Revista Puerto 18-10-2022 - Roberto Garrone El pez palo se distribuye desde 23° S en Brasil hasta los 47° S en Argentina, donde es una de las especies de peces más importante debido a su abundancia y volumen de captura dentro del conjunto íctico “variado costero”.

La flota lo captura mayormente en primavera y verano pero ahora que comienza la temporada no hay mucha demanda por parte de los frigoríficos, no porque la especie no interese ni tenga demanda internacional sino porque debido al incremento de los costos internos se torna difícil obtener rentabilidad del producto exportado.

«Es una especie que requiere de mucho valor agregado, hay que filetearlo, despinarlo… tenemos un atraso cambiario importante y el precio internacional no ha acompañado la suba de costos internos como sí puede observarse en la merluza», dice Rubén Burkhard, el gerente de Coomarpes, ante la consulta de este medio.

Hasta el 11 de octubre las descargas de pez palo alcanzaron las 3631 toneladas, de las cuales 1025 las aportaron los barcos fresqueros de altura en tanto 2492 las desembarcaron los barcos costeros. Las últimas capturas fueron congeladas en el frigorífico de la cooperativa ante la falta de compradores.

El Gerente identifica otro obstáculo coyuntural a la falta de demanda del pez palo. «Además del dólar atrasado que afecta a todo lo que lleva mano de obra, no sabemos exactamente qué costo tendrá el producto final porque aún no se cerró la paritaria con los obreros del pescado», completa.

Ayer hubo un nuevo encuentro entre representantes de CaIPA y el SOIP para intentar acordar el reajuste salarial para los trabajadores bajo convenio colectivo en la rama del fresco, aunque no trascendieron novedades.

Australia es el destino del 95% del pez palo que se exporta desde Argentina. La industria marplatense produce un filet sin espinas interfoliado que se exporta en cajas de cinco kilos y filet IQF, en bolsitas de un kilo envasado al vacío, con un valor de exportación que ronda los 5500 dólares y los 6 mil dólares por tonelada, respectivamente.

Mardi SA es otro de los actores principales del mercado del pez palo. «Estamos comprando materia prima por el compromiso que tenemos con barcos que siempre nos entregan, pero el panorama es incierto», refiere David Lavanchy, el gerente del frigorífico.

«Ya estábamos produciendo al costo el año pasado y ahora se complica mucho con la inflación en dólares que estamos teniendo; entendemos la necesidad de los barcos de cobrar un poco más el cajón pero no tenemos mucho margen», reconoció el directivo.

Algunas operaciones de venta de pescado entero cotizaron a 4500 pesos el cajón de pez palo. En la industria aseguran que en el verano lo pagaban 3500. El reajuste parece lógico si en el medio la inflación fue de más del 50% pero como ese incremento no lo absorbe el mercado externo, lo que le queda a la industria es no trabajar para no perder plata o producir lo justo y necesario para atender pedidos puntuales de los clientes.

«No hacemos grandes cantidades pero algo producimos», dice Agustín Aicega, de Frigosur. El presidente de Cafrexport coincide con que la situación actual no estimula el valor agregado a los productos de origen marino. «Los costos están demasiados elevados y el mercado no paga los precios de venta», asegura.

La otra variante en la exportación del pez palo era como entero y tenía como mercado principal a China. Pero en la industria aseguran que las exigencias sanitarias para la habilitación de frigoríficos que procesen mercadería para dicho país han aumentado en los últimos meses y son muy pocos quienes hoy tienen relación comercial con el gigante asiático.

«Mandábamos dos contenedores al año y no vale la pena cumplir con todos sus requisitos», remarca Lavanchy.
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