Revista Puerto 07-07-2020 - Roberto Garrone Una historia tensa pero con final feliz se vivió en la tarde noche del sábado cuando Prefectura se puso en alerta a partir de una situación irregular en el costero San Benedetto, que con seis tripulantes a bordo había dejado de emitir señal en el equipo Monpesat desde las 19:50 al noreste de Necochea.

Fuentes con acceso a la fuerza, porque directas fue imposible ubicar mientras el costero estuvo desaparecido, reportaron que se había tomado contacto por radio cuando se le avisó que no emitía el sistema de monitoreo satelital. Cuando quisieron volver a tomar contacto, nadie en el barco contestó. Ojalá sea una falla eléctrica, pensé.

A partir de esa situación se pidió a los barcos que estaban en zona, Don Natalio, Júpiter y Gran Capitán, que desviaran su curso y se dirigieran al área donde había reportado su último contacto el San Benedetto, que había salido a pescar variado el viernes desde Mar del Plata.

Para esto desde Prefectura hicieron zarpar al Guardacostas Río Luján y un rato después, cerca de las 22:50, vecinos del puerto escucharon el helicóptero de la fuerza pasar rumbo al sur. Le escribí a Eloy, su vocero, con el que me peleo casi siempre. Como siempre, también, contestó al rato diciendo que no estaba trabajando porque era grupo de riesgo. Okey.

Volví a llamar a Prefectura. Jamás pasé de Secretaría, donde informaban que el subprefecto Vidar, a cargo del servicio, estaba reunido. En la Guardia decían desconocer la desaparición del pesquero, la salida del Guardacostas y del helicóptero.

Para las 23 se esperaba que los barcos pesqueros llegaran a la zona del último contacto pero eran 23:30 y no había ninguna novedad. Le avisé a mi familia que cenaran solos, que luego picaría algo.

Ya para esto había dirigentes sindicales buscando información, familiares de Ningún Hundimiento Más angustiados por la situación, armadores que evaluaban la estabilidad del San Benedetto y un marinero que creía conocer a uno de los tripulantes.

Ya había buscado la fecha de construcción, septiembre de 2007 en Astillero Contessi, casco de acero de 15,38 metros de eslora. Mattera es la familia armadora. Su matrícula es la 02643. Me habían pasado otro número de Prefectura. «APARECIÓ. APARECIÓ»… El mensaje de alivio llegó pasadas las 23:40.

Minutos después llegó una foto del San Benedetto registrando señal en el Marine Traffic. Hasta ese momento cualquier intento de búsqueda en esos sistemas de localización había sido infructuoso. Acaban de prender el Monpesat.

Lo más curioso llegó minutos después, contado por el capitán del Júpiter, el primer pesquero que llegó y se puso a la par del San Benedetto. “Estaban todos durmiendo. Se despertaron cuando les tocamos bocina”, relató.

Ya eran casi las doce de la noche de un sábado que parecía otro más anodino de cuarentena, cobró inusitado vértigo, se llenó de adrenalina y terminó de la manera más bizarra que uno podía imaginar. Pero todos a salvo en el San Benedetto, por suerte.

Los dormilones fueron escoltados por el guardacostas de Prefectura hasta puerto. La multa que recibirán por lo sucedido y el operativo generado en torno a su “desaparición”, seguramente los despabilará.
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