Revista Puerto 18-06-2021 - Roberto Garrone Al cumplirse ayer el cuarto aniversario del hundimiento del pesquero Repunte, un grupo de familiares de las víctimas del naufragio se reunió en torno al monumento del Hombre de Mar en el acceso del puerto de Mar del Plata y marchó hasta la banquina chica donde dejó una ofrenda floral en tributo de los trabajadores marítimos muertos y desaparecidos, en una jornada fría y por momentos lluviosa.

Detrás de una bandera que rezaba “Jueces y Fiscales – Sean imparciales”, decorada con una imagen que simbolizaba a la Justicia con los ojos vendados y con la balanza inclinada en favor de armador y el signo pesos, y en contra de un barco pesquero, los familiares volvieron a reclamar justicia para que se condene a los responsables del naufragio ocurrido en la madrugada del 17 de junio de 2017.

“Seguimos sosteniendo que es necesario materializar justicia por los diez tripulantes muertos en el Repunte. Decimos que es necesario porque las graves irregularidades que terminaron produciendo el hundimiento y llevaron a la muerte a nuestros familiares no pueden quedar impunes”, habían manifestado desde el colectivo “Ningún Hundimiento Más”, en la previa a la movilización.

“Es necesario una muestra clara de que avanzamos hacia una sociedad donde los trabajadores tienen derechos y se los respeta. No es admisible que sigan muriendo tripulantes en sus puestos de trabajo”, ampliaron los familiares.

La movilización estuvo acompañada por las palabras de Gabriela Sánchez, hermana de Gustavo Sánchez, capitán del pesquero hundido. “El dolor que nos atraviesa hace que sigamos en movimiento. No les podemos llevar una flor a los desaparecidos pero no tenemos odio ni rencor porque ya perdimos lo más preciado que teníamos. Nada hará que recuperemos a nuestros hermanos, esposos, padres, hijos, sobrinos… Queremos justicia; luchamos por una causa justa; luchamos con honor”, dijo la vocera del grupo.

Mientras se acercaban a la sede de la Prefectura volvieron a resaltar los cuestionamientos a los efectivos de dicha fuerza por haber comenzado el operativo de búsqueda y rescate cuatro horas tarde y luego de haber comprobado por los dichos del capitán de un pesquero que la balsa salvavidas estaba vacía.

“Hemos logrado muchas cosas en estos años: la colocación de la doble balsa, los trajes de supervivencia que han permitido que no haya más muertos en el mar como en el caso del Golfo Azul. Otras siguen igual y lo vemos con el caso de Miguel Quiquinte, muerto sin asistencia en un barco chino. Los derechos de los trabajadores no se respetan” subrayó Gabriela.

En los últimos días se supo que Silvia de la Hoz, esposa de Daniel Islas, pudo obtener el certificado de defunción que le permitirá obtener la pensión y una obra social. El resto de las familias todavía esperan por ese trámite, a cuatro años del hundimiento.

“Esto no puede quedar impune, vamos a seguir luchando por una justicia real y valiente. Que se enfrente a los poderosos, que no le tiemble la mano a la hora de llevar a juicio a los responsables de esta masacre. Caputo solo no pudo haber sacado el barco en esas condiciones”, remarcó Sánchez.

En el camino a la banquina chica Claudio Cepeda, coordinador del CAPS, el Centro de Asistencia a los familiares de víctimas de naufragios, confiesa que hace seis meses no cobra el sueldo. Sus honorarios los abona, o debería abonarlo el Ministerio de Asuntos Agrarios, el de las dos profesionales, el Consorcio Portuario. Aguarda que Felizia active algunas gestiones la semana próxima.

Amenazados por un grupo numeroso de lobos marinos que les gruñían luego de correrlos de las escalinatas de la banquina chica, los familiares se reagruparon para presenciar la entrega de la ofrenda floral, depositada en el agua por el hermano de Néstor Paganini.

Aquel 17 de junio de 2017 perdieron sus vidas José Ricardo Homs, Luis Jorge Gaddi y Silvano Cóppola. Sus cuerpos fueron hallados en el mar. En tanto, Gustavo Sánchez, José Omar Arias, Horacio Airala, Néstor Paganini, Claudio Islas, Fabián Samite y Sebastián Cabanchik permanecen desaparecidos. Hubo sólo dos sobrevivientes del hundimiento del Repunte: Lucas Trillo, 35 años, y Julio Guaymas, de 39 años.

Como cada día 17 en que se conmemora un nuevo mes de la tragedia esos nombres de las víctimas volvieron a repetirse en la mañana gélida de ayer, acompañados siempre de un “Presente” firme y con voz desgarradora.

“Así como se avanzó en la seguridad y hoy tenemos una Junta de Seguridad en el Transporte, que investiga de una forma seria y técnica. Así como están los trajes de exposición, la doble balsa salvavidas y los sistemas de Gestión en Seguridad. No podemos permitirnos como sociedad que no se avance en la justicia”, pidió Sánchez.
puerto