Revista Puerto 09-04-2021 - Roberto Garrone La justicia federal investiga las causas del fallecimiento de un tripulante del buque pesquero Ur Ertza que cayó al agua en la tarde noche del jueves cuando el pesquero acababa de salir de puerto Mar del Plata. Su cuerpo fue encontrado por personal de Prefectura que una vez avisadg por el capitán del barco de Solimeno, activó el operativo de búsqueda y rescate del que participaron dos guardacostas, un helicóptero y el propio pesquero.

El marinero fallecido se llamaba Luis Ríos y tenía 59 años de edad, según pudo confirmar REVISTA PUERTO tras consultar con referentes de los distintos gremios marítimos que ayer decretaron una jornada de duelo por 24 horas y suspendieron las zarpadas de los barcos pesqueros, hasta la primera hora de este viernes. Se sumó a la jornada de duelo la muerte por Covid de un sereno en el pesquero Valientes I.

“Los vimos renegar con algún problema en la popa; estaban trabajando en esa zona mientras abandonaban el muelle”, contó un estibador eventual que hasta retrató el momento de la salida del barco del puerto. Al lado del Ur Ertza estaban descargando calamar del potero Xin Shi Ji 92.

Cuando todavía el cuerpo no había aparecido los familiares de Ríos ya se encontraban en las puertas de Prefectura buscando noticias. Se activó en simultaneo la atención del CAPS y algunos acompañantes recibieron atención psicológica y contención terapéutica durante un par de horas.

“Ayer atendimos a la exesposa, que, aunque estaban separados eran muy cercanos, y a sus dos hijas”, contó Claudio Cepeda, coordinador del Centro de Asistencia que funciona en el puerto. Además, se hicieron presentes cuñadas, cuñados, sobrinos, amigos y compañeros de trabajo.

Por los dichos de algún tripulante compañero de Ríos, el accidente tuvo lugar en la planchada del barco. Al momento del hecho el marinero no tenía el salvavidas colocado. “Lo vieron caer boca abajo”, según reprodujeron.

El pesquero amarró sobre la sección novena en el muelle de ultramar. Ya en el mediodía de este jueves la tripulación aguardaba expectante la orden del juez federal Santiago Inchausti para poder bajar del barco. Algunos compañeros de Ríos lucían conmocionados por los acontecimientos de las últimas horas y también requerían atención terapéutica.

Especialmente un tripulante de apellido Ricardenez, quien tenía una relación muy estrecha con Ríos y es hermano de Alejandro Ricardenez, una de las víctimas del barco San Antonino, que naufragó en septiembre de 2016.

No es la primera vez que cae un marinero al agua desde la cubierta de un barco de Solimeno. Viejos marineros recordaban en el muelle esta mañana el caso de Diego Ludovino, quien cayó del Virgen María en julio de 2013.