Revista Puerto 11-05-2021 - Karina Fernández Desde 2017 el Programa de Langostino del INIDEP viene advirtiendo sobre dos situaciones: por un lado, el aumento desmedido del número de barcos y por otro, una reducción en la abundancia del recurso, de la talla de los ejemplares y un retraso en el proceso madurativo. Pero en la campaña de marzo los investigadores se encontraron con un escenario diferente. Si bien en líneas generales no hubo diferencias significativas entre la campaña del año pasado y la de este año, las grandes concentraciones detectadas han venido a confirmar la rápida y buena respuesta del langostino ante una reducción de la presión pesquera. La disminución del esfuerzo pesquero, causada especialmente en 2020 por los problemas del Covid-19 y gremiales, combinada con la gran cantidad de áreas cerradas por alta presencia de merluza, derivó en mayores concentraciones de langostino grande disponible para la pesca en 2021. Además, se halló una concentración extraordinaria y anormal de langostino en Rawson, nunca vista en campañas anteriores.

Durante el mes de marzo se llevó a cabo una campaña de investigación a bordo del buque comercial Bogavante, como ocurre desde 2017 con financiamiento de un grupo de empresarios tangoneros. El objetivo principal fue evaluar la abundancia del recurso, el proceso de reclutamiento y el estado de la reproducción del langostino en el Golfo San Jorge, aguas de jurisdicción nacional y litoral de la provincia de Chubut.

La subárea denominada norte de Chubut presentó los valores más altos en cuanto a la densidad, numerosidad y biomasa, principalmente por la concentración excepcional que se detectó en la zona cercana a Rawson.

La densidad puntual registrada en esa área fue de 235 toneladas (t/mn²), mientras que, en las campañas de marzo de 2018, 2019 y 2020, se habían obtenido valores de 72, 65, 51 toneladas respectivamente. La mayor captura puntual en esta zona, fue 22.393 kilos por hora.

Esta concentración, al igual que la detectada en noviembre de 2020 en Bahía Camarones, “podría ser el resultado de la disminución del esfuerzo pesquero aplicado durante las temporadas de 2019 y 2020”, se señala en el informe del Programa, a cargo de Paula Moriondo Danovaro.

En la temporada 2019 varios sectores del área de veda de merluza no fueron habilitadas a la pesca y se protegió la sobrepesca del crecimiento, evitando la concentración de los barcos en las subáreas con los altos porcentajes de ejemplares juveniles de la especie. En la temporada 2020 el esfuerzo se vio reducido por efectos de la pandemia ocasionada por el Covid-19, por problemas gremiales y por las medidas de administración adoptadas, tendientes a evitar la sobrepesca del crecimiento y la captura incidental de merluza, se aclara en el informe.

A la vez se indica que “si se extrae de la estimación ese valor puntual, los valores de las subáerea descienden muy por debajo de las estimaciones realizadas para las subáreas denominadas norte y sur del golfo”.

Por otra parte, el informe indica que “las estimaciones de densidad comparadas con años anteriores, a pesar que la biomasa total para el año 2021 se asemeja a la de los años 2018 y 2019, se detectaron diferencias significativas entre ellos, siendo mayores en 2018 y 2019”. Señalan que, para esos años, “las concentraciones de langostino fueron homogéneas en toda el área de evaluación, siendo por lo tanto la biomasa estimada más representativa.”

En 2021, en general las concentraciones fueron menores, pero por la presencia de una concentración puntual excepcionalmente grande de Rawson, “se sobrestimó la biomasa estimada para toda el área de evaluación. Cuando esa concentración puntal es considerada como una observación anormal y quitada de los análisis, las estimaciones de biomasa son similares al 2020 sin diferencias significativas entre ellas”, indica los investigadores.

En cuanto al número de individuos tampoco hallaron diferencias significativas para las campañas 2018, 2020 y 2021, pero sí una baja significativa respecto de 2019, cuando se detectó una mayor cantidad, pero de individuos de pequeña talla.

Sin embargo, consideran que a pesar de que no se detectaron diferencias significativas, “la existencia de esa concentración excepcionalmente grande, mayor a cualquier otra encontrada en las campañas precedentes podría ser un indicio, en principio, que la biomasa disponible de langostino para su cosecha por pesca en la temporada 2021 será mayor que la correspondiente a la temporada 2020”.

“Estos resultados evidencian que la población de langostino responde rápidamente a los distintos niveles de explotación y esfuerzo aplicado”, señala concluyente el informe y agrega que con el aumento del mismo desde el año 2017, producido principalmente con el ingreso de la flota fresquera, el recurso había mostrado signos de retroceso, tanto en las estimaciones de biomasa como en el tamaño de los ejemplares y un retraso en el inicio de la temporada reproductiva.

Recuerdan los investigadores que, tras ser documentado por el Programa Langostino en varias oportunidades, durante el año 2019, se tomaron medidas de administración para la protección de los ejemplares de tamaños inferiores a la categoría L4, retrasando el inicio de la temporada tres semanas respecto al inicio histórico e inhabilitando la pesca desde el paralelo 46º20’ Sur hacia el sur y desde el meridiano 64º. “Durante esta temporada el esfuerzo se vio reducido en un 8% en relación con los datos de pesca declarados”.

Pero en 2020 se produjo otra reducción del esfuerzo más significativa sobre las concentraciones de langostino, y los biólogos señalan que no solo se dio en el número de barcos que operaron (280) “sino también en el número de viajes realizados, 7.066 en 2020 contra 10.176 en 2019. Los problemas ocasionados por la pandemia y los gremiales sufridos por la flota congeladora, la presencia de grandes cantidades de merluza en las zonas de concentración de langostino y las medidas de administración fueron los causantes de dicha reducción”.

Concluyen, entonces, que todo lo documentado dio como resultado la detección de concentraciones muy importantes de individuos de gran tamaño, los cuales pertenecen a la fracción que no fuera capturada en las temporadas 2019 y 2020”.
Aumento de tallas

En general para el total del área evaluada, el 67% de los ejemplares eran adultos (fracción potencialmente reproductora), superior al 46% detectado en marzo de 2020. En cuanto a la distribución de tallas señala el informe que la de esta campaña se asemeja a la de 2018, con individuos de mayor tamaño con respecto de los años 2019 y 2020.

La estructura poblacional del langostino, en términos de categorías comerciales, dio un 59% de ejemplares capturados en toda el área evaluada, perteneciente a las categorías comerciales L4 y menores. Pero en la zona de Rawson los ejemplares fueron los de mayor tamaño, con el 77% de ellos pertenecientes a las categorías L2, L3 y L1 en orden de importancia.

“En la campaña de marzo de 2019 y aún más notorio en la de 2020, se había observado una baja con respecto al año 2018, de las categorías comerciales más grandes y el consecuente aumento de reclutas y pre reclutas. En la presente campaña se observó que el porcentaje de las categorías L1 a L3 es mayor con respecto a los años 2019 y 2020 y muy similar a marzo de 2018”.
Mejor escenario reproductivo

El 27% del total de las hembras muestreadas se encontraron en maduración avanzada y un 6% impregnadas. Las concentraciones reproductivas más importantes se localizaron en la subárea norte de Chubut, con el 76% de las hembras maduras e impregnada. Estos valores superaron los índices observados en las campañas de 2017, 2018, 2019 y 2020. Ahora resta saber si “las reservas energéticas disponibles para la reproducción, que son necesarias y fundamentales para mantener el potencial reproductivo de la población también han mejorado”, concluye el informe.

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