Clarín 08-03-2022 - Mariano Zalazar En el último año el costo del transporte de cargas aumentó casi cinco puntos menos que la inflación general, pero esto no tuvo una repercusión muy clara en el precio de los insumos básicos, como los alimentos y bebidas. En el mejor de los casos, aseguran los expertos, contuvo un poco las subas, pero no lo suficiente como para desacelerar el avance del IPC.

Si bien está claro que la distribución es uno de los factores que mayor incidencia tiene en el precio final de cualquier producto, es difícil calcular cómo repercuten los incrementos en cada caso.

Lo que sí está a la vista, es cómo han evolucionado los diferentes índices en los últimos meses. De acuerdo a la medición de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (Cedol), entre enero de 2021 e igual mes de este año los costos logísticos con transporte de cargas aumentaron 45,99% en Argentina. La distribución urbana, en tanto, subió 47,4% sin acompañante y 48,3% con acompañante.

Otras entidades, como la Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza (Aprocam) miden específicamente la evolución de los costos del transporte por medio de camiones. En su caso, el estudio muestra que entre enero de 2021 y el primer mes de este año el costo de transportar mercadería entre Buenos Aires y la provincia cuyana se incrementó 36,73%, aunque con muchas distorsiones que pronto tenderían a desaparecer, como el atraso del precio de los combustibles.

Por otro lado, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostró una variación del 50,7% en el período analizado. Dicho de otra forma, los costos de la logística subieron por debajo de la inflación general en el último año.

De todas formas, se debe tener en cuenta que en ninguno de los casos analizados entró en juego la suba de la nafta y el gasoil del 9%, que fue aplicada el 2 de febrero pasado.
Qué se puede esperar

Haciendo un balance de lo que fue 2021, se observa que, con el precio de los combustibles intervenido y el costo del transporte artificialmente contenido, la inflación superó el 50% el año pasado.

Hoy, el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central (REM) muestra que la inflación esperada del 2022 tiene un piso de 53%. Para los especialistas, el costo de transporte de cargas tendrá un rol fundamental en ese escenario.

Según José Vargas, economista y director de la consultora Evaluecon, todas las condiciones están dadas para que los combustibles comiencen a subir a mayor ritmo en los próximos meses y con ello, el costo de la distribución.

“Hoy tenemos un escenario de inflación contenida, precio de los combustibles atrasado y barril de crudo en aumento a nivel internacional. Está claro que la nafta y el gasoil se van a incrementar en los próximos meses. En marzo no lo hicieron porque el Gobierno postergó la suba del impuesto, pero es insostenible que no haya nuevos ajustes”, comentó.

“Cuando eso pase, se verá un alto impacto en los precios de insumos de primera necesidad. Cuando uno analiza el mercado, observa que el rubro de alimentos y bebidas es uno lo que más se ve afectado cada vez que sube el costo de la logística. Es que el transporte incide en el costo de la producción a la fábrica, de ahí a la distribuidora y de ahí al comercio. En la mayoría de los casos, la distribución representa el 50% del valor final de cualquier producto”, agregó.

Para el economista Nicolás Aroma, tampoco hay buenas perspectivas en relación al costo del transporte y su inevitable incidencia en el resto de los precios de la economía. “El gran problema de este año para la economía en general y para algunos sectores en particular es la inflación. La guerra pone mucha presión en precio de commodities y el incremento de la energía. Eso aumentará el costo de la logística, que en Argentina es particularmente relevante, porque su territorio es largo y ancho”, señaló.

Aroma destacó que no están claro el camino que se debe tomar para poder frenar la inflación de costos (precios internacionales), a lo que se suma la inflación propia interna de Argentina.

Por su parte, Daniel Gallart, presidente de Aprocam advirtió que la suba del costo del transporte por debajo del índice inflacionario es producto de una serie de factores que no pueden perdurar en el tiempo. “El combustible ha estado pisado desde mayo por razones electorales. En algún momento se va a tener que corregir”, declaró.

“Por si fuera poco, hay una distorsión muy importante que tiene que ver con los vehículos y los neumáticos. En ambos casos los proveedores informan que no hay aumentos, pero los cierto es que no hay stock disponible. Cuando la oferta aparezca, los precios se actualizarán”, indicó.
Efectos en el consumo

José Vargas y Nicolás Aroma coincidieron en que uno de los mayores perjuicios que traerá el inminente aumento del costo del transporte de cargas será una baja del consumo. Para los economistas, por el contexto nacional e internacional será muy difícil que los salarios puedan acompañar a la inflación este año.

Como consecuencia, el consumo podría empezar a caer, provocando una desaceleración de la economía. “Las proyecciones de crecimiento muestran que si la inflación supera determinado límite, va a impactar en el consumo y así se verá afectado el crecimiento. Es un factor importante. Los salarios van a tener que hacer un gran esfuerzo para seguir de cerca la inflación”, sostuvo Aroma.

SN