Bichos de Campo 27-04-2020 - Julia Luzuriaga Alejandro Cadile es ingeniero agrónomo y hace 18 años que trabaja como asesor privado independiente, en especial para el desarrollo y gestión de sistemas agrícolas y ganaderos bajo riego. Vive en Traslasierra, al oeste de Córdoba, muy cerca del límite con San Luis. El grueso de su trabajo, en realidad, se concentra en esa provincia. Pero desde que empezó la cuarentena no los puede realizar por las restricciones que impuso esa provincia al ingreso de personas.

“El principal inconveniente que tenemos es el tránsito interjurisdiccional. A pesar de trabajar dentro una actividad exenta por el decreto presidencial, las regulaciones que cada jurisdicción impone hacen imposible el tránsito”, aseguró Cadile a Bichos de Campo.

Desde que comenzó la cuarentena, a mitad de marzo, el asesor afirmó que no pudo viajar a ningún campo, y eso que gestionó todos los permisos necesarios. Cadile, que atiende a muchos clientes que tienen establecimientos en San Luis y también en otras provincias, manifestó que “muchas veces tengo que desplazarme atravesando municipios y comunas, y en cada una de ellas me voy encontrando con una normativa distinta. De modo que es prácticamente imposible cumplir con todos los requerimientos que cada una solicita”.

Pero no sólo eso. El asesor dijo que “los trámites que se necesitan van cambiando, incluso, hasta dos veces por semana, y además, suelen tener una demora en el otorgamiento o directamente son denegados. Entonces, para cuando lograste juntar todos los documentos necesarios para poder viajar, en el interín ya tenés alguna jurisdicción que cambió su normativa y ahí tenés que empezar de nuevo”.

Además, el asesor mencionó: “Si de cosas irracionales hablamos, el departamento San Javier de Córdoba, donde yo vivo, está aislado del resto de la provincia desde el fin de semana pasado, por estar libre de casos de coronavirus. Si el argumento de San Luis para impedir el ingreso de gente es porque está libre de casos, entonces hay una irracionalidad en el tráfico interjurisdiccional entre dos zonas que están libres de la enfermedad”.

Para Cadile, el riesgo de salir a la ruta y quedar varado, o que te detengan y secuestren el vehículo por no cumplir con alguna normativa, es muy alto.

“Si bien yo comprendo el celo que ponen las autoridades en el cuidado sanitario, y es lógico que así sea, no quiero ser negativo con esto, pero sí veo que no hay una coordinación entre jurisdicciones. Mi caso es el de muchos otros profesionales que atienden campos de modo independiente haciendo trabajo de asesoramiento y consultoría. Somos autónomos, y nos movemos de modo permanente pasando de una jurisdicción a otra. Hay días que recorremos hasta 500 kilómetros para llegar a un campo, y al día siguiente lo mismo. Entonces es imposible con las restricciones que hay poder pasar de una jurisdicción a otra”.

Cadile remarcó que “queremos visibilizar lo que nos pasa para encontrar una solución que afecta a miles de asesores independientes como yo. Porque las jurisdicciones avanzaron en sistemas de permisos para los productores y para sus empleados, pero no hay nada que contemple nuestra situación de asesores o administradores externos, que somos autónomos, que no dependemos de nadie y estamos en un limbo en el cual ningún permiso nos calza”.

El agrónomo declaró que “muchas veces nuestro trabajo no requiere contacto con personas; a veces sólo implica ir a un campo sin bajar de la ruta en ningún momento, ingresar al campo, hacer nuestro trabajo en solitario y luego compartir nuestras recomendaciones de manera virtual, como estamos haciendo todos hoy, y luego regresar a nuestra casa”.