La Verdad - 08-06-2020 - José Luis Amado Con el inicio de la siembra de trigo, la Fundación Mediterránea-IERAL, de la provincia de Córdoba, analizó el ciclo que hay por delante: la campaña 2020-21. Antes de hacer un análisis en perspectiva, sobre los riesgos por delante, la entidad citó que la cadena triguera aseguró una contribución que promedió los 2.800 millones de dólares en los últimos tres años, explicando el 4,5% de las exportaciones totales de bienes del país.

Además, dice el trabajo, este aporte de divisas se concentra a fines y comienzos de año, ayudando a balancear la estacionalidad fuerte que tienen los envíos de los otros granos, como la soja y el maíz. Para la campaña actual, el informe de la entidad cita tres cuestiones que generan preocupación entre los productores y, por ende, desalientan la inversión en este inicio del ciclo agrícola 2020/2021:

1) Evolución del clima (riesgo productivo).
2) La carga tributaria y
3) Las crecientes restricciones de acceso al mercado de cambios (riesgo institucional).

Riesgo productivo

Los índices de humedad en suelo (IHS) son satisfactorios en algunas zonas productivas, permitiendo el avance de la siembra, pero no en otras.

Por ejemplo en gran parte de la provincia de Buenos Aires, el IHS (Junio 2020) se encuentra próximo a 50%, en sintonía con las ultimas 5 campañas de granos finos. Sin embargo, en Córdoba el índice está 20-35 puntos, por debajo de la media de los últimos 5 años; en Santa Fe, 10 puntos por debajo de lo observado en las campañas previas y, en La Pampa, el índice de humedad del suelo está 20 puntos abajo respecto a las campañas anteriores.

En las zonas donde el IHS está muy bajo y no se esperan lluvias en los próximos días, el área sembrada con trigo seguramente se contraerá respecto de la del año pasado; muy probablemente esto sea lo que termine sucediendo por ejemplo en el caso de Córdoba que tiene la mitad de la media de las ultimas 5 campañas. Encima se esperaban lluvias en estos días y, si bien llovió, esta agua caída fue absolutamente insuficiente.

Riesgo de mercado

Según el estudio, los precios internacionales actuales de trigo entusiasman la decisión de sembrar el cereal, no tanto así los precios que indican los mercados de futuros para los meses de cosecha.

El mercado irá ajustándose, según: cómo evolucione la producción en los países que están arrancando la siembra y qué tan golpeadas queden las economías de las regiones importadoras, una vez que se supere la pandemia.

También serán determinantes las políticas comerciales y el trato hacia las exportaciones que apliquen los exportadores relevantes de Europa del Este e incluso la propia Argentina.

Riesgo institucional

A este riesgo también se lo podría denominar Reglas del Juego. En función que esta situación ha sufrido muchas modificaciones y que fundamentalmente tienen que ver con el mercado cambiario. Sabido es que las restricciones cambiarias generan múltiples tipos de cambio. El problema para el sector agropecuario es que sus productos se comercializan al tipo de cambio más bajo, mientras que muchos de sus insumos importados formarán precio mirando el tipo de cambio más alto.

El hecho que el Banco Central vaya cerrando el acceso al mercado cambiario oficial termina derivando en una doble penalización al sector. De esta forma los granos valen menos en el mercado interno, no sólo porque son castigados por impuestos a la exportación, sino porque van quedando cada vez más solos en el pelotón de productos que siguen al tipo de cambio oficial en su proceso de formación de precios.

El clima enrarecido en materia de abastecimiento de dólares oficiales a empresas proveedoras de insumos agropecuarios, no sólo afecta la siembra, sino también afecta la productividad de la tierra (rindes medios) si el paquete tecnológico (fertilizantes y demás) se ve resentido por desabastecimientos o aumentos de precios importantes de estos productos en el mercado.