Revista Puerto 14-05-2021 - Roberto Garrone Sectores de la estiba en Mar del Plata transmitieron su preocupación por una serie de irregularidades que se cometen en la descarga de la flota costera en el muelle 10 de la terminal marítima local que van a contramano de lo que marca el convenio colectivo de trabajo que regula la actividad.

Desde el Sindicato Único de Portuarios Argentinos (SUPA) y las distintas cámaras empresarias que agrupan a las empresas de servicios portuarios habilitadas por el Consorcio les apuntaron a los armadores costeros que al momento de la descarga pretenden que se separen más especies del variado costero de las que establece el CCT 1190/11.

El convenio en principio estableció que podían separarse tres especies y luego del 2011 se sumó una más en cubierta, pero en los últimos tiempos en la flota hay quienes obligan a separar entre ocho y nueve especies, situación que no solo dificulta y demora las tareas de estiba sino que genera cortocircuitos entre los propios estibadores porque algunos aceptan esta situación y otros piden que se respete el CCT.

“Separar siete variedades en un barco de 1500 cajones es como descargar 5 mil de merluza. Lo que demoraría dos horas y media, se tarda el doble, cinco horas”, contó Carlos Mezzamico, secretario General del SUPA. “Sacaron el mercado concentrador pero ahora algunos lo pretenden reinstalar en negro arriba del barco”, completó el dirigente.

Entre los armadores costeros sostienen que el convenio esta desactualizado o que representa la pesca de merluza y no expresa la realidad de la flota costera. Desde la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera en principio aseguraron que no están comprendidos en el convenio sino que las empresas de servicio se limitan a facturar y reportar las periódicas actualizaciones en el precio de la tarifa.

En la descarga de los barcos costeros trabajan entre siete y ocho empresas de servicios, que agrupan a alrededor de 250 estibadores. Si bien algunos respetan las tres especies, que generalmente son raya, corvina, mero y la variada en la cubierta, desde los últimos meses en la estiba advierten una presión creciente de los armadores para que se amplíe la cantidad de especies a separar en bodega.

“Hay casos que pasaron de cuatro a nueve especies por culata”, dijo Ignacio Pratto, miembro de la CESAP, la cámara que agrupa parte de las ESPES que trabajan en los muelles del puerto. “Ya pedimos una reunión con las autoridades del Consorcio Portuario y nos declaramos en estado de alerta y movilización”, amplió Mezzamico.

“Queremos agarrar al gallo antes que se ponga a cantar”, graficó Alberto Ovejero, presidente de Hipocoop, la situación en la descarga de la flota costera. “Tienen que cumplir el convenio, acá no queremos cambiar salud por dinero, por eso no pedimos un incremento de la tarifa por el trabajo adiciona”, remarcó.

“No solo hay una distorsión en el respeto al convenio sobre las especies a clasificar sino que tampoco se respetan los kilos de los cajones. Con la raya se pasan, cargamos casi 60 kilos por cajón”, aportó Juan Carlos Nazzer, presidente de la Federación de Cooperativas de Actividades Portuarias (FECOOAPORT).

“Por exceso de peso, cuando los cajones pesan entre 40 y 45 kilos deberían pagar un 50% adicional; más de 45 kilos, el 100%. Cuando pescan rayas hay cajones que superan los 55 kilos, se deforman todos”, reveló el dirigente cooperativo.

El Artículo 52 del convenio establece ese adicional por peso cuando el estibador “lleve al hombro” los cajones. Acá no los llevan al hombro, pero los levantan para conformar la lingada que luego es elevada desde la bodega al camión por el güinchero.

Si bien cada cooperativa pasa un precio diferente, los armadores pagan en promedio 120 pesos por cajón; el valor comprende la descarga y el armado de vacíos para volver a zarpar. De las diecisiete empresas habilitadas para realizar tareas de descarga en el puerto, los representantes de los estibadores reconocen que son cinco las que permiten que no se respete el convenio.

“El problema es que hay dos barcos descargando y en uno se permite la separación de más de cuatro especies, el que cumple el convenio tira la bronca y pretende hacer lo mismo. Porque con esa maniobra también se ahorran flete y genera discusiones entre los propios compañeros”, subraya Mezzamico.

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