Revista Puerto 31-10-2022 - Roberto Garrone Después de una lluvia intermitente a primera hora de la mañana y las nubes que no dejaron de amenazar durante buena parte del acto, finalmente salió el sol cuando el fresquero “José Luciano” tocó el agua del espejo interior del puerto de Mar del Plata por primera vez, acompañado de bocinas, papel picado y el aplauso cerrado de la multitud que ocupó las gradas de astillero Contessi en la mañana del sábado.

Previendo que la tormenta podría arruinar los planes, desde el astillero apuraron el montaje de un escenario con toldo incluido al igual que para la familia armadora, Pipo Ramacci, su hijo José Luciano y las madrinas de la embarcación, María Lina y Rosario Luz, ubicadas a la izquierda del varadero desde donde, con emoción, siguieron la evolución de la ceremonia.

Que salga el sol pide la industria naval, que atraviesa una tormenta casi perfecta, descripta con precisión en el discurso de Domingo Contessi, presidente del directorio del astillero que completó cinco botaduras en el último año, de octubre a octubre, y la cuarta del año calendario.

“El atraso cambiario derivó en la crisis de reservas y la consecuente restricción a las importaciones. Esas restricciones no solo ponen en riesgo el equipamiento de los buques futuros y el cumplimiento de los contratos, lo más grave es que generó otro aumentó sideral de los costos, llegando a tener que pagar insumos importados cuatro veces más caros que su valor internacional”, expuso el industrial en un discurso que, anticipó, sería más largo que los habituales.

“Así tenemos que muchos de nuestros costos hoy están en dólares blue, pero nuestros ingresos siguen en dólares oficiales, por eso no nos cierra ningún número. En definitiva, el dólar oficial dejó de ser una unidad de medida. Estamos acostumbrados a vivir en un contexto inflacionario, pero es imposible trabajar e invertir sin precios de referencia. Los últimos dos barcos que iniciamos se colocaron las quillas sin firmar contrato, a remito abierto. Algo totalmente ilógico para una actividad de largo plazo. Así no podemos seguir”, afirmó el directivo ante un auditorio que miraba como el sol iba ganando paso entre las nubes.

Un dato distintivo que se coló en el discurso del industrial y que marca el buen momento que atravesó la industria naval. Luego de los naufragios del Repunte y el Rigel, y el decreto de renovación de flota que firmó Macri, donde se pudo reducir la edad promedio de la flota pesquera de 39 a 34 años, con la incorporación de 24 nuevos buques construidos en el país en los últimos 5 años, de los cuales 17 salieron de Contessi.

El otro dato auspicioso es que el “José Luciano” es el primer buque construido con la ayuda financiera del Banco de la Nación Argentina, una línea crediticia que fue el fruto del trabajo de muchos actores del sector público y privado y a todos ellos se dedicó un especial agradecimiento en el discurso que leyó el presidente del astillero. El 37% del valor del buque se paga con un crédito a 10 años a tasa subsidiada.

El presidente del directorio del astillero reconoció que si trasladan la suba de costos a los clientes muchos de los proyectos que tienen en cartera se van a caer y por ende la renovación de la flota se va a ralentizar. “Además dejamos de ser competitivos internacionalmente y si hoy se abriera la economía necesitaríamos la protección del Estado para subsistir, ya que nuestros costos son ahora mucho más altos que los de los astilleros extranjeros con los que antes competíamos. En definitiva, nos convertiríamos en todo lo que no queríamos ser: una industria ineficiente y prebendaria”, remarcó antes de emitir el último mensaje de preocupación.

“Cada día que pasa con un tipo de cambio oficial que no refleja la realidad y cada día que pasa donde la economía convalida costos en dólares oficiales exorbitantes, sentimos que será más difícil de retrotraer y tememos que la nueva normalidad nos condene a ser ineficientes por mucho tiempo. Necesitamos un plan económico integral que revierta esta situación y que no extienda la agonía”, pidió el industrial.

El “José Luciano” es un versátil pesquero de altura de 26,79 metros de eslora que nació de la reformulación del “Franca”, fresquero propiedad del Grupo Urbipez, al que se le sumó luego el permiso irrestricto de la lancha “Sigue Valiente”, que ya fue retirada de la banquina chica del puerto local. El nuevo buque es el tercero de la familia armadora que encabeza José “Pipo” Ramacci, quien subió raudo las escalinatas que lo llevaron al puente de la embarcación.

Luego del discurso de Contessi, hizo uso de la palabra el Subsecretario de Pesca, quien tuvo palabras de elogio para la empresa armadora y el astillero constructor. “El estado debe respetar y acompañar a los empresarios pujantes que como Pipo o como Domingo que edifican esta realidad”, dijo Liberman, en tanto reconoció el acompañamiento del Banco Nación y del Banco Provincia para que eso ocurra y se mostró satisfecho de encontrarse “en un contexto en que estas realidades son acompañadas por el Estado Nacional”. En otro tramo de su discurso asevero que la imposibilidad de importar buques usados seguirá vigente como sucede desde 2019.

El funcionario también tuvo un discurso extenso donde remarcó que desde la Subsecretaría se trabaja para que el sector “abra caminos” y anhela una industria pesquera pujante para “que nos regale el desarrollo de la ciencia, de la tecnología aplicada y en beneficio de los argentinos, los trabajadores y de las empresas”.

Liberman subrayó el rol de Ramacci. “Me alegra saber que un trabajador de la pesca, que ha sido capitán, pudo abrirse paso; ver cómo aprovisiona a la industria en tierra y que los trabajadores transformen, en nuestro país, los recursos naturales de los 47 millones de argentinos”.

Como ya había dicho la semana pasada en el aniversario del NIDEP, el Subsecretario remarcó el trabajo que realiza el área en función de lograr la sostenibilidad donde se respetan y valores los roles de todos los actores de la comunidad pesquera.

“Sin sostenibilidad no será posible amortizar estas inversiones”, dijo Liberman quien también elogió a la Prefectura, la Armada y al propio Director Nacional, Julián Suárez cuando ponderó las tareas de fiscalización y control. “Se ha puesto la bandera del control al hombro, pero no en el afán de castigar o perseguir sino en afán de cumplir con su mandato y de lograr que una inversión como esta siga siendo una posibilidad, porque hay un Estado que trabaja en garantizar langostino, merluza y variado costero, calamar y todos los recursos pesqueros que son de todos ustedes”, puntualizó.
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