Bichos de Campo 30-07-2020 - Matias Longoni Una nota de Letra P le pega en el pago a las posibilidades de que quizás pronto haya una reunión entre “el agro” y Cristina Kirchner. También quizás la haya entre “al agro” y Axel Kicillof. Las dos se están negociando, según confirman fuentes del sector.

Habrán notado que puse “el agro” y no “la Mesa de Enlace”. Y habrán notado quienes siguen atentos mis columnas que hace unos días estaba entusiasmado con la creación del Foro Agroindustrial, un conglomerado de 42 entidades de la cadena, incluidas algunas gremiales de productores.

Puse “el agro” y no “Mesa de Enlace” porque es ese bloque de 42 cámaras el que está solicitando tener audiencia con Cristina, en su carácter formal de titular del Senado. Ya tuvieron reunión con Sergio Massa por la Cámara de Diputados. Esa formalidad le quita peso político al asunto, pendiente desde 2008. También ayuda el hecho de que ahora las reuniones son virtuales, de lejos, y que no deberían verse cara a cara.

El Foro Agroindustrial ya mantuvo reuniones como bloque con varios gobernadores (Schiaretti, Perotti, Rodríguez Saá y algún otro) y con varios ministros (Basterra, Kulfas, Meoni, Solá y algún otro). También con Massa. Pero le falta las dos figuritas difíciles: Cristina y Axel.

Con Kicillof es muy probable que la reunión sea pronto, pues ya trabaja en eso el ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez. Axel ya mantuvo reuniones muy amables con el ruralismo provincial y hasta les hizo decir que no había ideología detrás de los ataques a silobolsas.

Con Cristina… será algo más dfícil. El Foro Agroindustrial se reunió este miércoles con otro gobernador que podría ser clave para luego ablandar a la líder del Instituto Patria, el chaqueño Jorge Capitanich.

¿Y por qué necesita el Foro ablandar a Cristina? Para convencerla de que esta movida de “el agro” no esconde más que la disposición del sector a tratar de acordar una agenda propositiva para la crisis. Los dirigentes quieren plasmar un programa exportador que aporte divisas y trabajo. Dicen que es posible elevar rápido las exportaciones a 100.000 millones de dólares y crear 700.000 puestos de trabajo en las provincias. Pero aclarar que necesitan reglas de juego estables y claras, que no cambien a cada rato. Pretenden que sean fijadas por ley del Congreso.

La Mesa de Enlace aparece claramente diluida en medio del Foro Agroindustrial, que incluye a Bolsas de Cereales, a la industria aceitera, a molineros, a avícolas, a semilleras a otras entidades. No todas ellas tuvieron mala relación con CFK cuando fue gobierno. Hay que acordarse. De las compensaciones, de la intervención al trigo, de tantas otras cosas. Pero acordarse no debe inmovilizar la historia. Simplemente hay que no tratar de repetir las divisiones.

Por supuesto que los dirigentes que representan a los productores están muy recelosos. “Nervioshos”, diría Néstor. Es que a partir de esta movida ya no llevan la voz cantante ni se pueden arrogar representatividad de todo “el campo”, que por cierto es un entramado muy diverso y con intereses que a veces se contraponen.

Con esta desconfianza a cuestas, tres de las entidades de la Mesa de Enlace participan del Foro Agroindustrial: son CRA, Coninagro y Federación Agraria. Solitaria representante del agro en el G6, junto a la UIA, los bancos y la Bolsa de Comercio, la Sociedad Rural decidió autoexcluirse y nadie la fue a buscar. Quedó casi sola.

Se entiende el recelo de los ruralistas: por ahora parecen convidados de piedra habiendo sido grandes protagonistas de una película que ya lleva 12 años de escenas violentas. Es como que sobre el cierre del film viene el villano y se queda con la chica. Pero bueno, ellos se la buscaron…

¿Por qué digo que los ruralistas se la buscaron? Porque en estos 12 años no han podido instrumentar una estructura gremial sólida y representativa del productor primario. Más bien, cada una de las entidades y sus dirigentes hizo su propio juego. La decadencia fue inevitable.

Los dirigentes de muchas economías regionales migraron hacia CAME, con quien el Foro Agroindustrial también entró en tratativas. Los “autoconvocados” que en 2008 salieron a las rutas siguen desconfiando de las entidades. Y por izquierda, el kirchnerismo logró captar parte del arco de productores que antes representaba la Federación Agraria Argentina.

Como sea, y por más simpatía que despierten, el análisis político que debe hacerse es lapidario con los dirigentes de la Mesa de Enlace: Cristina parecía muerta pero volvió a ocupar la escena. Ellos, que parecían haber quedado vivos, están languideciendo.

¿Y por qué te alegrás, Matías? ¿Cómo puede ser que te entusiasme este nuevo escenario de política agropecuaria? No me entusiasma, en absoluto. Menos me alegra. Pero el calor de la crisis se siente tan cerca que me parece razonable que se muevan algunas fichas.

Desde el conflicto de 2008, por la embriaguez de sus dirigentes políticos y empresarios, la Argentina quedó estancada en una discusión sinsentido entre el Estado y el principal sector productivo que tiene el país. Fue culpa no solo de Cristina sino también de la Mesa de Enlace. Las dos damas de la partida.

En un juego de ajedrez, el escenario actual impondría más o menos sacrificar las reinas para oxigenar una partida que está absolutamente trabada. Sin las damas, el tablero tiene más espacio. La Mesa de Enlace se repliega dentro de un Foro mucho más abarcativo. CFK se acomoda a un arco político más amplio, que empieza a tener opinión propia.

Y todos nos hacemos un poco los boludos con la historia reciente, que es tristísima y ha hecho mucho daño, en especial a los argentinos más postergados. Un país agropecuario no se puede dar el lujo de no tener una agenda agropecuaria durante más de una década. Eso se paga con mayor pobreza y es lo que viene sucediendo hasta ahora.

Esto que he contado no está solo en la cabeza afiebrada de este periodista ingenuo, que como dice el Turco Asis, tien fuentes que bien pueden estar equivocadas. Lo que conté es lo que piensan muchas figuras políticas y del agro. Por supuesto que todo se puede ir al diablo en un santiamén. Pero hay una masa crítica que piensa que este sería el mejor camino. La idiotez no es eterna y la crisis se agudiza.