Revista Puerto 26-02-2021 - Roberto Garrone China ha incrementado los niveles de exigencia para los controles sanitarios sobre las importaciones pesqueras que ingresen a dicho país. Al menos las provenientes de Argentina, luego que en octubre del año pasado suspendiera provisoriamente a un grupo de establecimientos habilitados por SENASA, tras detectar rastros de coronavirus en cajas de pescado entero congelado.

A partir de esta situación las cámaras empresarias de la pesca solicitaron una reunión con miembros del área Pesca del SENASA para comenzar a trabajar en la aplicación de las nuevas medidas de prevención.

Desde el organismo sanitario reconocieron que las nuevas exigencias tienen que ver con hisopados a la totalidad de operarios que manipulen alimentos para ese destino. “El hisopado debe ser con una frecuencia no mayor a un mes”, reconoció Ana Arcuri, supervisora del área Pesca de la región Buenos Aires Sur de SENASA.

La reunión virtual con las cámaras ocurrió días después que uno de los establecimientos suspendidos recibiera una nueva auditoría por zoom. “Nos enteramos un lunes y fue dos días después; no sabremos cuándo realizarán otras”, confesó la especialista.

China nunca exhibió los resultados de las pruebas que determinaron la existencia de rastros de covid en cajas de corvina congelada ni tampoco informó los resultados de la contraprueba, en el caso supuesto de que la hubiesen llevado a cabo.

Según pudo saber este medio desde China seleccionaron a uno de los trabajadores del establecimiento y le hicieron una serie de preguntas sobre la aplicación de los protocolos para evaluar sus conocimientos.

A partir de esta situación desde SENASA y las cámaras pesqueras elaboraron un protocolo para el proceso de desinfección de la carga antes de subirla al contenedor con destino a China. Ahora también deben realizar un hisopado al material de cartón para determinar si existen rastros del virus. “Se hace de la misma manera, se pasa un hisopo por la superficie en distintos sectores y se manda al laboratorio”, explicó Arcuri.

Habrá que ver ahora con las nuevas exigencias cuántas empresas están dispuestos a enviar productos a China. En el caso de Solimeno o Moscuzza, que tienen más de 300 operarios, realizar hisopados generales todos los meses implica un costo que pone en jaque la propia rentabilidad del negocio.

“Nosotros algunos contenedores mandamos, pero tenemos más de 100 trabajadores y no creo que mandemos nada más porque no dan los números si tenemos que hisopar a todos, todos los meses”, contó un industrial ante la consulta de este medio.

La disposición de la autoridad sanitaria china debería haber entrado en vigencia en enero, pero en esta época la mayoría de los frigoríficos están con el personal licenciado por vacaciones. Por eso las cámaras empresarias pidieron correr los plazos hasta marzo, tiempo en que se regulariza completamente la actividad.

Ardapes es otro de los frigoríficos que habitualmente exporta a china productos pesqueros. Entre las dos plantas de reproceso emplea a más de 300 operarios. Ayer este medio consultó a uno de sus trabajadores y todavía no habían sido testeados.

“Hasta ahora no nos dijeron nada”, reveló el obrero de planta, al tiempo que anticipó que en dos semanas tendrán una reunión general sobre el tema protocolos.

Desde SENASA subrayaron que los establecimientos habilitados cumplen con las medidas de prevención y distanciamiento, y que con el correr de los meses fueron trabajando cada vez mejor. “Aplicando los protocolos como corresponde se minimiza el riesgo de transmisión del virus. Y se aplicaron de manera correcta porque si no la industria no podría haber seguido operando”, reconoció la Supervisora de SENASA para quien la detección precoz de los casos y el aislamiento preventivo fueron claves para evitar un crecimiento en el número de contagios.

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