Revista Puerto 05-07-2022 - Karina Fernández Cuando el subsecretario de Pesca, Carlos Liberman y el director del INIDEP, Oscar Padín, decidieron utilizar el buque Angelescu para un viaje de paseo a Montevideo, no solo provocaron un gasto millonario sino que impidieron también que el buque fuera puesto a punto ante la advertencia de una falla. Además, interrumpieron la campaña de vieira para que el buque de investigación Dr. Eduardo Holmberg lo trajera a remolque hasta Mar del Plata, sumando más gastos al paseo. Como si esto fuera poco, al no dar tiempo para que el buque fuera revisado y reparado, se puso en riesgo la campaña de langostino de invierno, que debería comenzar esta semana.

El país se cae a pedazos y los máximos funcionarios de la cartera pesquera y del instituto de investigación gastan decenas de miles de dólares para llevar de paseo a funcionarios de gobierno en el barco de investigación científica más grande y con tripulación completa. El objetivo fue mostrarle el barco a los políticos, funcionarios y autoridades científicas de Uruguay, según asumieron públicamente desde el INIDEP (ver En la Subsecretaría de Pesca y el INIDEP actúan como si les sobraran los dólares).

Pero esta costosa comitiva de promoción de la industria naval -no se sabe si nacional o extranjera- no solo generó un derroche de decenas de miles de dólares o millones de pesos, sino que además entorpeció la realización de dos campañas de investigación.

Luego de florearse con el Angelescu, el jueves 29 de junio, pusieron proa hacia la Argentina y como en una comedia dramática, el barco dejó de funcionar a unas sesenta millas del puerto de Montevideo y tuvo que ir a su rescate el viejo barco de investigación Holmberg que se encontraba realizando la campaña de evaluación de vieira en la Unidad de Manejo A.

El desplazamiento del Holmberg implicó interrumpir la campaña de vieira, de la que todavía restaban algunos lances, para realizar tareas de acarreamiento hasta el puerto de Mar del Plata. Recién el sábado pudieron regresar a la zona de evaluación para finalizar la tarea de investigación. Lo que sumó al erario público otras decenas de miles de dólares.

El Angelescu aparentemente tuvo un problema en el motor. No hay detalles aún, pero podría estar relacionado con las reparaciones a las que fue sometido el pasado mes de abril. El barco ya habría dado algunas señales de falla en el trayecto de ida hacia Montevideo, pero en lugar de volver a puerto para revisarlo y garantizar que estaría en condiciones de zarpar en la próxima campaña de evaluación de langostino programada para esta semana, siguieron adelante.

El resultado fue que el barco terminó de romperse y la campaña de langostino hasta hoy no tiene fecha de inicio. Muy caro le ha salido al país y en particular a la industria pesquera, la estudiantina con fines de promoción naval que se dieron el gustito de realizar las máximas autoridades.

Es que más allá de los dólares que se debieron desembolsar para sueldos, viáticos, compensatorios por navegación, combustibles y víveres, se han priorizado los intereses políticos de un grupejo de funcionarios por sobre el cumplimiento del cronograma de campañas diseñado para la evaluación de las principales especies pesqueras. Una de las principales funciones del INIDEP.

Para justificar el desaguisado, en la página oficial del INIDEP se publicó una nueva gacetilla que incorporó al paseo la denominación de campaña y se aseguró que se realizaron otras actividades como toma de muestras y datos oceánicos. Además, se dijo que el costo fue asumido por la Comisión del Frente Marítimo, algo que habría que ver para creer, dado que la Comisión solo financia campañas conjuntas y en esta “campaña transecta” solo habrían participado personal del INIDEP y funcionarios argentinos.

Toda esta dantesca y costosa escena deja además una seria preocupación extra. El buque Angelescu todavía no cumple cinco años desde su botadura y ya ha tenido varias fallas mecánicas. Se desconoce si se trata de fallas de origen o de mantenimiento. Algo en lo que debieran estar ocupadas las autoridades y sus asesores, en lugar de jugar a los brokers navales.

En 2021 la directora de Investigación del INIDEP, Claudia Carozza, en una entrevista realizada por este medio señaló que durante 2020 se habían suspendido campañas con el fin superior de generar un cronograma de mantenimiento preventivo de los buques, para evitar salir a solucionar problemas a último momento. “Ahora, la dirección de buques tiene un plan de mantenimiento y yo lamento que se pierda una campaña, pero es más grave que alistes el barco y después se rompa. Acá no había previsibilidad, que es lo que Padín nos impuso”, dijo. Los resultados están a la vista (ver Claudia Carozza: “Acá no había previsibilidad”).
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