Revista Puerto 08-03-2022 - Karina Fernández Antonio “Tony” Solimeno volvió del Covid. “No se lo deseo a nadie”, dice al describir los malos momentos vividos. Luego de catorce días en terapia intensiva y tras casi dos meses en proceso de recuperación, ha vuelto con regularidad a la planta, aunque por menos horas de las habituales. Hace apenas unos días pudo volver al que ha sido su lugar en el mundo, el muelle. Cuando comienza a hablar parece que nunca se fue de esa silla de la mesa de reuniones; no se ha perdido detalle en este tiempo y sin mucho rodeo comenzamos a hablar del langostino, del reparto que se impone y de las dificultades que se presentarán. Todo remite a la cuotificación de la merluza, ya sea por las similitudes del proceso o por las diferencias insalvables. Respetar cada parámetro establecido por el artículo 27 de la Ley Federal de Pesca será la clara postura de Solimeno: “Se tiene que aplicar la ley, a mí me la aplican”, dirá tanto en relación al reparto de langostino como a la renovación de las cuotas de merluza.

REVISTA PUERTO: ¿Cómo considera que se debería repartir el acceso al langostino en un futuro?

TONY SOLIMENO: Nosotros tenemos una Ley Federal de Pesca, a mí me parece que se debe aplicar y hay que definir que período se toma. Cuando fue la merluza lo teníamos claro: de 1989 a 1996. A algunos se les quitó, a otros se les dio, se hizo una reserva para UDIPA de 30 mil toneladas; hubo reservas para las provincias, para la nación, hubo un reacomodamiento. El tema es que cuando se trató de la merluza, los jugadores éramos los merluceros; hoy tenemos muchos jugadores que aparecieron en los últimos años. Históricamente los tangoneros pescaron el 70 por ciento, los fresqueros aparecieron en los últimos cinco años. En los últimos tres años no quedó un barco acá… y lo que creció Rawson… son unos cien barcos. Es un tema complejo.

RP: El INIDEP siempre ha tenido un panorama bastante certero de lo que va a pasar en el futuro cercano del langostino, lo que ha pronosticado se ha cumplido, difícilmente se equivoquen; sin embargo, no ven posible cuotificar en base a volumen.

TS: Ese es otro problema. Como dijo Alberdi, punto y base de partida no tenemos.

RP: La situación que se va a dar probablemente, como ocurrió en la merluza, será la utilización de la generación de empleo en tierra como herramienta de presión a la hora del reparto.

TS: Hay que ver cómo juega la política ahí.

RP: Hoy en la pesca estamos viviendo una política profresquera.

TS: Está clarito como que mañana sale el sol.

RP: Es un escenario similar al de la merluza, también en el tipo de mano de obra que se contempla; se está contando como empleo genuino el empleo no registrado.

TS: Nosotros tenemos todas las personas en relación de dependencia, tiene un costo alto, el ausentismo, los reclamos, la industria del juicio… Con el covid tuvimos un 40 por ciento de ausentismo por semanas. El trabajo en tierra es digno de estudiarlo.

RP: ¿Se puede hacer un acuerdo para el proceso de langostino en Mar del Plata?

TS: Sí… hay fábricas que han hecho convenio por empresas, quizás no tengamos un marco con el gremio, pero se puede… Nosotros lo empezamos a tratar el tema hace siete años y nunca pudimos ponernos de acuerdo con nuestra gente, no fuimos capaces de que hicieran una prueba para acordar un número. Se pretende ganar más por el langostino que por la merluza, no quieren establecer un jornal, eso nos saca de competencia. Por eso resolvimos vender el pescado. Nuestro esquema está plantado sobre la merluza, el calamar y pellizcamos un porcentaje del langostino, tenemos cuatro barcos, fresqueros y congeladores.

RP: ¿Puede ser el argumento del trabajo en tierra un arma de presión para conseguir beneficios?

TS: Cada uno tiene una opinión formada. Yo lo veo complejo, el mundo va para otro lado. En nuestro caso, entre un 15 y un 20 por ciento de los barcos arrastreros va a las plantas del reprocesado. Si bien tengo barcos congeladores, también tengo que abastecer las plantas. Sacamos productos terminados. Somos una compañía muy integrada en la que tenemos desde la captura, la descarga, el camión, el frigorífico y la planta para procesar tanto el pescado fresco como el congelado a bordo. No hay muchos modelos como el nuestro.

RP: Ante un hipotético escenario de cuotificación, ¿cuál sería la historia del barco que tiene un cupo de 300 toneladas de langostino y pescó 1500 toneladas?

TS: Yo me pregunto qué pena tiene, no qué historia. Es muy complejo. Hay que aplicar la ley y hacer valer las inversiones, la gente que hizo inversiones en plantas, en barcos, en mano de obra, que cumplió la ley. ¿Al que no cumplió con ninguno de esos parámetros, le van a dar un cupo solo por la historia? Ese, se llevará entonces la parte del león.

