Revista Puerto 27-04-2020 - Karina Fernández El miércoles llegaron los primeros barcos cargados de langostino al puerto de Mar del Plata, luego de que se diera apertura al sector norte. Pudieron descargar pero no lograron volver a la zona de pesca como lo tenían previsto, debido a una medida de fuerza impuesta por el SUPA que impidió el ingreso de estibadores para armar los buques. Desde ALFA, la asociación que nuclea a barcos langostineros fresqueros, denuncian que hasta existieron amenazas a los fabricantes de cajones, impidiéndoles proveerles del material, por lo que algunos armadores debieron recolectar cajones en otras plantas a modo de préstamo.

Los armadores fresqueros tenían urgencia en volver al mar. La demanda de producto por parte del mercado chino, una rareza en estos tiempos, incentivaba la partida; pero el dirigente Carlos Mezzamico les comunicó que por los próximos dos días el puerto estaría bloqueado. Hasta tanto tuviera una respuesta positiva a sus reclamos de mayor seguridad, según informaron desde ALFA.

A las 10 de la mañana de ayer levantaron el bloqueo y a partir de las 15 la flota pudo armar los barcos para volver al sector norte y así aprovechar los buenos rendimientos que por el momento se están dando entre los paralelos de 41º y 42º. Pero debido a la medida de fuerza impuesta por el SUPA se perdió la posibilidad, para algunas tripulaciones, de zarpar sin riesgos.

La tripulación del Sfida, por ejemplo, a la que se le habían realizado hisopados antes de zarpar y con la que se había acordado la permanencia en el buque para evitar la circulación, ayer a las dos de la mañana fue desembarcada y trasladada a los hogares ante la incertidumbre sobre la posible fecha de salida. Una medida preventiva altamente recomendable para evitar los contagios y de alto costo fue rifada por una medida de fuerza irresponsable.

“Nos hicieron romper la cuarentena y ahora no vamos a poder realizarles nuevamente el hisopado. Tomamos todas las medidas preventivas, los dejamos a los tripulantes en la puerta de la casa y confiamos en su sentido de responsabilidad, pero no es lo mismo, ya no saldremos con la tranquilidad que podríamos haber tenido, nosotros y los tripulantes”, señalaba Mariano Retrivi, propietario del buque Sfida.

Desde ALFA han salido al cruce del sindicato indicando que se está realizando un gran esfuerzo para mantener la activo el sector y aprovechar las pocas oportunidades de ventas que existen, preservando la salud de los tripulantes, pero que pujas sindicales que les son ajenas les impiden trabajar.

Daniel Coluccio, gerente de ALFA, destacó que desde la asociación se “impulsó la participación de fresqueros en la prospección, siendo socios tres de los cuatro elegidos”, que decidieron “hacerle de forma voluntaria el hisopado las tripulaciones” y que trabajaron “con el Consorcio y las áreas sanitarias para llevar adelante el protocolo COVID-19 tal como se requiere”.

“Pero además cuando completamos con langostino L1 y L2 decidimos descargar en Mar del Plata, cuando por cercanía nos convenía Puerto Madryn, porque buscamos cooperar con la industria procesadora local”, indicó Coluccio, que aseguró que se está perdiendo la oportunidad de generar trabajo por “disputas partidarias, sectoriales y hasta de otra sección de muelle, SUPA nos impide armar los barcos para salir a navegar”.

Lamentó el dirigente que ello ocurriera luego de una reunión en la se había acordado con los gremios ajustarse “a la realidad vivida en el muelle y extremar medidas de seguridad en pesqueros”. “Lo que nos mata no es el COVID-19 sino la persistencia de pujas e intervenciones de terceros que nada tienen que ver con nuestros buques. Estamos para pescar, estamos para trabajar. Pero no nos dejan”, concluyó Coluccio.

Ayer por la noche, 160 tripulantes de la flota fresquera, aquellos a los que se les había realizado el hisopado y otros que no fueron testeados, debieron convivir durante horas a la intemperie en largas colas, similares a las que se han visto en los bancos, esperando subir nuevamente a sus buques, para que un médico les tomara la temperatura. “Ahora podemos salir, pero el daño ya está hecho”, se lamentó Mariano Retrivi.

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