Revista Puerto 02-10-2020 - Roberto Garrone Los mayores cuidados y mejor coordinación para evitar la aglomeración de trabajadores en muelle y la apelación a la responsabilidad individual que caracterizó al anexo del protocolo sanitario en Mar del Plata firmado por cámaras armadoras y gremios marítimos y portuarios, parece que no alcanzaron para frenar la ola de contagios que registró los últimos días en la flota pesquera.

Tanto en Mar del Plata como en puertos del sur hubo protocolos activados por parte de la autoridad portuaria ante el aviso de tripulantes a bordo que presentaban síntomas compatibles con el covid-19. Y a juzgar por los resultados en algunos de esos barcos, la posibilidad de aislar al trabajador hasta llegar a puerto no pareció dar resultado porque los contagios se multiplican.

En Mar del Plata el Consorcio Portuario tenía una lista con los nombres de los barcos que llegaron al muelle y los estaba esperando una ambulancia para controlar y evaluar a los enfermos. En esa lista figuran el Marcala I, que finalmente registró seis positivos y el Valientes II, tangonero congelador que amarró en la Escollera Norte el mismo día que llegaron los sobrevivientes del Carmelo A.

En ese barco hubo doce positivos. Lo singular del caso es que tenía la misma tripulación de la primera marea. Indudablemente se contagió alguna de las veces que descargó en Mar del Plata. En un principio eran diez pero luego desde Pesquera Veraz, la empresa armadora, rectificaron el número y sumaron dos más.

En el Golfo San Matías, de Iberconsa, también se registraron seis positivos, en tanto hubo falsa alarma en cuatro barcos: Barba Negra, Emilia María, Sant Antonio y Ur Ertza, en los que llegaron a puerto sintomáticos pero los test posteriores resultaron negativos.

Todos estos casos marcan también la ambigüedad a la hora de transmitir los síntomas que generan que el barco deba regresar de manera anticipada a puerto y aislar a todos los tripulantes en un hotel a la espera de los resultados.

Esta situación expone la necesidad de que tanto desde las cámaras empresarias como de los sindicatos se siga trabajando para perfeccionar ese proceso de modo que el barco regrese cuando sea completamente seguro que hay contagios. Quizás sirvan los test rápidos que se están implementando ahora, donde con una muestra de sangre a los 15 minutos se obtiene el resultado.

Donde se produjo el mayor número de casos positivos fue en los congeladores de Moscuzza. En el María Liliana hubo treinta y un positivos de los cuarenta testeados. Y habían zarpado para iniciar marea con el hisopado negativo. Indudablemente, al momento de hacer el test alguno de los trabajadores tenía una carga viral baja que generó el negativo.

El otro que registró casos fue el José Américo, que amarró el sábado a la mañana en el puerto local y los resultados recién estuvieron este martes, dada la saturación que enfrentan los laboratorios. En el tangonero se contabilizaron diecinueve positivos de cuarenta y cuatro tripulantes testeados. Todos presentan síntomas leves y permanecen alojados en un hotel céntrico.

En Bahía Blanca amarró días pasados el Argenova IV luego de que varios tripulantes perdieran gusto y olfato. Por decisión del Consorcio Portuario la tripulación hará la cuarentena a bordo del barco y la empresa dispuso de una ambulancia por si llegara a empeorar algún cuadro de los veintiséis contagiados.

En Puerto Madryn los principales casos se dieron en el Álvarez Entrena Dos que registró veinte positivos y en el Tabeiron Dos que de los veintiocho tripulantes, tuvo veintidós positivos. En el Puente Mayor hubo treinta y siete positivos y trece negativos mientras que en el Arbumasa VII se reportaron veintisiete positivos y dos negativos.

Otros barcos que registraron casos fueron el Arbumasa XVIII, el Mar de Oro y el Miércoles Santo. En las últimas horas se supo también de casos en el Vierasa Dieciséis aunque todavía restaban los resultados para determinar con precisión el grado de contagios.

No importa si zarpan en Puerto Madryn o en Mar del Plata, o si descargaron en Mar del Plata o en la Patagonia, más allá de los protocolos y cuidados los casos de covid-19 entre la marinería y los oficiales no dejan de crecer y complicar la operatoria de la flota.
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