RP: Es la primera vez que se escucha ese planteo, si se ponderan las inversiones, el reparto puede, incluso, ser mucho más justo que si se contemplan las capturas.

TS: Lo dice la ley, hay que contemplar la historia, las inversiones, el permiso de pesca y las sanciones para establecer la variable de distribución. En nuestro caso mantuvimos la misma gente, mejoramos las inversiones tanto en planta como en la flota, ahora construiremos dos barcos en astilleros nacionales y sigo manteniendo las exportaciones. Ahora, yo me pregunto, el que ingresó hace cinco años a la pesquería de langostino, ¿puede tener los mismos derechos que yo?

RP: El parámetro de las inversiones para repartir el langostino es interesante, porque deja afuera a los que cayeron como paracaidistas en la pesquería de langostino en los últimos años.

TS: El paracaidista no lo podemos evitar. Yo me pregunto, si viene una temporada floja de langostino, qué van a hacer los barcos que son puramente marisqueros… Nosotros, Solimeno SA, nos hemos salvado por la diversificación, un año nos salvamos con el bonito. Uno de los grandes problemas que habrá con los permisos es que muchos han quedado monopesca; yo tengo barcos que tienen el permiso original para todas las especies desde que los trajeron de Europa en el año 1976, pero no me permiten pescar todo lo que puedo, no me permiten pescar anchoíta y caballa, cuando utilizo artes reglamentarias y existe un sector productivo que no está abastecido.

RP: Ante un año de bajas capturas, entonces, ¿quién puede pescar?

TS: Solo los que tienen permiso, los tangoneros y los fresqueros que tengan permiso para la especie. Es complejo, pero algo habrá que hacer.

RP: ¿Qué opinión tiene del rol que está desempeñando el Consejo Federal Pesquero?

TS: El problema en el Consejo se presenta si los representantes de las provincias funcionan o no, si son verticalistas estamos jodidos. Hoy se escuchan las quejas de la representación de la provincia de Buenos Aires, comparto plenamente esa crítica. Si funciona de forma verticalista el Consejo Federal Pesquero no sirve porque los problemas no se debaten, debiera existir el debate y si no hay acuerdo el presidente del Consejo debe definir.

RP: ¿Y qué opina del rol que juega el presidente del Consejo ante cada problema?

TS: Está al frente de una actividad que es compleja, durante años no se habló de la merluza porque el filet no vale y el langostino tapó todo, acá de lo único que se habla es de langostino. El Subsecretario hace lo que puede y si el Consejo no hace planteos, no cuestiona ni se opone, termina existiendo una voz única.

RP: Pronto habrá que discutir la renovación de las cuotas de merluza y poco o nada se ha hablado en el Consejo.

TS: Respecto de la merluza, creo que debería mantenerse el statu quo, se debe renovar no por quince sino por veinte años porque yo he hecho inversiones y mantuve los puestos de trabajo sin recibir nunca ayuda de nadie, acá los bancos no existen. Las inversiones que se hacen en la pesca son la reinversión de las utilidades. Hay que evaluar qué se hizo en estos quince años.

RP: ¿Se tiene que modificar el régimen de cuotificación? Hay cosas como la devolución de cuota que no contempla y todos los años se autoriza.

TS: Si la la ley dice que el que no pesca tiene que perder la cuota, la tiene que perder. Tienen que aplicarla, a mí me aplican la ley.

RP: Y respecto de la imposibilidad de transferir cuota de fresqueros a congeladores, ¿qué opina? ¿Considera que va a frenar el desarrollo de la pesca?

TS: Si tengo una cuota de merluza, mientras que no desabastezca mi planta, yo esa cuota la tengo que poder pescar con mi flota fresquera o congeladora, porque por ahí me sobra en un barco y me falta en el otro. Yo soy fresquero y congelador. Los productos que se ven en la feria de Vigo son del congelado, no es lo mismo un producto de congelador que de fresquero, el mundo va para ese lado, no podemos estar distantes.

RP: ¿Se puede ser viable solo con el langostino con esta paridad cambiaria?

TS: Ese es otro tema. Hoy tenemos un dólar de 100 pesos, si tomamos el dólar MEP estaremos en 160 pesos, está 50 puntos abajo y tuvimos una inflación anual promedio del 40 por ciento. Los costos internos se disparan, en los últimos cuatro años hemos pagado los salarios según inflación. Habrá que ver qué pasa con el acuerdo con el Fondo, qué se hará a nivel fiscal, qué va a pasar con el tipo de cambio, hoy nadie sabe nada. Es una actividad compleja. Hoy el sector está subsistiendo porque no le debemos a los bancos. A veces se mezcla, el mercado, la pesca, la política. En el caso del langostino, hoy tenemos congeladores para proceso a bordo, fresqueros grandes de altura para un proceso industrial, después está la flota de Rawson que es un mix de aproximadamente 70 por ciento entero y 30 por ciento colas que abastecen las plantas y el resto de los fresqueros que dan para un reproceso completo. El abanico está claro, el tema será cómo repartimos y las inversiones tienen que ponderarse fuertemente.

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