Revista Puerto 28-04-2020 - Karina Fernández “Es un infierno lo que está pasando ahora con barcos pescando hasta 12 millas adentro. Hablando con capitanes me preguntan cómo los veo en el mapa y yo les digo que los veo solos. Pero salen al ala de la cabina, filman y me muestran que están rodeados por no menos de 95 barcos”, señalaba el sábado por la noche Daniel Coluccio, gerente de ALFA (Armadores Langostineros Federales Argentinos) y director del observatorio marítimo de la asociación que registra todo evento que sucede en la plataforma marítima nacional hasta la Antártida.





Los barcos piratas se vuelven invisibles para los capitanes nacionales y para la Prefectura porque tienen el sistema de monitoreo AIS apagado, la señal distintiva de matrícula o nombre tapados y se mueven sin luces de navegación. Este hecho, que es considerado una acción propia de la Pesca Ilegal No Declarada No Reglamentada, además de ocultar la pesca clandestina pone en grave peligro para la navegación a las embarcaciones legales que operan en el área.

“Encima, cuando nuestros barcos les pasan cerca, los encaran. Son tres barcos congeladores los que en este momento me están mandando información. Estos barcos tenían intenciones de fondear para pescar calamar, tenían la marca abajo del barco y querían tirar las poteras, pero nuestros barcos los están corriendo” contaba en el mismo momento que eso sucedía Daniel Coluccio a REVISTA PUERTO.





La maniobra implicó un gran riesgo y esos momentos quedaron registrados en videos proporcionados por el Observatorio, en los que se puede escuchar una conversación entre los capitanes de los barcos Stella Maris I; Beagle I y Don Pedro. Uno de ellos relata que decidió correrse para no ser aplastado, mientras otro muestra las imágenes satelitales del barco que han logrado correr y cómo al mismo tiempo otro barco ilegal, el Fuyuanyu 196, viene en su rescate: “Paré máquinas porque se nos venía encima”, dice, mientras muestra del derrotero de los buques.





El primer avistamiento se produjo el jueves, cuando estos tres barcos estaban disponiéndose a capturar calamar sobre el paralelo de 42º Sur y el meridiano de 58º Oeste, en el límite interno de la Zona Económica Exclusiva. Primero divisaron 30 y luego los 95 buques, en su mayoría de bandera china y coreana, que se dispusieron a unas siete millas dentro de nuestra plataforma y sobre las seis de la tarde, comenzando con las tareas de pesca una hora más tarde.





Los capitanes, cumpliendo con las obligaciones del Sistema de Avistaje en el Mar (Siamar) emitieron un mensaje a la estación L3A de la Prefectura de Comodoro Rivadavia, que es la que tiene jurisdicción en la zona, dando aviso de lo que estaba ocurriendo. Luego se comunicaron con el Director del Observatorio de ALFA, con quien mantienen un diálogo fluido, dado que lleva 15 años trabajando en esta plataforma.

“El viernes, debido a la presencia de una intensa niebla, el avión de la PNA no pudo zarpar y el sábado a la noche, cuando el avión Papa ALFA 22 de la Prefectura sobrevoló la zona, todos se fueron inmediatamente fuera de las 200 milla”, cuenta Daniel Coluccio. Pero a la vez confirma que “el domingo comenzaron a operar nuevamente en la zona”

La Prefectura fue puesta inmediatamente en conocimiento de esta situación y el domingo se decidió enviar un guardacostas que ya zarpó de Bahía Blanca y se espera arribe en las próximas horas a la zona. A la vez es de esperar que se generen sumarios en la órbita de la Subsecretaría de Pesca y de la Cancillería Argentina, dado que se ha podido dar con el nombre de estos barcos piratas.

A partir del seguimiento realizado a la flota que estaba dentro del Mar Argentino, pudo tomarse conocimiento del nombre de las embarcaciones una vez que encendieron el sistema de monitoreo AIS. Entre los buques identificados están el Feng Hui 9; Hua Li 18 y 160; Fuyuanyu 196; Liao Yu 1 Hao; Zhouyu 6; Ming Zhou 8; Haizhixing 801; Hong Pu 12; Zhepuyuan 67; Run Da 613; Guoji 907; Ying Hai 798, Hai Yang 2 y el arrastrero Playa de Galicia, entre otros.





El Director del Observatorio señala que además de los poteros se identificaron otros barcos españoles, como “la flota Nores y el Lodeira, al que le prohibieron ingresar al Mar Cantábrico por tener una potencia de 5000 HP, que no son poteros sino arrastreros, lo que es mucho peor”.

Este no es un tema de Prefectura ni de la Armada, el Centro Gestión de Tráfico Marítimo de Mar del Plata realiza un gran trabajo, agrega Coluccio, “porque si apagan el AIS no los pueden detectar pero además, cuando va llegando el guardacostas los barcos desaparecen, ya saben por la velocidad y el rumbo que trae que es el guardacostas: y cuando el guardacostas se va, porque inexorablemente tiene que hacer combustible, vuelven a la carga. Este problema va más arriba de la Prefectura; estos barcos se abastecen en Montevideo y en Puerto Argentino, es un tema netamente diplomático”.

La Cancillería argentina y la Secretaría de Malvinas y Atlántico Sur hasta el momento se han manejado en el plano discursivo, sin realizar intimaciones a los países vecinos que cumplen un rol preponderante en el abastecimiento de los barcos de la Pesca Ilegal No Declarada No Reglamentada, como es el caso de Uruguay. Además nuestro país sigue sin adherir al acuerdo de Estado de Puerto Rector de la FAO que nos permite denunciar ante otros puertos adherentes las ilegalidades cometidas, por ejemplo por estos 95 buques, para que se les prohíba el ingreso a cualquier puerto.

A la luz de los hechos, ni este gobierno ni los anteriores han tenido intenciones reales de parar la pesca ilegal en el Atlántico Sur a pesar del riesgo que implica para las tripulaciones y del gran pasivo económico y ambiental que su presencia implica para el país. No sería de extrañar que exista temor a enfrentarse al gigante asiático, ante la posibilidad de que deje de ser nuestro gran cliente. Pero la situación vivida este fin de semana ha traspasado todos los límites conocidos y es de esperar que Argentina, de una vez por todas, tome cartas en el asunto.

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