarcó CIARA-CEC.

El ministro de Economía, Sergio Massa, impulsor del dólar soja, tiene motivos para avalar la estrategia. El Gobierno buscaba captar unos US$ 5.000 millones de los exportadores de soja (grano) y derivados (aceite, harina, pellets) pero el resultado final fue de US$ 8123 millones, sustancialmente mayor que el objetivo original.

La cuestión clave es qué pasará con las reservas del Banco Central a partir de ahora, mucho más con una esperable caída de proporciones en la nueva cosecha 2022/23, especialmente en trigo, debido a la sequía que afecta a gran parte del área productiva en la zona núcleo.

Se estima que el área sembrada de trigo se contrajo esta campaña casi 10%, mientras que la menor producción y los bajos rindes pronostican una reducción del 34% en la cosecha del cereal. Por su parte, el maíz, que está comenzando la ventana de siembra, también tendría un impacto pero de menor magnitud que en el trigo.