Revista Puerto 22-04-2022 - Karina Fernández En el año 2018 se derogó la Resolución 1113 que regulaba la pesquería de langostino y se aprobó la Resolución 7 que tomó parte de las medidas de administración que ya se estaban ejecutando y modificó otras, adecuando la normativa a un crecimiento en la abundancia de recursos y la incorporación de la flota fresquera en la pesquería. En aquel momento se ordenó al Consejo Federal Pesquero que formulara “un Plan de Manejo para la pesquería de langostino”. Trascurrido casi cuatro años, todavía la pesquería no cuenta siquiera con un borrador que permita consensuar con el sector su implementación. Esta falencia, sumada a la baja cobertura de observadores y una deficiente fiscalización en altamar, han generado en la temporada 2021 hechos irresponsables que atentan contra la sustentabilidad y el aprovechamiento responsable del recurso. Las imágenes de langostino en mal estado fueron una constante y todo parece indicar que en la próxima temporada podríamos encontrarnos con situaciones similares.

La Resolución 7 de 2018 estableció entre otras medidas de ordenamiento que se debían utilizar cajas de 15 kilos como máximo; que los barcos fresqueros tenían un límite de 72 horas desde el inicio de las operaciones hasta el arribo a puerto y que debían encajonar en bodega antes del próximo lance. También se mantuvo la prohibición de arrastrar por más de una hora y a una velocidad mayor a 3,5 nudos; pescar en horas nocturnas y se estableció la obligatoriedad de utilizar artes selectivas.

Muchas de estas medidas fueron incumplidas durante la temporada 2021 y otras se presentaron más como una complicación antes que como una mejora en el tratamiento del producto. El uso de las cajas 15 kilos fue severamente criticado porque indicaron que había generado la posibilidad de acopiar más cantidad de langostino sin un debido tratamiento de hielo y sulfito. En agosto de 2021 el Subsecretario de Pesca dijo a este medio que el tema sería abordado inmediatamente por el CFP, pero a la fecha no se ha tomado ninguna decisión (ver Plan de manejo y multas para infractores en la pesquería de langostino).

El tema del alejamiento del puerto de los barcos fresqueros fue otro de los puntos conflictivos que el funcionario se había comprometido a trabajar con los miembros del Consejo. El incumplimiento de las 72 horas de alejamiento fue sancionado con posterioridad por la Autoridad de Aplicación y ha generado gran rechazo entre los armadores de este estrato de flota. Una de las quejas más escuchadas es que se contabiliza el tiempo que el barco está en rada esperando el turno para descargar y ha servido también como argumento de defensa.

Las discusiones en torno a este tema se están dando, pero al parecer no existe aún consenso. Algunos proponen que se debe computar el tiempo desde la salida de puerto hasta la llegada, ya sea a muelle como en rada, para evitar que sea esto una excusa a la hora de justificar el incumplimiento de la medida. Se ha planteado incluso que el número de horas podría ser mayor, pero aun así existe resistencia del sector y se observa poca intención de las autoridades nacionales de mostrar severidad en este punto.

Las violaciones a la normativa en cuanto al tiempo y velocidad de arrastre, también fueron materia de sanciones y también generaron el reproche del sector fresquero marplatense, que argumentó que no existían pruebas de lo que se les inculpaba. Sin embargo, fueron los propios investigadores del INIDEP quienes alertaron tempranamente de que esto estaba sucediendo (ver Voracidad y malas prácticas ponen en peligro el futuro del langostino).

“El fresquero arrastra más de una hora. (…) Hacen lances largos, levantan un montón de toneladas que no pueden procesar y mucho lo tiran al agua. Empezamos a ver ese detalle en los lances de los barcos, alertas sobre barcos fresqueros que pescan de noche y un tiempo de arrastre más allá del permitido, por lo que consideramos necesario avisarlo”, señalaron a dos meses de comenzada la temporada de 2021. Las soluciones para este problema todavía no han llegado.

En aquel momento los investigadores también se refirieron al aumento en la cantidad de viajes, considerando su efecto negativo y sugirieron buscar un tratamiento más racional del recurso. Sobre este asunto, hay algunas voces que buscan limitar ya sea en toneladas o días de pesca la actividad de la flota. Pero aquí tampoco parece existir voluntad del Ejecutivo de tomar medidas que limiten el acceso al recurso.

Uno de los motivos por los cuales no se estaría buscando implementar medidas drásticas, se debería a la presión ejercida por el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que habría intercedido en favor del sector fresquero, solicitando que no se generen medidas que reduzcan su poder de captura.

El rumor lo dejó correr el propio subsecretario de Pesca, Carlos Liberman, pero pocos lo creen. En realidad, consideran que se trata de una excusa para maquillar el favoritismo que el funcionario tiene por el sector fresquero. En una provincia siempre al borde del incendio lo más creíble hubiera sido que el Gobernador abogara por el procesamiento del langostino en tierra bonaerense.

Sea o no real el rumor, no debe perderse de vista que no cumplir con las medidas de ordenamiento o mantener aquellas que han generado situaciones irresponsables, atenta directamente contra la calidad del producto que la Argentina termina exportando y se genera un uso irresponsable de los recursos. Algo que no debiera estar por encima de ninguna intensión electoralista.

En 2021 un alto porcentaje del langostino entero que llegó a planta fue decomisado por SENASA por encontrarse en mal estado. “Entre un 15 y un 20 por ciento del residuo está compuesto por pescado entero”, confirmó ante este medio Daniel Nogales, propietario de una planta de tratamiento de desechos pesqueros en la Patagonia (ver Pescar langostino salvaje y natural para convertirlo en compost).

Ante un año en el que las posibilidades de captura probablemente sean similares a las del año pasado, cuando se superaron las 200 mil toneladas, las irregularidades y sus consecuencias no logran captar la atención del Consejo Federal Pesquero. Parecen más interesados por definir las porciones de una torta de la que no se sabe cuántas quedarán de seguir en esta tesitura: “Lo que más le preocupa a Liberman y a los del Ejecutivo, es ver si toman los tres mejores años para repartir un cupo de langostino entre los fresqueros, en lugar que ver cuál es la mejor manera de administrar el recurso”, se quejó un operador del sector.

Hoy los miembros del Consejo Federal Pesquero se reunirán para tratar estos temas. El tiempo para tomar decisiones es escaso y lamentablemente pocos parecen estar interesados en llegar a la temporada 2022 en aguas nacionales con un plan de manejo que permita garantizar la explotación sustentable y el mejor aprovechamiento del recurso, tal como marca la Ley Federal de Pesca.

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