Revista Puerto 05-10-2022 - Nelson Saldivia El gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, se encuentra en Europa, en una gira que incluyó España, donde participa de la Feria Conxemar en Vigo. Junto a funcionarios del área asiste desde el lunes a la exposición internacional más importante a nivel global de productos congelados del mar.

En Chubut quedó un puñado de ministros, entre ellos, el de Gobierno y Justicia, Cristian Horacio Ayala, de creciente influencia en áreas que van más allá de su competencia formal. Desde la propia cartera pesquera trascendió que fue Ayala quien nominó al ‘segundo’ del área, puesto en funciones días atrás, cubriendo un cargo vacante desde hace casi dos años.

Ahora, el abogado trelewense habría dado un paso más dentro de la actividad, y desde sectores internos del gobierno le atribuyen ser el mentor del repentino cambio de manos de FyRSA, la pesquera que tiene su planta de procesamiento en la capital chubutense.

Los empresarios Marcelo Figueroa y Daniel Rodríguez ya no son los propietarios de la empresa, sino que, en un trámite exprés, la firma habría quedado bajo el control de una monotributista, domiciliada en Trelew, de aceitados vínculos con uno de los patrocinantes de STIA y, por otro lado, el empresario rawsense Tomás Oliver, a quien desde hace mucho tiempo se lo liga directamente al ministro Ayala. De hecho, hace dos años, el entonces Secretario de Trabajo fue denunciado penalmente por el presunto delito de negociaciones incompatibles con la función pública, a partir de que se ventiló que Ayala mantenía vínculos comerciales con el empresario pesquero, pero en otras sociedades que prestaban servicios a la obra social del estado provincial.

Figueroa y Rodríguez se quejaron, por lo bajo, por las presiones que habrían recibido para ‘cerrar’ la ‘voluntaria venta’ de sus acciones, al nuevo grupo empresario.

Fuentes gubernamentales deslizan, en off, que Cristian Ayala tendría como objetivo controlar la cartera de Pesca, tener mayor injerencia en la toma de decisiones en un sector estratégico de la economía provincial, y monitorear una caja siempre apetecible. Para todo ello, contaría con el guiño político de Arcioni.

FyRSA sería el “primer experimento”. Porque el cambio repentino de dueños vendría atado a compromisos oficiales de otorgamiento de un permiso de pesca y cuota social de langostino, entre otras. Para lo cual se apelará al argumento de la necesidad de preservar la “paz social” y pondrían por delante a los más de doscientos cuarenta empleados que la planta tiene en relación de dependencia, justificando la entrega de licencias y cuota, enarbolando como bandera la siempre mentada “preservación” de los empleos.

Aunque, el nuevo grupo empresario tendría planeado achicar su plantilla de personal, y habrían acordado con los jerarcas sindicales del STIA Chubut “reubicar”, a parte de los 240 que hoy dependen de FyRSA.

Actores de la política chubutense vuelven a jugar fuerte en el siempre atractivo negocio de la pesca. Cualquier parecido con los pases de mano de Alpesca, acontecido hace una década atrás, es mera coincidencia.

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