Revista Puerto 13-07-2020 - Roberto Garrone El paro total en la pesca que determinó el SOMU a partir de la primera hora del lunes pasado se sigue desinflando con el correr de los días y en Mar del Plata todas las miradas se centraron en la cubierta del Capitán Giacchino, el tangonero congelador de Ostramar, empresa del grupo Caputo.

Ayer por la mañana REVISTA PUERTO recorrió el muelle 2 y el barco seguía amarrado en la sección octava. A bordo se desarrollaba una reunión informativa de todos los tripulantes y algunos dirigentes sindicales encabezados por Damián Basaill, el segundo de Ochagavia, que ahora parece haber tomado un protagonismo central por el alejamiento del Secretario General tras la firma del ajuste con las cámaras del fresco.

Según pudo saber este medio todos los pendientes que tenía el barco habían sido levantadas el día anterior por Prefectura y tenía luz verde para zarpar. En la cubierta los tripulantes se probaban los salvavidas y escuchaban los argumentos de los dirigentes para demorar la zarpada. El acto puso en riesgo los protocolos sanitarios ya que se vinculaba gente hisopada con otros que no.

Los dirigentes explicaron lo que muchos ya sabían: que había una medida de fuerza y que hasta que no se dicte la conciliación obligatoria no sería liberado y que no se piensa resignar el convenio… Horas después el mismo razonamiento aplicaba Juan Navarro para explicar lo que pocos entendían. Por qué se demoraba al único barco que estaba dispuesto a pagar según marca el convenio colectivo 729, nudo y origen de la medida de fuerza originada por el sindicato.

Este medio intentó comunicarse con Marcela Caputo para saber si la empresa solicitaría la conciliación pero la llamada nunca fue devuelta. Igual era raro que la armadora pidiera la intervención del Ministerio cuando no forma parte de ninguna de las cámaras empresarias que decidieron mantener los barcos amarrados a muelle y no sacarlos a pescar.

Los dirigentes locales del SOMU salieron del puerto y fueron a la sede sindical donde un grupo de marineros esperaba noticias frescas de la evolución del conflicto. Volvieron a insistir con el discurso de que el objetivo patronal es ir por el convenio como punta de lanza para avanzar contra el resto de los beneficios de los obreros marítimos.

Del local de Avenida Edison, ya cerca del mediodía, una comitiva se dirigió al puerto con el objetivo de paralizar la zarpada de un par de buques merluceros congeladores. El Ceres había llegado el lunes con más de 600 toneladas y estaba amarrado en la sección sexta, con toda la tripulación ya embarcada, subiendo víveres y cajas de cartón para los filetes de merluza que captura, procesa y congela.

La intención de paralizar los barcos congeladores de empresas adheridas al CEPA como una forma de presionar para apurar la salida de los tangoneros de esa cámara, fue confirmada por el propio Juan Navarro.

El Secretario de Pesca del SOMU volvió a insistir con el carácter general del paro y reveló que CAPeCA había denunciado el convenio colectivo el mismo día en que se realizó la audiencia en el Ministerio de Trabajo el último viernes.

“Eso deja en claro que van por el convenio, lo que hemos dicho siempre. Que quieren una flexibilización laboral y eso no lo vamos a permitir. Piden reducir de 5800 dólares el L1 a 3480 dólares”, reiteró el dirigente.

Después de muchas idas y vueltas, los tripulantes del congelador se negaron a plegarse al paro y dejar inmovilizado al buque. Se vivieron momentos tensos cuando Mariano Pérez, representante de Iberconsa, salió a la cubierta del buque y pidió que dejaran trabajar al barco, donde no había ningún conflicto.

Luego de un intercambio de opiniones, la grúa que estaba cargando el cartón a la bodega del barco comenzó a realizar movimientos inversos que fueron acompañados por el aplauso de los trabajadores marítimos. Pero luego la situación cambió y reconocieron que no pudieron convencer a los embarcados. Un cartel en el muelle, tratándolos de carneros, fue la única respuesta posible.

Sobre el final de la tarde el barco estaba listo para salir a pescar pero en Prefectura se generaron dudas para dar la autorización por haberse roto la bioseguridad a bordo en la asamblea. Pero luego de analizar la situación, se consideraró que no era necesario realizar nuevos hisopados. El Ceres finalmente soltó amarras cerca de las 20 pero por un problema en la maniobra de salida con el remolcador, otra vez vio demorada su zarpada que se esperan ocurra hoy. Ya horas antes, sin ningún contratiempo ni impedimento, había zarpado el Itxas Lur de la empresa Moscuzza.

En este escenario en que no paraban de acumular rechazos a la propuesta de adhesión, en el SOMU estaban decididos a cambiar la estrategia y permitir la zarpada del Giacchino para mostrarlo como un triunfo ante los ojos de las cámaras empresarias con las que mantiene el conflicto.

Desde el SOMU anticiparon que en los próximos días podría haber más novedades y no descartan para la semana que viene un corte en el acceso a las Terminales 2 y 3, lo que implicaría sumar a más trabajadores a la medida de fuerza que ni siquiera tiene la solidaridad de los propios marineros del sindicato.
puerto