Revista Puerto 14-05-2020 - Roberto Garrone La OMI es el organismo especializado de las Naciones Unidas en la responsabilidad de la seguridad y protección de la navegación y de prevenir la contaminación del mar a partir de la navegación de la flota. La organización estableció un protocolo de doce pasos que quedaron contenidos en la circular 4204/add14.

“El buque pesquero es considerado un establecimiento biológicamente riesgoso y peligroso para que los tripulantes sean infectados. Los síntomas pueden exteriorizarse en alta mar y por las restricciones de viaje a causa de la pandemia de Covid-19, se encuentran atrapados en buques y plataformas”, argumenta la OMI para respaldar el nuevo protocolo.

La nueva normativa establece que en las próximas dos semanas 174 países deberán trazar rutas logísticas y habilitar vuelos especiales para relevar a los 150.000 tripulantes a bordo de buques y plataformas.

El protocolo consta de una “hoja de ruta” de 61 páginas, en cooperación con agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y se busca proteger el bienestar de la gente de mar, la seguridad marítima y las cadenas de suministro críticas.

El documento describe los procedimientos a seguir por los miembros de las tripulaciones desde su lugar de residencia hasta incorporarse a sus buques y, a la inversa, cómo deben ser repatriados a sus países o lugares de residencia tras desembarcar.

Estos protocolos han sido elaborados y propuestos por un amplio número de asociaciones sectoriales en todo el mundo con estatus consultivo en la OMI como ICS o BIMCO, e incluye aportes de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

Hasta ahora la industria pesquera ha tenido dos casos en principio positivos pero que al momento del segundo test dieron negativo y si bien no generaron contagios masivos a bordo del buque, dejaron a los tripulantes aislados hasta que se confirmó el segundo test negativo que permitió liberar la embarcación para que pueda zarpar a zona de pesca.

“Las autoridades de cada país deberán trazar rutas logísticas para que los tripulantes hoy activos, puedan retornar a sus lugares de origen, exhortando también a las líneas navieras a reportar listados detallados de sus marinos, lo que permitirá planear su relevo”, señala Nicolás Schick, abogado laboralista, que sigue de cerca las reacciones de los organismos estatales y de seguridad frente a la pandemia.

En el caso de Argentina, deberán intervenir desde Prefectura Naval Argentina hasta el Ministerio de Transporte, la Subsecretaría de Pesca y todas las áreas provinciales y municipales. El complejo plan contiene plantillas sugeridas para lograr una estrecha coordinación entre gobiernos, navieras y aerolíneas, que permitan agilizar el proceso sin arriesgar a la población.

“En nuestro país la Sindicatura de Riesgos de Trabajo dictó la resolución 38/20, la cual es modificatoria del DNU 367/20, y que a pesar de la recomendación de la OIT no reconoce al Covid-19 como una enfermedad profesional”, remarca Schick.

La SRT lo consideran como una enfermedad “presuntamente” de carácter profesional -no listada- respecto a los trabajadores marítimos. El abogado duda que pueda implementarse en Argentina. “Se requiere un alto costo de inversión en prevención, seguridad y coordinación que hoy no se ve en la actividad. Por otro lado, la ART contratada por cada empleador siempre debería asumir los costos de los traslados como parte de las prestaciones a su cargo, para luego trasladar a los infectados a sus prestadores para realizar el tratamiento», concluyó el letrado
puerto