Revista Puerto 17-05-2021 - Roberto Garrone La Asociación Argentina de Capitanes resolvió decretar un paro total de actividades para este lunes por el trato “inhumano” que reciben los tripulantes del potero de Maronti en Comodoro Rivadavia. Jorge Frías todavía no condenó la conducta criminal del capitán del potero Xin Shi Ji 89, quien no le brindó asistencia al maquinista Quiquinte.

La Asociación Argentina de Capitanes Pilotos y Patrones de Pesca anunció el viernes que había decretado “un paro total de actividades de la flota pesquera nacional a partir de este lunes, 17 de mayo”.

La decisión de Jorge Frías -nadie más toma decisiones de este tipo en la Asociación porque no hubo asambleas ni nada parecido- obedece, según un comunicado enviado a todos los medios, “al trato inhumano que está recibiendo la tripulación del potero Mishima Maru 8” en Comodoro Rivadavia.

El barco de la empresa Maronti (Baldino) registró un brote de Covid y 22 tripulantes habían dado positivo el jueves pasado. En las horas posteriores el intendente de Comodoro no quiso que el barco amarre en el puerto, cosa que finalmente hizo por intervención de la Subsecretaría de Pesca y los gremios marítimos.

Desde la Asociación denunciaron que la Administración Portuaria del Puerto Comodoro Rivadavia y las autoridades sanitarias de la Provincia del Chubut y de la Ciudad de Comodoro Rivadavia, “han demostrado una total desaprensión por la atención y asistencia médica de los tripulantes a bordo, habiendo negado la posibilidad de que los trabajadores desembarquen para ser alojados, con cargo a costa de la empresa, en un lugar digno que les permita transitar la enfermedad en mejores condiciones”.

Frías cuestionó a la Prefectura del puerto patagónico por haberle labrado actuaciones al capitán del potero de Maronti tras haber ingresado a puerto sin autorización, “cuando en realidad ante el agravamiento de la situación de uno de los tripulantes y frente la falta de respuesta de las autoridades portuarias ante sus desesperados pedidos para ingresar a puerto, realizó un ingreso forzoso amparado en sus facultades como Capitán, ponderando la vida de los tripulantes por sobre la burocracia sin rostro humano”, dice el Secretario General.

¿Habrá vidas que se ponderan y vidas que se abandonan? ¿Los capitanes tienen derechos, siempre que sean de la Asociación? ¿Hay otros que no tienen ninguna responsabilidad? ¿Cómo es la historia?

Porque hasta este momento Jorge Frías no ha condenado la muerte del oficial de máquinas Manuel Quiquinte a bordo del Xin Shi Ji 89. En un comunicado de la semana anterior habló de “muertes a bordo”.

Mencionándola, así como al pasar, creerá Frías que se desdibuja la responsabilidad del capitán, José Alejandro Dirrolo, quien no le brindó asistencia médica en los siete días que el maquinista evidenció síntomas. Siete días sin avisar a Prefectura. Siete días sin volver a puerto.

Dirrolo es un capitán de la marina mercante, no es afiliado de la Asociación que conduce Frías, pero es tan capitán como el Secretario General. Esa conducta criminal parece no ser “inhumana” como la que muestran las autoridades sanitarias y portuarias de Comodoro.

La medida de fuerza decretada por Frías en soledad –hay que recordar que las asambleas de Frías tampoco son muy representativas, menos de una docena de oficiales han decidido por los cientos de capitanes que se embarcan en la flota pesquera– generó algunos cambios en las últimas horas.

Barcos que tenían previsto zarpar el lunes anticiparon la zarpada para ayer domingo, como el Mar del Chubut. Algunos marineros maldecían la decisión porque los obligaba a dejar el clásico Boca-River en el entretiempo para irse al puerto.

La decisión de Frías no cambia nada; el que no salió ayer saldrá el martes. Con el anuncio solo alimenta su ego, como todos los paros para los medios que ha anunciado en los últimos años. Frías no participó nunca de los protocolos sanitarios en los que trabajó el resto de los gremios marítimos, ni el año pasado ni ahora cuando se actualizaron luego del verano.
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