Revista Puerto 19-08-2020 - Roberto Garrone Pescadores artesanales de la banquina chica del puerto marplatense formularon un llamado de atención a las autoridades pesqueras de la Provincia de Buenos Aires y exigieron ser convocados a una mesa de diálogo para analizar los problemas que tiene el sector y las nuevas decisiones que se tomaron en los últimos días en que se habilitaron nuevas autorizaciones de pesca para un grupo de semirrígidos que operan desde la bajada de Cabo Corrientes.

En la banquina chica los pescadores están subidos en la cubierta de la Virgen de Lourdes. Más atrás, en la Nueva Augusta, Siempre Libertad y San Juan José se realizan distintas tareas de mantenimiento. Muchos se abocan a la tarea de reparar redes de media agua con las que están pescando pescadilla al norte del puerto, a la altura de Santa Clara.

“Todo lo decimos en nombre de la Sociedad de Patrones y de la Cámara. No pongas nombres individuales porque después van detrás tuyo; te aprietan y no te dejan salir a pescar”, concuerdan los pescadores. Se los nota enojados por haber sido marginados de la decisión de visibilizar a los “botes”, como les dicen ellos.

“El tema más grave son los botes. Nunca fueron a pescar. Acá pescamos desde el año 1943. No los vimos nunca pescando. Ahora viene Alejandro Cueto (concejal de Mar Chiquita) y dice que no podemos pescar cerca de la costa. Pescamos en la costa con red de cerco; no es arrastre, no dañamos el fondo. Acá esta la red, la arreglamos a mano. Si nos da el calado podemos pescar en cualquier lado. Eso lo sabe Prefectura y por eso nos deja pescar. Vamos donde está el cardumen: pescadilla, cornalito”, dicen los pescadores.

“Nos da bronca que sale a hablar cualquier persona y no reconocen nuestra trayectoria. Los gomones quieren ocupar nuestro lugar. Dicen ellos que les dan trabajo a cinco personas por bote. Acá tenemos trajes de inmersión, nos obligan a poner dos balsas, el sistema de posicionamiento satelital, y a ellos con cuatro bengalas ya los dejan salir a pescar. Es injusto. Yo te muestro fotos y hay ocho personas arriba de un gomón. Esto fue ayer (por el viernes) frente a Santa Clara. Cueto no dice nada de eso. Quién se hará responsable si ocurre una desgracia”, se preguntan en la banquina.

La prórroga que Prefectura les dio para colocar la segunda balsa vence este martes. Es un trámite que se repite desde hace más de un año. La nueva ordenanza los incluyó en el grupo de embarcaciones de hasta 24 metros y la fuerza emite prórrogas para salvar la situación. Hasta ahora no emitió la nueva ni respondió la solicitud de los pescadores.

“No tenemos espacio pero tampoco estamos en condiciones económica de ponerla. Nos hicieron poner traje térmico y pescamos donde van los botes. Y a ellos no sé si les exigen salvavidas. Ayer fue lo de las ocho personas. Quién controla eso. Hace diez días el “Calleja” trajo un bote que estaba perdido. Sabés dónde lo encontró y de pura casualidad, a 21 millas de la costa”, cuenta otro pescador.

El grupo se muestra dolido por la indiferencia oficial. Son los fundadores de la pesca comercial en Argentina y se sienten marginados de la mesa de discusión actual.

“Queremos que nos escuchen, que sepan lo que nos pasa; no estamos pasándola bien. No queremos decir lo que hay que hacer, pero sí que nos escuchen. Cuando tomen decisiones que involucra al variado costero, queremos que nos escuchen, que nos pregunten, tenemos sesenta años de experiencia. A los “botes” los recibió un montón de gente. Queremos estar todos en esa mesa y resolver los problemas todos juntos”, remarcaron.

Cuentan que salieron a pescar el día anterior pero hacía como una semana que no salían por los fuertes vientos. Que a Lavalle los más chicos no pudieron ir por la pandemia. Que por año salen unos 110 días a pescar, pero no siempre encuentran el pescado y que igual hay que pagar los 100 litros de combustible.

“Acá somos gente que hace sesenta años que vamos a pescar, que tenemos embarcaciones que en 1925 ya estaban en la banquina. De acá salieron los mejores patrones de pesca. Por eso nos llama la atención lo de Prefectura, cómo avala los botes”. Vemos que esto no es parejo para todos y Prefectura avala. Supuestamente fueron inspeccionados esos tres que le dieron el permiso. Dónde están los elementos de seguridad de los tripulantes”, subrayaron.

Desde las cámaras que los agrupa aseguraron que tenían algunas cuestiones acordadas con las nuevas autoridades y Prefectura para darle continuidad a esta flota, que sin embargo no se cristalizaron.

“Teníamos apalabradas un montón de cuestiones que volvieron para atrás con Prefectura, como el tema de las balsas, de tener una sola, y el tema con la Provincia para que dejen libre la Bahía. Pescan todos todo el año menos nosotros. Queremos volver a plantear estas cuestiones para que podamos pescar y trabajar. Es lo que hemos hecho toda la vida”, confesaron.

La reunión en la cubierta de la Virgen de Lourdes termina y de a poco los pescadores se van esparciendo entre las otras lanchas. Algunos comparten la atención sobre unos papeles de una carpeta amarilla. Otros fuman conservando distancia y más atrás, los marineros siguen tejiendo las redes de cerco. Un par de lobos se zambullen al agua en busca del almuerzo.

La banquina chica sobrevive apenas con quince barcos operativos. Los viejos pescadores luchan para prolongar su historia como un instinto de supervivencia.

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